El buque Moskva, insignia de la marina rusa en el mar Negro y operativo desde principios de los 80, se hundió el miércoles en pocas horas, llevando consigo al fondo una parte del orgullo de las fuerzas armadas del presidente Vladimir Putin, muy castigadas desde el inicio de la invasión a Ucrania, el 24 de febrero.
El satélite Sentinel-1 captó el momento del incendio del buque ruso y reveló su ubicación en el norte del mar Negro cuando fue alcanzado por dos misiles ucranianos el 13 de abril.
El análisis de las imágenes de satélite de radar revela también la presencia de otras embarcaciones alrededor del buque a las 18:52, hora local, durante el incendio. Y las coordenadas señalan que se encontraba al este de la Isla de la Serpiente, a 80 millas náuticas de Odesa y a 50 millas náuticas de la costa ucraniana.
Según Moscú, el crucero sufrió un incendio a bordo que hizo explotar la munición. Kiev, por su parte, reivindica un ataque con misiles, una versión respaldada este viernes por el Pentágono.
El Moskva, de 186 metros de eslora, portaba 16 misiles antinavío Bazalt/Voulkan, misiles Fort (la versión marina de los S-300 de largo alcance) y misiles de corto alcance Osa. Así como lanzacohetes, cañones y torpedos.
El barco podía llevar hasta 680 soldados a bordo, según el ministerio de Defensa ruso, y “aseguraba la protección aérea del resto de navíos durante las operaciones”, afirmó en Telegram el vocero de la administración militar regional de Odesa, Serguéi Bratchuk.
Con su armamento protegía íntegramente un diámetro de 150 kilómetros a la redonda, explicó a la agencia AFP Nick Brown, experto del Instituto privado británico de Información Janes. “Con Turquía bloqueando a los navíos rusos los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos, será difícil que Rusia pueda sustituir su capacidad de defensa aérea”, dijo.
El Moskva se fue al fondo del mar Negro con su prestigioso currículo operacional, labrado en Georgia en 2008, y en Siria entre 2015 y 2016.
“Era el barco de mando, y tenía a bordo, probablemente, al Estado Mayor naval de la zona”, consideró el almirante francés ya retirado Pascal Ausseur, director general del centro de análisis Fundación Mediterránea de Estudios Estratégicos (FMES).
Ahora tendrán que designar otro barco para coordinar las operaciones en el mar Negro. “Es un mar muy pequeño, todo está al alcance de los misiles antinavíos, y su detección es muy sencilla”, añadió Ausseur. Por lo que la pérdida del Moskva “muestra una verdadera vulnerabilidad” de la marina rusa.
(Con información de AFP)
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