El Ministerio del Interior de Rusia ha incluido a María Aliójina, integrante del grupo feminista de punk ruso Pussy Riot, en su lista de personas en busca y captura tras haber sido condenada la semana pasada a una pena de 21 días de cárcel sin que ella compareciera para ingresar en prisión.
Aliójina, nacida en 1988, apareció en la base de datos de las personas buscadas del Ministerio del Interior, según la agencia oficial TASS.
El pasado día 21, un tribunal de Moscú sustituyó la pena de un año de arresto domiciliario -que le fue impuesta en septiembre de 2021 sus llamamientos a participar en protestas contra las restricciones sanitarias impuestas para frenar la pandemia de coronavirus- por una condena real de 21 días de cárcel.
Desde principios de 2022 la integrante de Pussy Riot ha sido detenida en varias ocasiones y ya pasó 90 días bajo arresto administrativo.
Aliójina participó en las manifestaciones en apoyo al líder opositor ruso Alexei Navalni, que tuvieron lugar a principios de 2021 y fueron violentamente reprimidas por la policía rusa.
Según informó en su canal de Telegram la organización defensora de derechos humanos Apologia, Aliójina violó en varias ocasiones los términos de su arresto domiciliario, ya que en dos ocasiones regresó a su hogar más tarde de lo establecido y el 30 de marzo pasado cortó su tobillera de control electrónico.
Aliójina ya fue condenada en 2012 a dos años de prisión por vandalismo tras protagonizar, junto a otras integrantes de Pussy Riot, la conocida como ‘oración punk’ en la catedral ortodoxa de Cristo Salvador de Moscú, un espectáculo de protesta en el que berrearon ‘Madre de Dios, echa a Putin’.
Medio año después, Aliójina y su compañera Nadezhda Tolokónnikova fueron amnistiadas por el Gobierno ruso tres meses antes de que se cumpliera la totalidad de su condena.
Dos de las activistas de Pussy Riot detenidas hicieron una huelga de hambre en diciembre en una prisión cercana a Moscú en la que cumplen condena para protestar por la prohibición de contacto entre ellas.
Maria Aliojina y Lusya Stein exigen que se las coloque en una sola celda y se les permita comunicarse entre sí, indicó el sitio web de noticias independiente Meduza y el portal de derechos civiles Ovd-Info.
Ambas activistas tenían actualmente prohibido hablar entre ellas en el centro penitenciario, una prohibición que, según ellas, no tiene base legal.
(Con información de EFE)
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