El ministro de Salud Pública de Tailandia, que ha encabezado el proceso de despenalización de la marihuana, dijo que el gobierno distribuirá 1 millón de plantas gratuitas una vez que se levanten la mayoría de las restricciones a la producción y posesión de cannabis el mes próximo.
Anutin Charnvirakul sancionó en febrero una medida que retiró la marihuana de una lista de drogas controladas. El consumo regulado había sido legalizado en 2018 con varias restricciones mitigadas gradualmente desde entonces.
Las autoridades esperan que florezca una nueva industria de la marihuana, que no solo genere cientos de millones de dólares en forma directa, sino que atraiga a turistas extranjeros, que han empezado a regresar después de una larga ausencia durante la pandemia de coronavirus.
“Esto permitirá a la gente y al gobierno generar más de 10.000 millones de baht al año en ingresos procedentes de la marihuana y el cáñamo”, escribió Anutin.
Cuando la medida entre en vigencia, el 9 de junio próximo, quedará autorizada la posesión y consumo de todas las partes de la planta de cannabis, incluidas las flores y semillas. Pero el contenido extraído seguirá siendo ilegal si contiene más del 0,2% del ingrediente psicoactivo, el tetrahidrocanabinol, o THC.
Alrededor de un tercio de su mano de obra trabaja en la agricultura, según el Banco Mundial.
Anutin dijo el domingo en su página de Facebook que ya no será necesario obtener un permiso para cultivar la planta en casa, siempre que se declare que es para fines medicinales y no supere el máximo legal de THC.
Sin embargo, por el momento las autoridades no han explicado cómo obligarán al cumplimiento de las condiciones. Anutin dijo que se entregarán 1 millón de plantas a partir de junio y que la gente podrá cultivar la cantidad que desee.
Las empresas en gran escala deberán obtener permiso de la Administración de Alimentos y Medicamentos del país para fabricar productos derivados del cannabis, para utilizar principalmente en medicamentos y agregados a los alimentos.
En una región conocida por sus fuertes sanciones contra las drogas ilegales, Tailandia se convirtió en 2018 en el primer país del sudeste asiático que legalizó el cannabis para la investigación y el uso médico.
El año pasado, las empresas tailandesas de bebidas y cosméticos se apresuraron a lanzar productos con cáñamo y CBD, un compuesto que no genera el efecto psicoactivo en los usuarios, después de que se aprobara su uso para bienes de consumo.
Con información de AP
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