Alemania ha enviado armas y equipos por valor de más de 190 millones de euros (201 millones de dólares) a Ucrania durante las primeras ocho semanas tras la invasión rusa.
Alemania dio el visto bueno a la entrega de armas de guerra por valor de 127 millones de dólares y de otro tipo de armamento por valor de 75 millones de dólares entre el 24 de febrero y el 19 de abril, ha detallado el Ministerio de Economía alemán en respuesta a una pregunta parlamentaria.
Esta cifra se compara con los más de 3.700 millones de dólares en armas y munición prometidos o ya entregados a Ucrania por Estados Unidos. Además, la república báltica de Estonia ha proporcionado hasta ahora ayuda militar por valor de más de 220 millones de euros a Ucrania.
Dos días después del ataque ruso a Ucrania, el Gobierno alemán decidió suministrar armas a la zona de guerra, incluidos misiles antiaéreos, bazucas y munición, así como ametralladoras.
La semana pasada, Berlín aprobó la exportación de 50 tanques antiaéreos Gepard, lo que supone la primera vez que se suministran armas pesadas directamente desde Alemania a otro país.
Por su parte, la Unión Europea intenta resolver las últimas reticencias en su seno para sancionar el petróleo ruso como represalia a los cortes en el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, después de que estos dos países se negaran a pagar sus compras en rublos.
En una reunión extraordinaria de ministros de Energía, los gobiernos de Alemania y de Austria, hasta ahora reacios, expresaron su disponibilidad a adoptar un nuevo de paquete de sanciones que incluya el crudo procedente de Moscú, dejando a Hungría como único país que todavía lo rechaza.
“Austria está dispuesta a apoyar un embargo de petróleo de forma consecuente si la Comisión y los Estados miembros así lo deciden. Estamos preparados, puedo decirlo”, afirmó la ministra austríaca de Energía, Leonore Gewessler.
En la misma línea, el alemán Robert Habeck subrayó que “tras dos meses de trabajo” su país “no está en contra de una prohibición al petróleo de Rusia” y, aunque reconoció que “no hay tiempo” para evitar que una sanción así provoque un problema “local” en una refinería que utiliza exclusivamente crudo ruso, enfatizó que “no golpeará a la economía en su conjunto”.
Sí precisó Habeck la necesidad de que la sanción al petróleo de Moscú sea gradual para acometer “preparaciones técnicas”, al tiempo que reconoció que “otros países pueden tener problemas” más graves si se adoptara una medida así.
El movimiento de Berlín y de Viena deja a Budapest como la única capital del club que todavía mantiene abiertamente su veto a que las sanciones europeas -que deben ser aprobadas por unanimidad- incluyan el petróleo y el gas procedentes de Rusia, según expresó en Twitter el portavoz del primer ministro, Viktor Orbán.
Y eso a pesar de que el Gobierno polaco, su principal socio en el bloque, exigió este lunes mayor contundencia contra Moscú en respuesta a los cortes en el suministro de gas a su país y a Bulgaria.
(Con información de Europa Press)
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