La brutal invasión de Rusia a Ucrania acelera el ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN

Helsinki y Estocolmo están cada vez más cerca de romper su tradicional neutralidad y unirse a la alianza militar para protegerse de las amenazas de Putin

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El premier sueca, Magdalena Andersson, camina junto a su homóloga finlandesa, Sanna Marin (Reuters)
El premier sueca, Magdalena Andersson, camina junto a su homóloga finlandesa, Sanna Marin (Reuters)

La invasión rusa de Ucrania ha acelerado los deseos de Finlandia y Suecia, dos países históricamente neutrales, de entrar a formar parte de la OTAN, un movimiento geopolítico que el Kremlin precisamente buscaba evitar con su agresión militar

El deseo de alejar a la OTAN de sus fronteras, una de las excusas para atacar al vecino país, se vería fraguado con una eventual unión a la alianza de defensa transatlántica de Finlandia, que tiene la frontera más larga de la Unión Europea con Rusia, de 1.340 kilómetros.

La clave es que el protocolo de seguridad colectiva de la OTAN garantiza que todos sus miembros ayuden a cualquier aliado atacado.

Para la OTAN, el beneficio salta a la vista. Aunque Finlandia tiene un pequeño ejército permanente, su fuerza de reserva es la más grande de Europa, ya que cerca de 900.000 finlandeses tienen formación militar. A su vez, la Fuerza Aérea y los servicios de inteligencia del país se encuentran entre los más avanzados del continente. En el caso de Suecia, si se une la destreza de los submarinos y la defensa aérea de su Ejército reforzaría la capacidad de la OTAN para contrarrestar la hostil actividad rusa en el mar Báltico y el Ártico.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, con la premier finlandesa (Reuters)
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, con la premier finlandesa (Reuters)

En ambos países nórdicos la invasión rusa generó una ola de repudio. Las encuestas revelan que en Finlandia la mayoría está dispuesta a ingresar a la alianza y en Suecia los partidarios de la OTAN superan claramente a los que se oponen a la idea.

No obstante, los riesgos también son evidentes. El proceso de adhesión es largo y necesita la ratificación de los 30 estados miembros, algo que podría prolongarse en países como Hungría, cuyo primer ministro recién reelecto, Viktor Orban, no ha ocultado su admiración por Putin. Si el interregno es largo, los países quedan expuestos mientras no se formalice una garantía de defensa colectiva. Y es que Rusia ya ha advertido que respondería de manera hostil a una expansión de la OTAN. Si despliega más armas nucleares, aumenta tensiones y genera riesgos de errores de cálculo.

La entrada de Suecia y Finlandia a la OTAN podría culminarse antes de final de año o principios de 2023, después de un proceso de negociaciones de tan solo unos días dada la cercanía de los dos países escandinavos con la Alianza Atlántica, afirmó un portavoz de la OTAN consultado por Europa Press.

La invasión rusa de Ucrania ha llevado a una nueva urgencia de seguridad para Estocolmo y Helsinki, que verían con buenos ojos unirse a una organización militar. Para ello mantiene un proceso de consultas parlamentarias y se espera que a mediados de mayo emitan una decisión final sobre unirse a la alianza militar.

Suecia y Finlandia aún no forman parte pero son los dos socios más estrechos y participan ya en misiones y operaciones. Eso hace que las negociaciones formales para entrar en la alianza se puedan resolver “en un par de días”, ha señalado el portavoz aliado.

Ejercicios militares de la OTAN junto a tropas de Finlandia y Suecia, realizados en marzo en Noruega (Reuters)
Ejercicios militares de la OTAN junto a tropas de Finlandia y Suecia, realizados en marzo en Noruega (Reuters)

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo el último jueves que Finlandia y Suecia serían recibidos con los brazos abiertos si deciden unirse a la alianza militar y que el proceso de ingreso podría ser bastante rápido. Las declaraciones coinciden con el aumento del apoyo público: según las especulaciones de los medios locales, ambos países podrían presentar su solicitud a mediados de mayo.

“Para Finlandia, la decisión es más fácil, porque se basa en la realpolitik. Durante la guerra fría fuimos neutrales por necesidad, no por elección; la tradición de neutralidad de Suecia es más antigua y más ideológica. Pero cuando las realidades cambian, los dos países se adaptan”, argumenta Alexander Stubb, ex primer ministro de Finlandia (2014-2015) en un hilo en Twitter en el que también afirma que “la decisión sobre la afiliación finlandesa a la OTAN se tomó de facto el 24 de febrero del 2022, cuando Rusia atacó Ucrania; los sondeos de opinión cambiaron de un día para otro”.

El paso más arduo es el que tiene que ver con la ratificación por los distintos trámites que hay en cada miembro de la OTAN. Este procedimiento burocrático se demorará meses y es lo que hace que el ingreso formal no llegaría hasta finales de 2022 o principios de 2023, algo que inquieta a Suecia y Finlandia que quieren contar con garantías de seguridad para este interregno, después de que Moscú haya lanzado sus amenazas de represalias.

DOS SEMANAS DE PROCESO DESDE LA SOLICITUD FORMAL

Una vez que hayan finalizado el proceso parlamentario, los candidatos deben enviar una ‘carta de intención’ a la organización, que equivale a una solicitud de acceso, con el que arranca el proceso formal para ingresar.

La OTAN convocaría a su órgano ejecutivo, el Consejo del Atlántico, para estudiar la petición de Suecia y Finlandia y en esa misma jornada podría dar la luz verde a abrir las negociaciones de entrada, a la vista del consenso existente. Estas conversaciones de acceso, que normalmente llevan tiempo y requieren de reformas en el campo de la Defensa para alinearse con los estándares de la OTAN, serían muy breves, de tan solo un par de días.

Sede de la OTAN en Bruselas (Reuters)
Sede de la OTAN en Bruselas (Reuters)

Luego vendría la firma del protocolo de acceso, que rubrican los aliados en Bruselas para pasar posteriormente a las capitales, donde empieza el proceso más largo para que los 30 aliados ratifiquen el ingreso de los nuevos miembros.

Todo el proceso desde la carta de intención hasta tener el protocolo de acceso firmado se haría en dos semanas. Que es muy rápido”, indicó el portavoz atlántico.

LA RATIFICACIÓN LLEVA MESES

Pese a la rapidez en las conversaciones y que se vayan a agilizar todos los trámites, la fase que puede demorar más el ingreso de los dos países nórdicos en la OTAN tiene que ver con la ratificación del protocolo de acceso, que “puede llevar muchos meses”.

El problema radica en que cada aliado tiene un sistema diferente, en muchos se necesita del visto bueno del Congreso o Senado. En Estados Unidos, por ejemplo, requiere del apoyo de dos tercios del Senado, en otros una mayoría simple y en Reino Unido tan solo necesita del visto bueno del Gobierno.

En el caso de Macedonia del Norte, último país en entrar en la OTAN, con cierta presión por el cambio de nombre del país, el protocolo tardó nueve meses en ser ratificado por el resto de aliados, recuerda el portavoz aliado para dar una muestra de los plazos que cabe esperar ahora. En 1982, España se convirtió en el decimosexto miembro de la OTAN después de un proceso que llevó en total seis meses desde que comunicó su intención formal de adherirse a la organización en diciembre de 1981.

Una vez todos los miembros de la alianza y los candidatos han aprobado estos protocolos, el ritual lleva a Washington, donde los documentos se depositan ante el Gobierno de Estados Unidos. No es hasta que están todos el país aspirante se convierte en miembro de la OTAN.

(Con información de Europa Press)

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