En medio de una política extrema que mantiene a gran parte de su población encerrada, las autoridades del régimen chino están empecinadas en mantener el sistema de “COVID-cero” para luchar contra la pandemia nacida en Wuhan en 2019 y que se expandió a todo el mundo matando a más de 6 millones de personas, de acuerdo a números de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, estas medidas que implican perseguir a los ciudadanos hasta situaciones insólitas, está generando malestar en la población y un grave deterioro de la economía China que repercutirá aún más en el resto del mundo.
Este miércoles, un editorial del diario norteamericano The Washington Post, expuso las incongruencias de esta política y remarcó cómo estaba afectando a Beijing. “El enfoque draconiano de China ante el brote de coronavirus en Shanghái está yendo más allá de una simple emergencia de salud pública. También se está convirtiendo en un desafío al líder chino Xi Jinping y a la antigua afirmación del Partido Comunista de que su sistema autoritario es la clave de la estabilidad y la prosperidad”, señaló el medio de la capital de los Estados Unidos.
“Tras el brote de 2019 en Wuhan, China adoptó una política de ‘cero-virus’, confinando rígidamente a los que daban positivo, a menudo no en casa sino en instalaciones de cuarentena separadas. Encerrar el virus pareció funcionar durante casi dos años”, señaló la columna editorial. “Sin embargo, este año la variante omicron, altamente transmisible, superó la estrategia. El virus corrió por la ciudad de Jilin, Hong Kong y otros lugares, y luego golpeó a Shanghai, la metrópolis más próspera y grande de China, y también a partes de Beijing. La población china era vulnerable debido a una tasa de vacunación relativamente baja entre los ancianos, a la escasa eficacia de la vacuna china contra el omicron y a la mayor transmisibilidad del omicron, que lo hacía más difícil de reprimir”, manifestó el Post.
Pero los estrategas de la lucha contra el coronavirus fallaron nuevamente. “Inicialmente, el plan en Shanghai era sofocar el virus rápidamente con un bloqueo de la ciudad en dos partes. Esto fracasó y se abandonó”, remarcó el diario. Pero el régimen no se conformó y redobló la apuesta encerrando “a toda la metrópoli de 25 millones de habitantes, diciendo que sería sólo por unos días. Seis semanas después, el bloqueo sigue vigente y se siguen registrando miles de nuevos casos diarios. Aunque los totales están disminuyendo, todavía no es cero”.
El empeoramiento del humor social y una nueva crisis económica parece ascender en el horizonte. “El bloqueo ha provocado una grave perturbación en las cadenas de suministro mundiales. La paciencia del público se ha agotado, y la fe en la capacidad del partido para gobernar se ha erosionado. Se han visto escenas de comida pudriéndose en montones mientras la gente cercana pasaba hambre, una persona metida en una bolsa para cadáveres cuando aún estaba viva y protestas nocturnas, con gente golpeando cacerolas desde los balcones”, subrayó el medio capitalino.
Durante toda la pandemia, Beijing ha intentado mostrar al mundo que su política era más eficiente que la de aquellos países democráticos. Sin embargo, al parecer China va a continuar bajo “cuarentena” y “encierros” por muchos años si pretende continuar con su política draconiana de “COVID-cero”. “El lío de Shanghai ha alimentado las dudas. A la defensiva, Xi presidió una reunión del Comité Permanente del Politburó el 5 de mayo, tras la cual prometió mantener el enfoque de ‘COVID-cero’ y también exigió que nadie cuestionara ni disintiera. El lunes se impusieron nuevos cierres en Shanghai”.
“¿Sacudirá el brote a los dirigentes chinos? Una prueba será si Xi puede promover a Li Qiang, jefe del Partido Comunitario de Shanghai y un estrecho aliado suyo durante décadas, al Comité Permanente. Se espera que Xi se asegure un tercer mandato de cinco años en el congreso del partido en noviembre, y que ascienda a su amigo Li al mismo tiempo. Esto podría peligrar si la crisis de Shanghai no se resuelve pronto. Sin embargo, China no tiene alternativas fáciles. Sería prudente importar vacunas de ARNm y vacunar a los ancianos. Pero un estudio que acaba de publicarse en la revista Nature, basado en modelos, sugiere que si se abandonan los cierres y el omicron se desboca, podría provocar 1,55 millones de muertes”, publicó The Washington Post.
Por último, el diario de la capital noretamericana concluyó: “El virus es un enemigo astuto, incluso para el férreo Partido Comunista de China”.
Contra la OMS
El régimen chino volvió a defendió este miércoles su dura estrategia contra el COVID-19 y tachó de “irresponsables” las críticas expresadas el día anterior por el responsable de la OMS. El Ministerio chino de Exteriores respondía a los comentarios del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que dijo haber mantenido conversaciones con expertos chinos sobre la necesidad de cambiar a una nueva estrategia ahora que se sabe más sobre el virus.
“Cuando hablamos de ‘cero COVID’, no creo que eso sea sostenible, dado el comportamiento del virus ahora y lo que esperamos en el futuro”, dijo Tedros el martes en una conferencia de prensa. Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Exteriores, dijo en su conferencia de prensa diaria que “esperamos que personas relevantes puedan ver la política china de prevención y control epidémico de forma objetiva y racional, conozcan más sobre los hechos y eviten comentarios irresponsables”.
“La política de prevención y control epidémico del gobierno chino puede aguantar la prueba de la historia, y nuestras medidas de control y prevención son científicas y efectivas”, añadió Zhao, que describió China como “uno de los países más exitosos del mundo” en el control de la epidemia.
Antes el miércoles, el subdirector del Centro de Shanghái de Control de Enfermedades, Wu Huanyu, defendió la estrategia de “cero COVID” para eliminar un brote ya en retroceso. Dijo a la prensa que aunque se habían hecho progresos, cualquier levantamiento de las medidas de control podría permitir un repunte.
“Al mismo tiempo, este es el momento más difícil y crítico para que nuestra ciudad llegue a cero COVID”, dijo.
Wu no hizo mención a los comentarios de Tedros.
El jefe de la OMS ofreció su conferencia con Mike Ryan, jefe de emergencias de la organización, que dijo que todas las medidas de control pandémico deben “mostrar el respeto debido a los derechos humanos e individuales”.
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