(Enviados especiales) Es un oficial del Ejército de Ucrania y se hace llamar Monovar para ocultar su nombre, apellido y rango. Está al frente del puesto de control que permite el paso -o no- de los automóviles que llegan desde Kiev y piden ingresar al pueblo de Moshchun.
“El maniquí es una broma ucraniana. Nos hace felices. Es un soldado ruso colgado. Es eso. Y nada más”, contesta Monovar ante la pregunta de Infobae.
Monovar sonríe poco y parece letal.
“En el bosque hubo un largo combate, casi cuerpo a cuerpo. Al final, ganamos”, afirmó Monovar.
-¿El bosque ya está bajo control del Ejército de Ucrania?-
-Sí y no. Sí porque tenemos el control territorial; no porque todavía hay soldados rusos y todo sigue siendo peligroso.
-¿Qué hacen los soldados rusos?
-No hay precisiones. Puede ser que aún no pudieron escapar, o puede ser que quieran recuperar el bosque. No lo sabemos todavía.
-¿Que hay en el bosque, además los soldados rusos escondidos?
-Hay trincheras, minas terrestres, restos de obuses y un feo olor...
-¿Olor a qué?
-¿De verdad quiere saberlo...?
-Sí.
-Hay rusos muertos por todos lados. Y los jabalíes salvajes se comen a los rusos. Además de los perros.
-¿Los perros?
-Sí. Los perros nos hacen felices cuando aparecen con un pedazo de ruso entre los dientes.
La contraofensiva de Ucrania tardó casi un mes en recuperar al pueblo de Moshchun. Fue un combate intenso, de noche y de día, que causó muchísimas bajas a los dos Ejércitos. Moshchun era un destino turístico en Ucrania, y ahora es un pueblo devastado por la guerra ilegal que desató Vladimir Putin desde el Kremlin.
Chochiya Eldar tiene 18 años y es soldado mayor en el batallón 72 de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Participó en los combates más dramáticos en el bosque de Moshchun y ya herido fue hospitalizado en Kharkiv. Regresó hace pocos días a esta ciudad, y aguarda su traslado al frente de batalla cuando sea requerido por la comandancia del batallón 72.
“Nosotros estábamos en el bosque, defendiendo nuestro territorio. Y los rusos llegaron. Eran cientos, y disparaban con sus ametralladoras, tiraban minas y obuses. No nos quedó otra alternativa que retroceder. Yo me protegí en un casa que está al lado del bosque. Había disparos en todas las direcciones”, describió el soldado Eldar a Infobae.
-¿Y cómo lograron que las fuerzas rusas retrocedieran?
-Nosotros seguimos peleando. Y finalmente ellos retrocedieron. A mí me hirieron con un obús y se prendió fuego mi chaleco antibalas. Me llevaron al hospital de Kharkiv. Estuve casi un mes.
-Pero volvió al frente de combate...
-Sí. Pero tengo un trauma por la guerra. Estoy con ayuda psicológica.
La retirada rusa dejó destrucción y cientos de minas terrestres escondidas en el bosque de Moshchun. El Ejército de Ucrania envió a una brigada de zapadores para revisar el bosque, pero asumen que es imposible despejar todas las minas cuando la guerra aún continúa a 40 kilómetros de distancia.
Por eso, al Ejercito de Ucrania no quedó otra alternativa que anunciar los peligros ocultos del bosque y prohibir su ingreso hasta nuevo aviso.
La vida cotidiana en la ciudad de Moshchun está apagada. En el centro del pueblo se montó un centro de asistencia humanitaria, y en una calle paralela al bosque sólo se encontraba abierto un almacén de ramos generales.
La gente de Moshchun apuesta a que Ucrania ganará la guerra contra Rusia y que el almacén les venderá lo indispensable para arreglar su casa. “Esto algún día terminará”, aseguró el soldado mayor Chochiya Eldar antes de encender su enésimo cigarrillo del día.
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