La supuesta amante del presidente ruso, Vladimir Putin, reapareció en Moscú tras los rumores de que se escondía en un chalet privado en Suiza o en un búnker nuclear siberiano.
La medallista de oro olímpica Alina Kabaeva, de 38 años, fue vista públicamente esta semana en un ensayo de gimnasia rítmica junior en el VTB Arena de Moscú antes del Festival Alina, un evento benéfico previsto para el sábado.
Según Daily Mail, se cree que Kabaeva es la amante y madre de cuatro de los hijos de Putin, a los que éste nunca ha reconocido oficialmente.
Las fotos de Kabaeva en el evento de Moscú desataron las especulaciones de que la ex gimnasta había recurrido al mismo cirujano estético que Putin, entre rumores de bótox y rellenos.
“La gimnasta casi nunca aparece en público ni en las redes sociales, y no es posible verla accidentalmente en la calle o en los centros comerciales”, publicó la revista Cosmopolitan de Rusia.
El canal de Telegram Tol’ko Nikomu - eligiendo cuidadosamente sus palabras para evitar la censura rusa- insinuó que ella y Putin comparten el mismo cirujano plástico.
“Una nueva y rara aparición de Alina Kabaeva. Esta vez va vestida de manera informal, y se la vuelve a ver con un anillo de boda”, publicó.
Se cree que Kabaeva y su familia supuestamente secreta con Putin han sido enviados a un chalet privado en Suiza o a uno de los varios búnkeres de alto nivel en los Urales, el Ártico o Siberia.
Una petición, lanzada por ciudadanos de Rusia, Bielorrusia y Ucrania hace dos semanas, ha pedido a las autoridades suizas que echen a Kabaeva de Suiza y la deporten a Rusia.
El llamamiento, que describe a Kabaeva como la “esposa favorita del delirante dictador y criminal de guerra Putin”, ha alcanzado ya más de 73.500 firmas.
Quién es Alina Kabaeva
La ex gimnasta olímpica Alina Kabaeva, señalada como presunta amante del presidente ruso, es quien conduce los hilos de una de las maquinarias más importantes para el autócrata: la propaganda. Es la presidente del directorio del conglomerado de medios más importante del país, y en ese puesto ha recibido las gracias de numerosos oligarcas cercanos al Kremlin.
Durante su vida deportiva, Kabaeva llegó a ser una de las gimnastas más condecoradas, alcanzado dos medallas olímpicas (oro en Atenas 2004), dos títulos mundiales y el apodo de “la mujer más elástica de Rusia”.
No pasó mucho tiempo hasta que dio el salto a la política, convirtiéndose en diputada por el partido oficialista Rusia Unida, donde estuvo seis años en la Duma.
Pero más sorpresa causó cuando anunció en 2014 que dejaría el cargo para dirigir el directorio del National Media Group (NMG). Para hacerle lugar, desplazaron a Kirill Kovalchuk, nada menos que sobrino de Yuri Kovalchuk, hombre detrás de NMG, principal accionista de Rossiya Bank y uno de los asesores más cercanos de Putin.
Por ese entonces, el holding poseía el 25% del Canal Uno, la principal cadena de televisión rusa controlada por el Estado, y también tiene participaciones en otros canales y periódicos, incluida una cuota mayoritaria del influyente diario Izvestia. Desde entonces se ha expandido y actualmente posee una parte de VK, la mayor empresa de redes sociales del país.
Cuando un vocero confirmó el nombramiento de Kabaeva, no dio detalles sobre las cualificaciones que la hacían idónea para el cargo. Es cierto que anteriormente fue presentadora de un programa de televisión, pero no se le conocía experiencia en la gestión de medios de comunicación.
Pero para ese entonces, ya estaban desatados los rumores de un vínculo con Putin, que había anunciado su divorcio el año previo.
En 2008, el periódico Moskovsky Korrespondent afirmó que Putin estaba separado de su esposa Lyudmilla (madre de dos hijas de las que se conoce poco) y planeaba casarse con Kabaeva. Un tiempo después, el diario desapareció. Cuando una reportera le preguntó sobre los rumores, el presidente respondió con furia: “Siempre reacciono mal con aquellos que meten sus narices mocosas y sus propias fantasías eróticas en la vida delos demás”. La periodista se retiró llorando.
Cuando el mandatario confirmó su divorcio, su vocero afirmó que no había otra mujer en su vida. “Es muy fácil echar un vistazo a la agenda de trabajo de Putin y entender que no hay espacio para las relaciones familiares en su vida, que está totalmente ocupada con sus responsabilidades como jefe de Estado”, argumentó. Pero los rumores no se detuvieron. Y la ascendente carrera de Kabaeva, tampoco.
NMG ha tenido, como se esperaba, un rol clave en la defensa de Putin en el marco de la invasión a Ucrania, acusando de propaganda a todas las denuncias de Ucrania sobre posibles crímenes de guerra.
A inicios de marzo, Kabaeva rompió el silencio para criticar las medidas que afectaban a los deportistas rusos y la ex gimnasta aseguró que lo que el Kremlin hacía era “proteger al Donbás y Lugansk de los nazis”, en línea con la retórica oficial.
Según informaron medios en 2018, su salario rondaba los 10 millones de dólares por año. Pero esa imponente suma no toma en cuenta los jugosos negocios que se llevan adelante en el círculo íntimo de los oligarcas y los favores que van de la mano. Documentos reportados por la Fundación Anticorrupción (dirigida por el opositor Alexei Navalny) señalan que ha recibido varias propiedades en Moscú y San Petersburgo, varias veces a través de su familia, de parte de poderosos empresarios cercanos al presidente. También, aseguran que viaja en los mismos aviones que los amigos de Putin.
No obstante, Kabaeva ha logrado hasta ahora evadir las sanciones internacionales, pese a que varios países han apuntado contra los empresarios de medios y jerarcas de la maquinaria propagandística.
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