Las impactantes imágenes muestran desgarradores gritos desde los rascacielos de Shanghai, la mayor ciudad y centro financiero de China que lleva más de días cerrada por orden del régimen chino.
“El narrador se preocupa de que haya grandes problemas. En dialecto shanghainés, predice que la gente no podrá aguantar mucho más y adelanta que puede suceder una tragedia”, escribe el reconocido epidemiólogo Eric Feigl-Ding brindando una explicación de las imágenes en su cuenta de Twitter.
Shanghai es el epicentro del peor brote de China desde los primeros días de la pandemia en Wuhan y las autoridades han redoblado sus pilares de Covid Cero con pruebas masivas y cierres para intentar acabar con las infecciones. Pero la situación se ha convertido rápidamente en una pesadilla logística, ya que los 25 millones de habitantes de la ciudad -encerrados en sus casas desde hace 22 días- luchan por conseguir que se les entreguen los alimentos básicos y los funcionarios tratan de censurar el creciente descontento de la población.
El video gráfica el horror al que el régimen chino somete a gran parte de los habitantes de esta ciudad, a pesar de las advertencias de los funcionarios de salud pública del mundo de que la variante Ómicron del COVID-19 es tan infecciosa que no puede ser eliminada con confinamientos.
La situación es tan grave que el último sábado estallaron los saqueos y las protestas.
Los habitantes de Shanghai sólo pueden salir de sus casas una vez al día para recoger alimentos y los niños chinos infectados han sido separados de sus padres en un intento desesperado por evitar la propagación del virus.
Las autoridades han intensificado la asistencia en los últimos días, y algunos residentes han recibido paquetes que incluyen huevos, leche, verduras y carne. Pero algunas zonas de la ciudad no los han recibido y las aplicaciones de reparto no pueden seguir el ritmo del creciente número de personas que intentan hacerse con los productos de primera necesidad, ya que los conductores también están bloqueados.
El corresponsal del Australian Financial Review en el norte de Asia, Michael Smith, informó que la situación en Shanghai es aterradora. “Millones de personas luchan por alimentarse, los ancianos no pueden acceder a los medicamentos, hay videos de disturbios que circulan por las redes sociales. Muchos hogares dependen de las inadecuadas entregas de alimentos del gobierno”, detalló.
“Las medidas draconianas y de mano dura de control de Covid” han desbordado el sistema médico, según Yanzhong Huang, investigador principal de salud global en el Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York. Este es “un resultado que se supone que la estrategia de cero Cóvida debe evitar”, dijo a la agencia AFP.
La estrategia china de cero contra el virus está sometida a una presión extrema a medida que el virus se extiende por todo el país, con otro brote en el noreste. Hasta el mes de marzo, China había conseguido mantener el número de casos diarios en dos o tres dígitos, con duros cierres localizados, pruebas masivas y restricciones de viaje. Pero la última semana, el número de infecciones diarias alcanzó tasas no vistas desde mediados de febrero de 2020.
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