La ONG Human Rights Watch (HRW) afirmó este viernes que la decisión de Rusia de cerrar su oficina en el país “fortalece” su iniciativa de “denunciar el giro de Moscú hacia el autoritarismo” y precisó que “seguirán trabajando” para que el Kremlin “respete los derechos de su pueblo”.
“Human Rights Watch ha estado trabajando en Rusia desde la era soviética y seguiremos haciéndolo”, sentenció el director ejecutivo de la ONG, Kenneth Roth, agregando que este “nuevo telón de acero” no detendrá sus “esfuerzos continuos” para “defender los derechos de todos los rusos y proteger a los civiles en Ucrania”.
HRW, que ha mantenido su oficina durante 30 años en el país, denunció en un comunicado que esta medida forma parte “de los esfuerzos para sofocar las voces críticas” en el marco, además, de la invasión a Ucrania y, recientemente, la suspensión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Así, la ONG detalló que el país ha aprobado leyes que criminalizan informes de guerra independientes, así como las protestas contra la guerra. “Estas son las más recientes de muchas leyes y medidas represivas adoptadas en los últimos diez años que han tenido como objetivo diezmar a la sociedad civil y han obligado a cientos de activistas, periodistas, críticos y abogados de Derechos Humanos a exiliarse”, dijo.
Además, HRW indicó que trabaja otros temas en el país, que se quedarán sin cobertura, como la violencia doméstica; los derechos de las personas con discapacidad; los de las personas mayores y también los derechos laborales y los derechos de los refugiados y solicitantes de asilo.
Rusia ha anunciado este viernes la expulsión de la oficina de Amnistía Internacional (AI) en Moscú, así como las de otras catorce ONG como Human Rights Watch (HRW) o Carnegie Endowment for International Peace (CEIP) de su lista de organizaciones internacionales extranjeras por “violaciones a la legislación rusa”
El Ministerio de Justicia ruso informó el viernes en un comunicado de que había revocado el registro de 15 organizaciones extranjeras, entre ellas Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
Las unidades rusas de las organizaciones, entre las que se encontraba también la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, “fueron excluidas debido al descubrimiento de violaciones de la legislación vigente de la Federación Rusa”, según el comunicado.
Rusia también cerró las oficinas locales de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, la Fundación Friedrich Ebert, la Fundación Aga Khan, la Asociación Wspolnota Polska y otras organizaciones.
(Con información de Europa Press)
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