Rusia se convirtió este sábado en el primer país del mundo en reconocer al gobierno talibán al frente de Afganistán desde que el movimiento islamista tomó el poder en agosto de 2021.
Un vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores talibán anunció este sábado que la Embajada afgana en Moscú ha sido oficialmente entregada a sus representantes. Para Moscú, la representación previa cesa en su vigencia y pasará a un nuevo encargado de negocios, Yamal Gharwal.
“El mes pasado el primer diplomático afgano enviado por las nuevas autoridades llegó a Moscú y recibió la acreditación en nuestro Ministerio”, afirmó el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el pasado jueves en declaraciones recogidas por la agencia de noticias rusa Interfax.
Lavrov dijo que a pesar de la “falta de experiencia de gestión, de las restricciones financieras y económicas, de la presión política y diplomática de Estados Unidos y sus aliados, el nuevo gobierno de Afganistán ha conseguido en general mantener el Estado a flote”.
Sin embargo, afirmó que las nuevas autoridades deben representar no sólo a los diversos grupos étnicos, minorías nacionales y religiosas del país, sino también a las fuerzas políticas.
Desde que comenzó su invasión de Ucrania, el pasado 24 de febrero, Rusia se ha visto muy aislada y ha presionado a numerosos países con una carta en la que les advertía sobre las consecuencias de la votación que suspendió esta semana a Moscú en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Ningún país había reconocido hasta ahora al gobierno talibán, responsable de duras restricciones de derechos humanos, en particular para las mujeres, que no pueden estudiar en institutos o deben viajar acompañados de un guardián.
La activista paquistaní Malala Yousafzai, galardonada con el premio Nobel de la Paz y que milita desde hace mucho tiempo por la educación de las mujeres, también expresó su indignación el mes pasado al conocerse la noticia de que las niñas no serían admitidas en las escuelas afganas.
Los talibanes “seguirán encontrando excusas para impedir que las chicas aprendan, porque tienen miedo de las chicas educadas y de las mujeres autónomas”, declaró Yousafzai, quien sobrevivió a un intento de asesinato de los talibanes paquistaníes cuando tenía 15 años.
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, consideró que la decisión de privar de clases a las jóvenes constituye “un retroceso enorme”. “El acceso a la educación es un derecho fundamental”, añadió.
Estados Unidos criticó la decisión de los islamistas. Se trata de “una traición a los compromisos públicos que los líderes talibanes hicieron con el pueblo afgano y la comunidad internacional”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, afirmó en un comunicado que “comparte la profunda frustración y decepción de las alumnas de secundaria y de las estudiantes afganas”. Y estimó “profundamente perjudicial” para Afganistán la “incapacidad de las autoridades de facto de respetar sus compromisos”.
La comunidad internacional hizo de la escolarización de las mujeres un punto fundamental en las negociaciones sobre la ayuda y el reconocimiento del régimen islamista, que en su anterior mandato (1996-2001) habían prohibido la educación femenina.
Con informacion de EuropaPress
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