En el Día de la libertad de Prensa, el Instituto Internacional de la Prensa (IPI) ofrece 10 recomendaciones sobre lo que deben hacer los gobiernos democráticos para proteger la libertad de prensa en casa y alrededor del mundo.
En los últimos años, la libertad de prensa ha estado bajo asedio a nivel mundial mientras el autoritarismo gana fuerza. Desde Bielorusia hasta Myanmar, los régimenes abiertamente autócraticos han ampliado de forma descarada sus medidas enérgicas contra las voces críticas. Los periodistas independientes enfrentan cada vez más restricciones, leyes draconianas así como amenazas a su libertad y seguridad. Los autoritarios se han vuelto expertos en la explotación de herramientas y plataformas digitales para difundir desinformación y propaganda estatal, sembrando desconfianza en la prensa y otras instituciones públicas críticas, amenazando los cimientos y funciones de la democracia a nivel mundial.
Los países democráticos no son inmunes a estas tendencias. La libertad de prensa está bajo presión en las democracias de todo el mundo. Los líderes populistas han lanzado ataques contra la prensa, mientras que los políticos han adoptado medidas que chocan con los principios fundamentales de la libertad de prensa. Dentro de la Unión Europea (UE), considerada un bastión de la democracia y el estado de derecho, el gobierno antiliberal de Hungría ha proporcionado un modelo para aspirantes a autócratas en toda la región y más allá sobre cómo explotar los recursos estatales para capturar mercados de medios completos . Y las democracias en todas partes del mundo han luchado para enfrentar el desafío de frenar la desinformación digital rampante y la propaganda estatal sin socavar también los derechos esenciales de libertad de expresión.
Mientras escribimos hoy, una guerra terrestre en Europa amenaza la soberanía de una Ucrania democrática, poniendo a prueba las alianzas geopolíticas entre las naciones democráticas. Muchas de las democracias del mundo han respondido con una muestra notable de solidaridad con Ucrania, con los periodistas y medios independientes de Ucrania y Rusia, así como de otros países que están cubriendo la guerra ante el gran riesgo.
Este es un momento crítico para que la comunidad internacional actúe en defensa de la democracia fortaleciendo la protección de la libertad de prensa y otros derechos humanos esenciales, sin los cuales las democracias no pueden existir. Para hacerlo, las democracias primero deben poner orden en su propia casa reforzando las protecciones para el periodismo independiente en el país, lo que les permitirá defender de manera creíble la libertad de prensa como un derecho fundamental en todo el mundo.
“Necesitamos un movimiento fuerte y de principios por parte de las democracias del mundo para contrarrestar una ola de autoritarismo en todo el mundo que amenaza los derechos fundamentales, incluida la libertad de prensa”, dijo la directora ejecutiva del IPI, Barbara Trionfi.
“Vemos una creciente corrosión de los estándares y mecanismos internacionales que durante los últimos 70 años han jugado un papel importante en la defensa de la libertad de prensa. Esta tendencia, combinada con el debilitamiento de la estabilidad económica de la industria de los medios, amenaza con tener efectos perjudiciales a largo plazo sobre el periodismo independiente. Instamos a la comunidad internacional a poner la promoción del periodismo independiente al frente de la agenda global”.
10 recomendaciones para que las democracias del mundo defiendan la libertad de prensa en sus países y en el extranjero
1. Proteger la libertad de prensa en casa.
Para promover de manera creíble y efectiva la libertad de prensa en el mundo, los gobiernos democráticos deben cumplir estos compromisos en casa. Por tanto, las democracias deben garantizar que sus políticas y prácticas relacionadas con la libertad de prensa sean congruentes con las leyes y principios nacionales e internacionales que protegen la libertad en los medios y la pluralidad así como los derechos de expresión, información y opinión en general. Tanto los órganos gubernamentales como las instituciones de seguridad deben estar sujetas a una supervisión transparente, sólida y efectiva para asegurar que sus acciones sean compatibles con los Derechos Humanos y la libertad de prensa.
2. Evitar promover o aplicar leyes que puedan ser moldeadas por régimenes autoritarios para restringir a la prensa.
Los gobiernos democráticos deben procurar no promultgar leyes que puedan ser adoptadas por régimenes represivos para restringir la libertad de prensa y reprimir a los periodistas independientes. Esto se puede asegurar
incluidas las leyes penales sobre sedición, difamación, injurias e insultos , que se utilizan para castigar a los periodistas y otros organismos de control por arrojar luz sobre asuntos de interés público. Las democracias deben garantizar que las leyes de seguridad nacional y antiterroristas se redacten y apliquen estrictamente para no tener un efecto paralizador en el periodismo o sentar un precedente para los regímenes autoritarios.
