El presidente surcoreano, Moon Jae-in, pidió reactivar el diálogo con Corea del Norte en su discurso de despedida pronunciado hoy en la víspera del relevo en la jefatura de Estado del país asiático, que recaerá desde el martes en el conservador Yoon Suk-yeol, quien ha prometido ser menos tolerante con Pionyang.
“La paz es un requisito para nuestra supervivencia, un requisito de prosperidad”, dijo Moon durante la alocución ofrecida en la Casa Azul, la residencia presidencial surcoreana en Seúl.
“Espero sinceramente que los esfuerzos para la desnuclearización y la institucionalización de la paz sigan adelante con la reanudación del diálogo entre el Sur y el Norte”, añadió.
Moon valoró positivamente su labor para facilitar el diálogo con Pyonyang durante sus cinco años de mandato.
El presidente dijo que ayudó a transformar “una crisis prebélica en la península coreana”, en referencia al intercambio de amenazas de ataques entre Pyonyang y Washington en 2017, en “una fase de diálogo” al año siguiente.
El rol como mediador de Moon fue clave para lograr que en 2018 el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, celebrasen una serie de cumbres históricas.
El propio Moon celebró a su vez otras tres históricas cumbres con Kim en las que se lograron importantes acercamientos.
Sin embargo, el fracaso del diálogo sobre desarme entre Pionyang y Washington en 2019 ha acabado por hacer que el régimen rompa los contactos con EE.UU. y su vecino del Sur.
A esa dinámica se ha sumado la pandemia, que mantiene a Corea del Norte completamente aislada de exterior y sin plan de vacunación, y un plan de modernización armamentística aprobado en 2021 por el Partido de los Trabajadores que está deparando un número recórd de pruebas de misiles por parte del régimen.
El conservador Yoon, que asumirá la presidencia a la medianoche de hoy (15.00 GMT del lunes) y que ha ofrecido diálogo pero al mismo tiempo ha prometido no consentir “provocaciones” del vecino, hereda una compleja situación marcada por una nueva escalada armamentística en la península, incluyendo la firme posibilidad de que Corea del Norte lleve a cabo este mismo mes su primera prueba nuclear desde 2017.
(Con información de EFE)
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