Los diplomáticos de EEUU lo llaman el “cardenal gris del Kremlin”. Los medios rusos encontraron un apodo más simple y oscuro: “Darth Vader”.
Igor Sechin es el director ejecutivo del gigante petrolero estatal Rosneft. El magnate de 61 años es, hace años, el segundo al mando no oficial de Vladimir Putin. Esa fidelidad inquebrantable durante más de 20 años lo ha hecho rico.
Cuán rico no es un dato que se pueda saber con precisión, así como tampoco se conoce la verdadera fortuna de Putin. Según los registros públicos, los informes de los medios de comunicación rusos y las valoraciones de yates proporcionadas por VesselsValue, Forbes estima que Sechin tiene un patrimonio de alrededor de USD 800 millones. Por lo menos hasta que fue golpeado por las sanciones de la comunidad europea.
Tiene dos de los yates más valiosos del mundo: el Crescent de USD 511 millones y el Amore Vero de USD 134 millones. Claro que en marzo fueron congelados e incautados en España y en Francia respectivamente.
Sechin y sus hijos, Ivan (sancionado por EEUU), Inga y Varvara, también son dueños de propiedades en el exclusivo suburbio de Rublyovka en Moscú. El medio ruso Vedomosti (demandado por Sechin por entrometerse en su “vida privada”) reveló que el oligarca, comenzó a construir una casa en unas tres hectáreas de tierra en Rublyovka en el año 2014, y sus hijos adquirieron una porción similar de tierra en 2015. Las propiedades se compraron por un total de USD 110 millones.
También posee una participación menor al 1% en Rosneft, con un valor aproximado de USD 77 millones.
¿Cómo se hizo tan rico?
Una teoría que tiene Forbes es que ha estado desviando los considerables flujos de efectivo de Rosneft: la empresa, que es el segundo productor de petróleo más grande del mundo, tenía más de USD 20 mil millones en efectivo neto en 2020 y USD 12 mil millones en 2021.
“[Sechin] ha tenido efectivamente el control de los flujos de efectivo de Rosneft durante unos 20 años”, dijo al medio estadounidense Vladimir Milov, un político y economista de la oposición rusa que se desempeñó como viceministro de energía de Rusia en 2002. “Rosneft es, con mucho, el mayor generador de efectivo en Rusia. Cuando estás en posición de dictar a dónde va ese dinero, puedes dirigir ciertos flujos en esta o aquella dirección”.
También se cree que otra posibilidad es que Sechin toma una parte de las ganancias de las redes de comercio de energía de Rosneft, que negocian la venta y el transporte de petróleo a nivel internacional.
“Tienes cuatro formas de ganar dinero [como oligarca]”, dijo a Forbes Anders Åslund, un economista sueco que asesoró a Boris Yeltsin a principios de la década de 1990. “Uno es el despojo de activos. El más común es la contratación pública con sobornos. El tercero es la manipulación de acciones, y el cuarto son los préstamos que se toman y no se devuelven. Para Sechin, probablemente sea un poco de todos”.
“Sechin es un sirviente de Putin”, dice Åslund, y eso se refleja en su pequeña participación en Rosneft. “Se comporta menos como un oligarca moderno, que se enriquece y establece el control sobre los activos, y más como un dictador soviético del pasado, que simplemente usa las cosas que pertenecen a la empresa para sus necesidades personales”.
El ascenso de Sechin comenzó en San Petersburgo, la ciudad natal, tanto de él, como de Putin, mismo lougar donde además se criaron. Estudió en la Universidad Estatal de Leningrado una licenciatura en francés y portugués, además sacó un doctorado en economía y luego trabajó como intérprete soviético en Angola y Mozambique durante las guerras civiles de esos países durante los años 80.
Tras su regreso a Rusia, Sechin trabajó como asesor de comercio exterior para el gobierno de su ciudad natal, al tiempo que Putin se unió a la administración de la alcaldía local como asesor de asuntos internacionales. Luego ambos se mudaron a Moscú a mediados de los 90, para trabajar en la oficina del entonces presidente Boris Yeltsin.
Putin asumió como director del Servicio de Seguridad Federal, el sucesor de la KGB, mientras que Sechin ocupó varios altos cargos en la administración de Yeltsin. Cuando Putin asumió como presidente interino en 1999, nombró a Sechin el subjefe de su administración.
“En cada uno de los trabajos de Putin a medida que Putin ascendía en la jerarquía, Sechin estaba allí”, dice Thane Gustafson, profesor de Derecho de Georgetown y experto en energía rusa, citado en el artículo de Forbes, además agrega: “Protegiendo la entrada a su oficina, administrando la vida de Putin”.
La vida emprearial de Sechin, empieza a cobrar protagonismo en el 2003 cuando se hizo socio, por un acuerdo de 623 millones de dólares, con el entonces presidente de Rosneft, Sergey Bogdanchikov, para hacerse cargo de Severnaya Neft, una compañía petrolera con campos en el norte del país.