Evaluar riesgos: Al desarrollar nuevas legislaciones o regulaciones que podrían afectar la libertad de prensa, los legisladores deben realizar diligencias sólidas en materia de Derechos Humanos. Esto debe incluir aportes de la sociedad civil con la finalidad de identificar y mitigar los riesgos que esas medidas podrían representar para la libertad de prensa e información, de igual forma para cualquier derecho escencial que pudiera afectar el trabajo de prensa. El alcance de dichas evaluaciones también debe incluir el cómo los estados autoritarios podrían abusar de dichas leyes o reglamentos para restringir la libertad de prensa o reprimir a periodistas y medios independientes.
3. Asegurarse de que la regulación de redes sociales y espacios en línea sea congruente con los estándares internacionales de Derechos Humanos.
Los espacios cibernéticos deben mantenerse como canales libres y abiertos para noticias y voces independientes. Las democracias deben abstenerse de aprobar leyes o reglamentos que restrinjan la libertad de expresión e información en línea, también deben garantizar que cualquier medida destinada a regular las redes sociales y el contenido en línea se coherente con los principios y marcos internacionales de Derechos Humanos. La aprobación de una regulación en línea desproporcionada daña la libertad de expresión en el hogar y permite a los actores autoritarios tomar medidas drásticas contra los focos destacados de periodismo independiente en sus países.
4. Garantizar que la lucha contra la desinformación no se utilice para restringir la libertad de expresión, lo que da margen a los régimenes represores para hacer cosas mucho peores.
No existen las soluciones políticas rápidas para combatir la desinformación y propaganda. Los gobiernos democráticos deben evitar las soluciones a corto plazo incluso cuando haya una guerra de información, sobre todo porque sientan un peligroso precedente para que los régimenes autoritarios respondan restringiendo el acceso a los medios extranjeros en sus países, negando así a los ciudadanos fuentes clave de noticias e información independiente. En cambio, los estados deberían invertir en mecanismos de defensa sostenibles y a largo paso contra la desinformación y la propaganda. Esto comienza con fomentar un panorama mediático pluralista y profesional con un periodismo fuerte e independiente que sea capaz de verificar las falsedades y aislar al público de la propaganda, además de invertir en programas de alfabetización mediática.
5. Abstenerse de participar o permitir la vigilancia ilegal de los periodistas y la sociedad civil
Incluso en las democracias, el estado de vigilancia está creciendo. Esto tiene serias repercusiones para el periodismo crítico y da margen de una vigilancia aún más draconiana a los régimenes autocráticos. Los estados democraticos deben adoptar salvaguardias rigurosas de Derechos Humanos que protejan a los periodistas y a la sociedad civil de la vigilancia gubernamental ilegal o arbitraria. Estas salvaguardas deben basarse en marcos legales y regulatorios claros y transparentes. Los gobiernos deben garantizar que la vigilancia de las comunicaciones por parte de las agencias estatales y las fuerzas del orden solo se permita en los casos más excepcionales. Estos casos deben tener una base legal clara y la aprobación de una autoridad judicial independiente así como ser llevados a cabo de conformidad con los principios de Derechos Humanos, lictitud, legitimidad, necesidad y proporcionalidad.
Las democracias también deben liderar el camino para garantizar que los gobiernos represivos no utilicen las tecnologías de vigilancia para espiar a los periodistas y la sociedad civil. Los estados deben promulgar e implementar una legislación sólida y una supervisión reglamentaria sobre la exportación de cualquier tecnología que pueda utilizarse para estos fines. También deben liderar o apoyar investigaciones sobre el uso de tecnologías de vigilancia por parte de los gobiernos, incluidas las investigaciones en curso sobre el uso del software espía Pegasus para vigilar a periodistas, a la sociedad civil y opositores políticos.
6. Mostrar tolerancia cero ante los ataques a la prensa.
Los ataques a periodistas y trabajadores de los medios son la forma más grave de censura y son un ataque a la democracia misma. Por lo tanto, los gobiernos democráticos deben demostrar su compromiso de proteger el trabajo de la prensa defendiendo enérgicamente a los periodistas del acoso verbal, en línea y fuera de línea, y de amenazas, agresiones y daños físicos. Esto incluye garantizar que las autoridades públicas investiguen de manera exhaustiva y rápida todos los ataques a periodistas, de conformidad con los compromisos internacionales sobre la seguridad de los periodistas. Los gobiernos democráticos también deben demostrar su compromiso de garantizar la seguridad de los periodistas y trabajadores de los medios mediante el establecimiento de mecanismos nacionales destinados a promover la seguridad de los periodistas, como el Mecanismo PersVeilig (Press Safe). adoptada por los Países Bajos.
