Además de los brutales crímenes contra la población civil, las tropas rusas aprovechan su invasión a Ucrania para atentar contra la cultura de ese país. Las autoridades ucranianas volvieron a denunciar este martes el robo de históricas reliquias.
La oficina del fiscal general reportó que los militares rusos robaron artefactos de oro antiguos en la ciudad ocupada de Melitopol. “El oro escita, que data del siglo IV a.C., podría haber sido robado, entre otros objetos, de un museo local de la ciudad ocupada de Melitopol en abril”.
Las autoridades aseguraron que ya se inició una investigación.
Ya la semana pasada el alcalde de Melitopol, Ivan Fedorov, había denunciado el robo del tesoro escita, emblema de la cultura ucraniana.
Las tropas de Putin saquearon del Museo de Historia Local de Melitopol un valioso conjunto escita que los arqueólogos descubrieron en la década de los 50. “Esta es una de las colecciones más grandes y valiosas del país, y no sabemos dónde se la llevaron, si la escondieron o la robaron. No sabemos cuál será su destino, pero, por supuesto, este oro ha sido robado de nuestra comunidad y espero que podamos recuperarlo”.
Conscientes del interés que despertaban estas reliquias en las fuerzas rusas, las autoridades ucranianas las pusieron a resguardo antes del inicio de la invasión el pasado 24 de febrero.
Leila Ibrahimova, directora del Museo de Historia Local de Melitopol, contó a The New York Times que los soldados rusos amenazaron a los empleados de la institución para que revelaran el lugar donde se encontraban escondidos los objetos.
Según detalló Ibrahimova, las tropas de Putin se llevaron al menos 198 artículos de oro, armas antiguas raras, monedas de plata centenarias y medallas especiales.
Por su parte, la semana pasada el Consejo de la Ciudad de Mariupol también denunció el saqueo de 2.000 obras de arte: “Los ocupantes ‘liberaron’ a Mariupol de su patrimonio histórico y cultural”.
De acuerdo a lo detallado por las autoridades, entre los objetos robados se destacan un rollo de la Torá escrito a mano, pinturas de Arkhip Kuindzhi e Ivan Aivazovsky, una Biblia de 1811, íconos ortodoxos y 200 medallas del Museo de Arte de Medallones.
“Los ocupantes retiraron por completo todas las exhibiciones valiosas del Museo de Costumbres Locales y el Museo de Arte. Siete obras maestras originales se mantuvieron en Mariupol, que según información preliminar fueron entregadas a los ocupantes por la directora del Museo de Costumbres Locales de Mariupol, Natalia Kapusnikova, quien conocía el lugar exacto del almacenamiento secreto de las obras maestras y pasó personalmente todo de mano en mano”, agregó Petro Andryushchenko, asesor del alcalde de Mariupol.
Entre las obras mencionadas, se encuentran tres pinturas de Arkhip Kuindzhi (“Puesta de sol roja”, “Otoño” y “Elbrus”), una original de I.K. Aivazovsky (“A orillas del Cáucaso”), dos de NN Dubovsky (“Mar” y “Noche en el Mar Báltico”); y tres iconos únicos (Jesucristo Todopoderoso, Madre de Dios con niño y Juan el Bautista).
“El Ayuntamiento de Mariupol está preparando materiales para que los organismos encargados de hacer cumplir la ley inicien procedimientos penales y apelen ante la Interpol”, advirtió el Consejo de Mariupol.
Desde el inicio de la invasión, la UNESCO denunció ataques contra varios sitios históricos y patrimoniales. El último informe del 2 de mayo confirma que 120 sitios fueron dañados por las fuerzas rusas: 51 religiosos, 10 museos, 24 edificios históricos, 13 edificios dedicados a actividades culturales, 15 monumentos, y 7 bibliotecas.
“Los rusos están haciendo una guerra sin reglas”, dijo Oleksandr Symonenko, miembro del Instituto de Arqueología de Ucrania y especialista en escita. “Esto no es una guerra. Está destruyendo nuestra vida, nuestra naturaleza, nuestra cultura, nuestra industria, todo”.
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