Esa asociación tomó relevancia porque no fue un movimiento usual, debido a que, la empresa estatal petrolera se quedó con activos de baja calidad después de que los oligarcas se apoderaron de los mejores campos petroleros de Rusia, siendo la primera vez que la compañía adquirió una empresa privada.
“Esta fue la primera vez que Sechin apareció en el escenario. Antes de eso, era un tecnócrata bastante flexible”, dice Milov, en el artículo de Forbes. “Su ascenso fue muy repentino y absolutamente inesperado”.
Sechin fue nombrado posteriormente como presidente de la junta de Rosneft en julio de 2013, mientras permanecía como subjefe de gabinete de Putin.
“En cada uno de los trabajos de Putin a medida que Putin ascendía en la jerarquía, Sechin estaba allí. Custodiaba la entrada a su oficina, administraba la vida de Putin”. dijo Thane Gustafson.
En 2003, Rosneft adquirió la subsidiaria central de Yukos, Yuganskneftegaz, por 9,4 mil millones de dólares, aproximadamente la mitad de su valor en ese momento. En 2005, Yukos demandó a Rosneft por 11.000 millones de dólares, pero quebró al año siguiente. La mayoría de sus activos restantes fueron adquiridos por Rosneft a bajo precio en 2007.
En mayo de 2012, Sechin asumió como director ejecutivo de Rosneft. Siete meses después, la empresa estatal compró la petrolera rusa TNK-BP por 55.000 millones de dólares.
Ese negocio representó enormes pagos para al menos seis oligarcas que eran inversores en TNK-BP, incluidos Mikhail Fridman, Viktor Vekselberg y Leonard Blavatnik.
A medida que crecían los activos de Rosneft, también lo hacía la fortuna de Sechin. En 2012, compró el lujoso yate, St. Princess Olga que luego rebautizado como Amore Vero, o “amor verdadero”, tras su divorcio con Olga. También adquierió el Crescent en el 2013 y los dos años siguientes, gastó, al menos 110 millones de dólares en la compra de una propiedad a las afueras de Moscú.
El sueldo de Sechin ciertamente no era lo suficientemente alto como para costearse esas lujosas compras. En el año 2013 llegó a ganar hasta 50 millones de dólares, convirtiéndose así, en el director ejecutivo mejor pagado de Rusia, según Forbes.
Sechin demandó demandó a la revista por “difamación” y la justicia rusa ordenó que el artículo fuera borrado. En 2015, Forbes Rusia publicó un cáculo sobre los ingresos del oligarca, estimado en 17,5 millones de dólares.
Según Khodorkovsky, Sechin fue el cerebro detrás de la expropiación de Bashneft, realizando una serie de jugadas similares a las que usó contra Yukos.
Los nexos entre Sechin y Putin van en ambas direcciones. Rosneft contribuyó con dinero para construir el “Palacio de Putin”, una opulenta propiedad de casi 60 mil metros cuadrados cerca de la zona turística en la costa del Mar Negro.
De acuerdo con la Unión Europea , “Rosneft participó en la financiación de los viñedos del complejo del palacio cerca de Gelendzhik, que se considera utilizado personalmente por el presidente Putin”.
Una investigación del año pasado, realizada por la Fundación del líder opositor ruso y preso políico de Putin, Alexei Navalny, afirma que el mandatario ruso es dueño de la mansión, cuya construcción costó aproximadamente mil millones de dólares. Putin lo ha negado y asegurado en varias oportunidades, que es propiedad de un amigo de su infancia.
Sechin, por su parte, fue sancionado por primera vez por Estados Unidos en 2014, después de la anexión rusa de Crimea, y en el 2022, la Unión Europea le impuso medidas sancionatorias, que le permitieron a los gobiernos de Francia y España incautar sus dos superyates.
La mayoría de los yates propiedad de oligarcas se mantienen a través de cadenas complejas de sociedades de cartera en el extranjero, y los de Sechin no son diferentes.
Ant elos registros, figura como propietario del Crescent, la empresa Densiarly Enterprises Ltd / Trident Trust Co (Caimán), con sede en las Islas Caimán, mientras que del Amore Vero sale a nombre de Kazimo Trade & Invest Ltd, con sede en las Islas Vírgenes Británicas.
“[Imperial] es la operación más secreta de la industria debido a sus vínculos con los rusos en el poder”, dijo la fuente de la industria de yates a Forbes. “Si estás en el círculo íntimo de Putin, compras a través de Imperial”.
Imperial también construyó el Scheherazade de 700 millones de dólares, que recientemente fue vinculado a Vladimir Putin por la Fundación Anticorrupción de Navalny.
Un portavoz de Imperial le dijo a Forbes que la empresa actuó como gerente de construcción de Scheherazade pero que actualmente no administra el yate. “Imperial Yachts no tiene clientes que sean personas o entidades sancionadas”, agregaron.
Se ha especulado que Sechin controla los activos a través de sus asociados, incluido el ex director ejecutivo de Rosneft, Eduard Khudainatov. quien se desempeñaba en el cargo mientras que Sechin era el viceprimer ministro de Putin.
SEGUIR LEYENDO: