El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó este jueves, por amplia mayoría, iniciar una investigación sobre los posibles crímenes de guerra rusos en Ucrania.
La resolución fue aprobada con 33 votos a favor, 2 en contra y 12 abstenciones. Los únicos países que votaron en contra fueron China y Eritrea, ambos aliados de Rusia, mientras que se abstuvieron Armenia, Bolivia, Camerún, Cuba, India, Kazajstán, Namibia, Pakistán, Senegal, Sudan, Uzbekistán y Venezuela.
No es de extrañar que China haya votado en contra de condenar a Rusia. El régimen de Xi Jinping está acusado desde hace años de llevar adelante una limpieza étnica de la minoría musulmana uigur. Estados y organizaciones de derechos humanos afirman que millones de uigures han sido encarcelados en “campos de reeducación” instalados por el régimen en Xinjiang. Las autoridades chinas también han sido acusadas de esterilizar a las mujeres e imponer trabajos forzados en la zona.
Por su parte, Eritrea, donde Moscú tiene grandes intereses, está bajo el mando del dictador Isaías Afewerki desde 1991. Es considerado el país con menor libertad de prensa del mundo, incluso por debajo de Corea del Norte.
En América Latina se reitera el apoyo de las dictaduras Bolivia, Cuba y Venezuela, que han decidido abstenerse de votar en el debate sobre las atrocidades rusas.
Por otro lado, países latinoamericanos como Argentina, Brasil, México y Paraguay emitieron su voto a favor de iniciar una investigación sobre posibles crímenes de guerra de las tropas de Vladimir Putin.
La reunión había sido convocada a petición de Ucrania. “Miles de personas de mi país perdieron la vida. Los bombardeos y los disparos rusos forman parte de nuestra vida cotidiana”, declaró la primera viceministra de Relaciones Exteriores de Ucrania, Emine Dzhaparova, en la apertura de la sesión, en una alocución por videoconferencia.
La representante denunció actos de tortura, desaparición forzada, violencia sexual y de género.
“La lista de crímenes rusos es interminable”, denunció antes de mostrar un dibujo hecho por un niño que fue violado delante de su madre en el que se veía unos trazos negros.
Durante los debates, numerosos diplomáticos aliados de Kiev, pero también funcionarios de la ONU y organizaciones de derechos humanos expresaron su indignación frente al sufrimiento de los ucranianos.
“La agresión rusa implica el descubrimiento cada día de hechos más macabros”, afirmó el embajador francés Jérôme Bonnafont. Su homólogo británico denunció la “brutal campaña” de Moscú.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, que ya afirmó que el ejército ruso cometió acciones que podrían constituir “crímenes de guerra” en Ucrania, indicó que su despacho sigue verificando las acusaciones.
“La extensión de las ejecuciones ilegales, incluyendo los indicios de ejecuciones sumarias en las zonas del norte de Kiev es espeluznante”, dijo, precisando que hasta el momento tiene informaciones de 300 casos.
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