7. Apoyar a las instituciones y mecanismos multilaterales que defienden los derechos humanos y la libertad de prensa.
Las instituciones multilaterales y los órganos regionales de Derechos Humanos han desempeñado un papel importante en la construcción y preservación del espacio para la libertad de prensa y la libertad de expresión que disfrutan quienes viven en democracias. Para los periodistas que trabajan en países con un estado de derecho débil, los tribunales regionales como el Tribunal Africano de Derechos Humanos y de los Pueblos y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos son un último recurso crucial para defender sus derechos. Pero la influencia de estas instituciones depende de nuestro apoyo para ellas, y están bajo mayor presión que nunca, de países que se niegan a seguir sentencias judiciales internacionales vinculantes, así como de movimientos populistas que buscan socavarlas para obtener ganancias políticas. Las democracias deben reforzar su apoyo a los organismos, mecanismos, y tratados que forman la base de los derechos de libertad de expresión. Esto también significa responsabilizar a todos los estados que no cumplen con sus obligaciones internacionales.
8. Apoyar el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil que promueven y defienden la libertad de prensa.
Los periodistas son los guardianes de la democracia. Pero las organizaciones de la sociedad civil son los guardianes de la libertad de prensa. Sin un sector de la sociedad civil fuerte y en funcionamiento, los ataques al derecho del público a la información corren el riesgo de pasar desapercibidos e incuestionables. Por lo tanto, es esencial apoyar su trabajo. Los gobiernos deben trabajar en estrecha colaboración con los grupos de la sociedad civil para garantizar que las políticas públicas estén en consonancia con los compromisos de libre expresión y para contrarrestar colectivamente las amenazas globales al periodismo. Los gobiernos también deben apoyar iniciativas y coaliciones que involucren aportes clave de la sociedad civil, como la Plataforma del Consejo de Europa sobre la Seguridad de los Periodistas, la Media Freedom Coalition , la Open Government Partnership y la Coalición de Libertad en Línea.
9. Hacer que la promoción y protección de la libertad de prensa sean elementos centrales de la política exterior y responsabilizar a otros gobiernos por crímenes contra periodistas o ataques a los medios.
El asesinato de Jamal Khashoggi abrió el telón sobre el régimen saudí y sobre sus aliados democráticos que hacen negocios con el reino a pesar de su atroz historial de derechos humanos. Pero Arabia Saudita es solo un ejemplo entre muchos. El hecho de que los gobiernos democráticos no adopten una política exterior consistente en defensa de la libertad de prensa y otros derechos humanos no solo empodera a los aliados autoritarios, sino que socava la credibilidad de los esfuerzos genuinos para apoyar el periodismo independiente en otros lugares. El antiliberalismo y el autoritarismo crecientes exigen que las democracias hablen con una voz de principios en defensa de los derechos fundamentales, buscando hacer que todos los estados, incluidas las amistades, rindan cuentas por los ataques a la prensa.
10. Crear un entorno propicio para la libertad de prensa.
Los medios de comunicación libres y pluralistas son un ingrediente esencial de las sociedades democráticas. Las democracias deben tomar medidas concretas para crear un entorno que permita el desarrollo de ecosistemas de medios pluralistas, independientes y sostenibles.
-Generar confianza Los gobiernos democráticos deben comprometerse a fortalecer la confianza en los medios y el papel esencial que desempeña el periodismo de vigilancia para hacer que los poderosos rindan cuentas y fortalecezcan nuestras democracias. Las élites políticas y los funcionarios electos deben abstenerse de agredir verbalmente a la prensa, ya que dicha retórica genera desconfianza en los medios y pone a los periodistas en riesgo de acoso y daño físico.
-Prevenir la captura de medios. Las democracias deben esforzarse más para garantizar condiciones de mercado justas que permitan el desarrollo de mercados de medios diversos y pluralistas y a la vez, que protejan a los medios independientes de la influencia política. Esto incluye promulgar y aplicar reglas estrictas de propiedad y competencia con el objetivo de evitar los monopolios de mercado, protegerse contra la toma de control estatal y garantizar la diversidad de noticias e información.
-Apoyar el periodismo independiente como un bien público a través de la financiación pública del periodismo independiente -incluyendo el periodismo local-canalizado a través de mecanismos independientes.
Publicación original: Strengthening press freedom at home and abroad: 10 recommendations for the world’s democracies el 2 de mayo en https://ipi.media/strengthening-press-freedom-at-home-and-abroad-10-recommendations-for-the-worlds-democracies/
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