Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) abrieron este lunes en Luxemburgo discusiones de un sexto paquete de sanciones contra Rusia, aunque cada vez sea más difícil llegar a un consenso y se multiplican los llamados a proteger la unidad del bloque.
“Hemos continuado las discusiones sobre sanciones. Pero ninguna decisión ha sido adoptada en esta jornada” dijo el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, al fin de una reunión de cancilleres en Luxemburgo.
Con relación a Ucrania, la prioridad ahora es la ayuda militar, añadió. “Los ucranianos temen una enorme ofensiva [de Rusia] en la región del Donbás. Ellos se preparan y nosotros los auxiliamos, eso no es un secreto”, dijo.
Así, los cancilleres de los países de la UE autorizaron un paquete de 500 millones de euros (unos 540 millones de dólares) para financiar y entregar equipos bélicos a Ucrania, en una decisión que aún deberá ser ratificada por un pequeño grupo de países.
Ese paquete se suma a los 1.000 millones de euros que ya habían sido desbloqueados por la UE para la compra de armas y equipos para las fuerzas ucranianas. “Si no es suficiente, pondremos más. Por el momento disponemos de esos recursos”, dijo Borrell.
La reunión de los cancilleres europeos, sin embargo, se centró en las nuevas sanciones contra Rusia, y en tratar de alcanzar un consenso sobre la posibilidad de bloquear las importaciones de gas proveniente de Rusia.
Por su parte, el canciller de Luxemburgo, Jean Asselborn, dijo que el presidente ruso, Vladimir Putin, “no va a detenerse, aún si dejamos de comprar gas ruso”.
Rusia “provoca el hambre en el mundo”
Rusia es responsable de una escalada de la crisis alimentaria global debida a la guerra en Ucrania, especialmente por haber bombardeado reservas de trigo e impedir la salida de los cargamentos de granos, aseguró Borrell.
“Están provocando escasez. Están bombardeando las ciudades ucranianas y provocando hambre en el mundo”, dijo Borrell en una conferencia de prensa tras reunirse con los ministros de Relaciones Exteriores.
El funcionario español advirtió que además de los combates en Ucrania, “hay otra batalla: una batalla narrativa”.
En su visión, mientras Rusia presenta a las sanciones de la UE como las “responsables de la escasez de alimentos y el aumento de los precios”, es Rusia la que “provocaba hambre en el mundo bloqueando los puertos, el trigo y destruyendo las reservas de trigo en Ucrania”.
“Dejen de culpar a las sanciones. Es el ejército ruso el que está provocando la escasez de alimentos”, afirmó.
Borrell formuló estas declaraciones después de que la Oficina de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtiera la semana pasada que los precios mundiales de los alimentos alcanzaron un máximo histórico en marzo, tras la invasión de Rusia a Ucrania, una potencia agrícola.
La FAO apuntó que la interrupción de las exportaciones como resultado de la invasión del 24 de febrero, junto con las sanciones internacionales a Rusia, habían aumentado los temores de una crisis mundial de hambre.
Las preocupaciones eran especialmente agudas en Oriente Medio y África, donde ya se estaban produciendo efectos colaterales.
Rusia y Ucrania poseen vastas regiones productoras de cereales que se encuentran entre los principales graneros del mundo. Sus cosechas representan una gran parte de las exportaciones mundiales de varios productos básicos importantes, incluidos el trigo, el aceite vegetal y el maíz.
En los últimos tres años, Rusia representó alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo y maíz, y Ucrania un 20%, según estimativas de la FAO.
La oficina de la ONU también estima que la hambruna en África occidental y las regiones del Sahel -altamente dependientes de los cereales rusos y ucranianos- podría empeorar y afectar a más de 38 millones de personas para junio.
(Con información de AFP)
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