Dos soldados israelíes han resultado heridos de bala este domingo cuando intentaban llegar a la tumba de José, que estaba siendo vandalizada, y que se encuentra cerca de la ciudad cisjordana de Naplusa, en territorio palestino.
Tras recibir dos disparos en la rodilla y la mano, los dos soldados se encuentran en situación moderada, por lo que han sido trasladados a un hospital de la zona para ser atendidos, según ha informado ‘The Jerusalem Post’.
“Los soldados llegaron a un puesto de control no tripulado en una de las entradas a Shechem, lo atravesaron y entraron en la ciudad. Después de un corto tiempo, llegaron a otro puesto de control con heridas de bala, las circunstancias del incidente están bajo investigación”, ha explicado el Ejército israelí en un comunicado al que ha tenido acceso ‘Israel National News’.
Durante la noche de este domingo, alrededor de 100 palestinos habrían irrumpido en el sitio, se habrían amotinado y lo habrían incendiado, antes de que las fuerzas de seguridad palestinas los dispersaran y destrozaran los objetos del interior. En concreto, habrían roto la lápida que marcaba la tumba de la figura bíblica de José, según ha informado ‘The Times of Israel’.
Esto evento se ha producido en medio de un aumento de las tensiones en Israel y Cisjordania, después de que múltiples supuestos ataques terroristas hayan matado a 13 israelíes en las últimas semanas.
Por otra parte, el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, sijo que su Gobierno está “concediendo libertad de acción total al ejército, al Shin Bet (servicio de inteligencia interior) y a todas las fuerzas de seguridad para derrotar el terror”.
Fue en un discurso público en Tel Aviv, tras el sangriento ataque cometido por un palestino: “No hay ni habrá límites para esta guerra”, agregó.
“Israel es el país más poderoso de la región. Nuestros enemigos lo saben (...) Las fuerzas armadas y las agencias de seguridad van a usar todas las capacidades defensivas y ofensivas necesarias para cortar de raíz esta ola de terrorismo”, dijo por su parte el ministro de Defensa, Benny Gantz.
Desde el 22 de marzo, Israel ha sufrido cuatro ataques, dos de ellos llevados a cabo por árabes israelíes vinculados a la organización yihadista Estado Islámico y dos por palestinos oriundos de la ciudad de Yenín, al norte de Cisjordania, región ocupada por Israel.
Yenín es considerado un bastión de grupos armados palestinos.
(Con información de Europa Press)
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