Volodymir Zelensky, en declaraciones al canal de noticias italiano Rai 1, reveló por primera vez que el presidente francés Emmanuel Macron abrió la posibilidad de negociar ciertos territorio ucraninianos para detener la ofensiva rusa.
“Sugerir algunas cosas relacionadas con concesiones de nuestra soberanía en aras de salvar la cara de Putin es erróneo. No estamos dispuestos a perder nuestros territorios por ello”, afirmó. “Eso está fuera de toda posibilidad”, agregó contundentemente.
Zelensky, cree que el líder francés intenta “en vano” mantener un diálogo constructivo con el presidente ruso. “No debemos buscar una vía de escape para Rusia, y Macron lo está haciendo en vano”, dijo el presidente ucraniano.
“Sé que quería obtener resultados de la mediación entre Rusia y Ucrania, pero no consiguió ninguno”, acusó.
Moscú, dijo, no buscará el fin de los combates “hasta que la propia Rusia quiera y entienda que lo necesita”.
Macron insiste en que Rusia y Ucrania tendrán que llegar en algún momento a una tregua negociada y que los esfuerzos de paz no están avanzando por la “humillación” de Rusia.
Aún así, la presidencia francesa había asegurado el último viernes que Macron nunca había “discutido nada con Vladimir Putin sin el acuerdo del presidente Zelensky”. “Siempre ha dicho que corresponde a los ucranianos decidir los términos de su negociación con los rusos”. Sin embargo, las declaraciones del ucraniano destapan otra versión.
Zelensky, molesto, apuntó que algunos líderes europeos creen que hay que encontrar una forma de hablar con Putin. “Llevamos años buscándolas. Y hoy, estas rutas están llenas de cadáveres, cuerpos de nuestra gente”, añadió el líder ucraniano.
Combates en el este
Combates particularmente feroces sacudían el Donbás, la región oriental de Ucrania donde Rusia concentra ahora su ofensiva ante la resistencia de las tropas de Kiev, que recibirán más ayuda militar de la Unión Europea. “Hay intensos combates en la frontera con la región de Donetsk, cerca de Popasna”, reveló Serguiy Gaidai, el gobernador de la región de Lugansk, asegurando que las tropas rusas habían sufrido importantes bajas humanas y materiales.
Con las tropas ucranianas reivindicando avances en la región de Kharkiv (noreste), la ofensiva de Moscú parece concentrarse más al sur en las regiones de Lugansk y Donetsk, ambas en la cuenca minera del Donbás, controlada parcialmente desde 2014 por separatistas prorrusos.
El Estado Mayor ucraniano aseguró el sábado haber repelido 10 ataques en estas dos regiones en las últimas 24 horas. En Donetsk y en Tavriya (sur), el ejército ruso usa “morteros, artillería, lanzagranadas y medios aéreos para infligir el máximo de daño”, indicó.
Un responsable estadounidense de Defensa dijo bajo anonimato que la actividad rusa más importante se desarrolla en el Donbás pero sin “conquistas significativas”. “La artillería ucraniana contrarresta los esfuerzos rusos para ganar terreno”, agregó.
El ministerio británico de Defensa indicó por su parte que las fuerzas ucranianas habían rechazado “con éxito” un intento de cruzar el río Donets cerca de Severodonetsk, escenario de intensos combates desde hace semanas, y ocasionaron fuertes pérdidas a las tropas rusas.
Después de casi tres meses de guerra, que han dejado miles de muertos y millones de refugiados y desplazados, las victorias rusas en Ucrania son escasas: conquistaron la ciudad meridional de Kherson y tienen casi bajo control total Mariúpol, en el sureste a orillas del mar de Azov.
A finales de marzo, semanas después de lanzar su invasión el 24 de febrero, Moscú desistió de tomar Kiev para centrarse en el sur y el este de Ucrania, donde ocupa extensas franjas de terreno pero pocos núcleos de importancia. En cambio, en el noreste, las tropas ucranianas aseguran estar recuperando terreno alrededor de Kharkiv, la segunda ciudad del país. “La liberación progresiva de la región de Járkov demuestra que no dejaremos a nadie en manos del enemigo”, dijo el presidente Volodimir Zelenski el viernes por la noche.
“A fecha de hoy, 1.015 localidades han sido desocupadas, seis más en las últimas 24 horas”, aseguró.
La situación es más compleja en Mariúpol, donde un millar de combatientes resisten en los túneles subterráneos de la acería Azovstal, de donde ya pudieron salir todos los civiles gracias a un operativo de la ONU y la Cruz Roja.
“No pararemos hasta salvar a todos los nuestros en Mariúpol y Azovstal”, dijo Zelenski, evocando “negociaciones muy difíciles” para intentar evacuar a los heridos graves y al personal médico. “Hay casi 600 heridos en Azovstal, los rusos continúan bombardeando el hospital militar”, dijo Sviatoslav Palamar, uno de los comandantes en ese recinto industrial. “Resistiremos tanto como podamos”, añadió.
Más ayuda militar
Aunque en principio inferior al poderoso ejército ruso, las tropas ucranianas están desplegando una fuerte resistencia, auxiliadas por los envíos de material militar de las potencias occidentales.
El último viernes, la Unión Europea anunció un nuevo paquete de asistencia militar de 500 millones de euros (unos 520 millones de dólares) para Kiev, lo que eleva el total entregado a 2.000 millones de euros.
La receta es “clara”, dijo el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, durante una reunión del G7 en Alemania. Se necesita “más de lo mismo”: más sanciones económicas contra Rusia, más apoyo a Kiev y “seguir trabajando para aislar a Rusia”.
Los ministros de Exteriores de las siete principales economías del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) se reunirán este sábado con sus homólogos de Ucrania, Dmytro Kuleba, y de Moldavia, Nicu Popescu.
Esta pequeña antigua república soviética teme que las tropas de Moscú extiendan su invasión hasta la región separatista moldava de Transnistria, justo en la frontera suroeste de Ucrania.
En una situación con resonancias similares, en Georgia, otra exrepública soviética en el Cáucaso, el líder de la región separatista de Osetia del Sur convocó un referéndum de integración a Rusia para el 17 de julio.
El sábado también está previsto en Berlín un encuentro informal de los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN, justo un día antes de que Finlandia oficialice su petición de ingreso a la alianza militar dejando atrás más de un siglo de neutralidad política.
Aunque sin vincularlo oficialmente a esta decisión, Rusia suspenderá este sábado el suministro de electricidad a este país nórdico, con el que comparte 1.300 km de frontera.
En Suecia, un informe oficial alabó los ventajas de solicitar el ingreso a la OTAN, que puede concretarse en días. Sin embargo, este giro histórico puede verse truncado por Turquía, miembro de la alianza, que amenazó con bloquear la entrada de los dos países escandinavos.
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