El opositor ruso encarcelado Alexei Navalny incursionó abruptamente en la reñida campaña presidencial francesa este miércoles, instando a los votantes a respaldar al presidente Emmanuel Macron y alegando que la aspirante de extrema derecha Marine Le Pen está demasiado vinculada a Rusia.
Le Pen ya ha enfrentado escrutinio en el pasado por un préstamo de 9 millones de euros que su partido recibió en 2014 del First Czech-Russian Bank.
Las interrogantes sobre los vínculos de Le Pen con Moscú surgieron durante su candidatura presidencial de hace cinco años, la cual perdió ante Macron, y volvieron a surgir en medio de la invasión a Ucrania ordenada por el presidente ruso Vladimir Putin. Ella enfatizó que ha condenado la invasión del 24 de febrero “sin ambigüedad”.
El tuit del equipo de Navalny, horas antes de un último debate entre los dos candidatos, representa una amenaza para el avance relativamente sin contratiempos de Le Pen rumbo a la segunda vuelta del domingo ante Macron.
En el debate, Macron acusó a Le Pen de ser dependiente de Rusia, de la que dijo es “tu banquero”. Le Pen se molestó ante la insinuación de que está en deuda con el Kremlin y señaló que es “totalmente libre”. Previamente en la campaña había desestimado las preguntas sobre el préstamo a su partido Frente Nacional, que ha sido renombrado Agrupación Nacional. Desde entonces el banco fue disuelto.
Navalny, el principal adversario interno de Putin, dijo en el largo hilo en francés que quería informarle a los simpatizantes de Le Pen acerca de la corrupción en Rusia y cómo ha contaminado a bancos como el FCRB.
“Este banco es una conocida agencia de lavado de dinero creada a instancias de Putin”, tuiteó Navalny, aunque no citó ninguna evidencia salvo sus propias investigaciones sobre la corrupción en Rusia. “Esto es venderle influencia política a Putin”.
Un estudio de 2019 realizado por la Alianza para la Seguridad de la Democracia, con sede en Washington, en el German Marshall Fund halló que el banco FCRB había sido un “engranaje clave para que Moscú pudiera influir en las contiendas políticas en el extranjero, y cómo este banco trató de aprovechar los vacíos legales existentes en la financiación de las campañas para lograr sus objetivos políticos”.
La investigación se centró en el partido antiinmigración de Le Pen, diciendo que el banco había estado involucrado en ser un “vehículo para el lavado de dinero de las élites corruptas a gran escala”. También citó “interferencia respaldada por el Estado ruso en el sistema político occidental” en la forma de un préstamo al Frente Nacional.
Por Elaine Ganley (Associated Press)
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