Hasta 9.000 civiles podrían estar enterrados en una fosa común en el pueblo de Manhush, en las afueras de Mariupol, dijo el jueves el alcalde de la ciudad en una publicación de Telegram.
“El mayor crimen de guerra del siglo XXI se ha cometido en Mariupol. Este es el nuevo Babi Yar”, dijo el alcalde de Mariupol, Vadym Boychenko, refiriéndose al sitio de múltiples masacres nazis en las que casi 34.000 judíos ucranianos fueron asesinados en 1941.
“Luego Hitler mató a judíos, romaníes y eslavos. Y ahora Putin está destruyendo a los ucranianos. Ya ha matado a decenas de miles de civiles en Mariupol”, agregó. “Esto requiere una fuerte reacción de todo el mundo. Necesitamos detener el genocidio por todos los medios posibles”.
En una declaración separada el jueves, Boychenko alegó que los rusos habían cavado enormes trincheras cerca de Manhush, a 20 kilómetros al oeste de Mariupol, y estaban “ocultando sus crímenes de guerra” arrojando cadáveres allí.
El jueves por la noche, los medios de comunicación ucranianos publicaron fotos satelitales de Manhush, que mostraban lo que decían eran fosas comunes similares, aunque mucho más grandes, a las descubiertas en el suburbio de Bucha en Kiev. La precisión de estas afirmaciones e imágenes no se pudo verificar de inmediato.
Las imágenes, proporcionadas el jueves a The Washington Post por Maxar Technologies, muestran varias filas de tumbas en cuatro secciones distintas, cada una de las cuales mide más de 85 metros. La revisión de las imágenes por parte de la compañía indica que las nuevas tumbas aparecieron entre el 23 y el 26 de marzo y que ahora hay más de 200 lotes de entierro junto a un cementerio existente.
El descubrimiento de la fosa común de Manhush se produce cuando los investigadores de toda Ucrania comienzan el arduo trabajo de identificar a los muertos y documentar los posibles crímenes de guerra.
Vladimir Putin celebró el jueves la “liberación” de Mariupol y ordenó bloquear todas las escapatorias posibles del complejo siderúrgico subterráneo donde se atrincheraron los últimos resistentes de esa estratégica ciudad portuaria del sureste de Ucrania.
“El fin del trabajo de liberación de Mariupol es un éxito”, dijo Putin a su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, en un encuentro difundido por la televisión.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden afirmó sin embargo que “todavía no hay pruebas de que Mariupol haya caído por completo” en manos rusas y aseguró que Putin “nunca tendrá éxito” en la ocupación de Ucrania.
Tras casi dos meses de asedio y bombardeos, las últimas tropas ucranianas están ocultas en la acería de Azovstal, una de las mayores de Europa, que tiene kilómetros de túneles.
Putin determinó frenar el asalto final a ese peligroso lugar y ordenó en cambio “bloquear toda la zona de tal forma que no salga ni una mosca”.
“Tenemos que pensar en la vida de nuestros soldados y oficiales, no tienen que penetrar en esas catacumbas y arrastrarse bajo tierra”, explicó en el encuentro con su ministro de Defensa.
Unos 2.000 soldados ucranianos rechazaron los ultimátums rusos y permanecen atricherados en la siderúrgica, según Moscú.
Las autoridades ucranianas afirman que hay también allí unos 1.000 civiles.
El Ministerio ucraniano de Relaciones Exteriores pidió crear un corredor humanitario para evacuar a esos habitantes, que “no confían en las tropas rusas”.
Mariupol ha sido uno de los lugares donde se ha concentrado la ofensiva rusa desde poco después de la invasión, el 24 de febrero. Controlar ese puerto del mar de Azov permitiría a Moscú unir los territorios prorrusos del Donbás y la península de Crimea, ya anexada en 2014.
Las autoridades estiman que unas 20.000 personas murieron en Mariupol, debido a los bombardeos o a la falta de agua, comida y electricidad.
(Con información de AP y AFP)
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