Rusia encargó decenas de miles de nuevos pasaportes diplomáticos en una presunta estafa para permitir a funcionarios y espías -y a sus cónyuges- eludir las sanciones occidentales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Moscú exigió repentinamente la impresión rápida de casi 175.000 pasaportes, según Daily Mail que cita al medio ruso SOTA.
Sin embargo, el ministerio de Sergei Lavrov no tiene más de 15.000 empleados, de los cuales sólo uno de cada tres debería tener estatus diplomático.
Un informe del medio de comunicación de la oposición SOTA afirma que, según las leyes rusas, los empleados del servicio de seguridad FSB -el mayor sucesor del KGB de la era soviética- tienen derecho a pasaportes diplomáticos cuando están en misiones en el extranjero.
Lo mismo ocurre con los agentes del FSO, el servicio de protección que vigila al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y a otros altos cargos.
Diputados, jueces y fiscales pueden solicitar estos prestigiosos pasaportes, que pueden acelerar los viajes y evitar los visados en algunos países, según Daily Mail.
Los cónyuges también pueden optar a ellos, al igual que miles de funcionarios que trabajan para el Kremlin.
La nueva orden se produce en un contexto de sanciones occidentales sin precedentes que restringen los viajes de muchos miembros de la élite rusa.
“¿Por qué necesita el Ministerio de Asuntos Exteriores 175.000 (pasaportes diplomáticos) cuando el número de empleados, según diversas fuentes, no supera los 15.000, de los cuales sólo un tercio son diplomáticos?”, se pregunta el medio SOTA.
La sospecha es que estos pasaportes serán utilizados por funcionarios y espías rusos que buscan llegar a Occidente, según Daily Mail.
La Unión Europea ha prohibido a los titulares de pasaportes diplomáticos rusos la obtención de visados automáticos de entrada múltiple, y también tomará las huellas dactilares de los usuarios.
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