El régimen de Irán subió bruscamente el jueves los precios de diversos productos básicos como el aceite de cocina, el pollo, los huevos y la leche en hasta 300%. Miles de iraníes alarmados hicieron largas filas para comprar paquetes de alimentos y vaciaron los estantes de los supermercados de todo el país antes de la entrada en vigor del aumento de precios.
Presas del pánico, las personas acudieron a las tiendas y metieron los productos básicos en grandes bolsas de plástico, según las imágenes compartidas ampliamente en las redes sociales. En Teherán, aún había filas en las tiendas de alimentos el miércoles. El jueves, la moneda iraní cayó a un mínimo de 300.000 riales por dólar.
Por otra parte, se registraron interrupciones de internet en todo Irán mientras el régimen se preparaba para posibles disturbios, según el grupo NetBlocks.org. Las protestas parecieron surgir en el remoto y empobrecido sur, según videos compartidos en internet. The Associated Press no pudo verificar su autenticidad, pero las imágenes correspondían con los hechos reportados.
Las escenas mostraron no sólo la profunda ansiedad que se apodera del país y la frustración hacia los dirigentes iraníes, sino que también pusieron de manifiesto los asombrosos retos económicos y políticos a los que se enfrentan.
Los precios de los alimentos en todo Medio Oriente se han disparado debido a las interrupciones en la cadena de suministro mundial y a la invasión rusa a Ucrania. Irán importa la mitad de su aceite de cocina de Ucrania, donde los combates han alejado a muchos agricultores de los campos.
Aunque Irán produce aproximadamente la mitad de su propio trigo, importa gran parte del resto de Rusia. La guerra ha aumentado las presiones inflacionistas. El contrabando del pan iraní, el cual está fuertemente subsidiado, a los vecinos Irak y Afganistán se ha disparado a medida que el hambre se extiende por la región.
Además, la sequía ya está asolando la economía de Irán. Las sanciones occidentales por el acuerdo nuclear iraní han causado dificultades adicionales. La inflación se ha disparado hasta casi el 40%, el nivel más alto desde 1994. El desempleo juvenil también sigue siendo elevado. Alrededor del 30% de los hogares iraníes están por debajo del umbral de la pobreza, de acuerdo con el Centro de Estadísticas de Irán.
En noviembre, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenéi, dijo que la economía del país no debe estar vinculada a los esfuerzos por eliminar las sanciones de Estados Unidos.
“No debemos atar la economía a las sanciones (...) Es posible hacer avances económicos a pesar de las sanciones de Estados Unidos. Es posible ampliar el comercio exterior, como hicimos nosotros, entrar en acuerdos regionales y tener logros en el petróleo y otras áreas”, dijo Jamenéi en un discurso televisado.
La economía es el principal desafío para los gobernantes de Irán, que temen un resurgimiento de las protestas que han estallado desde 2017 por parte de las comunidades de ingresos bajos y medios, enojadas por la creciente pobreza.
Con información de AP
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