Las autoridades ucranianas advirtieron a los civiles del este de Ucrania que los días venideros serán “su última oportunidad” de salir de la región, antes de que Rusia lance una ofensiva de envergadura en la zona.
“Los próximos días son tal vez la última oportunidad de salir”, dijo en Facebook el gobernador de Lugansk, Serguii Gaidai, indicando que los rusos “estaban cortando todas las vías posibles de salida”.
En la víspera, la viceprimera ministra Iryna Vereshchuk había instado a salir de la zona “ahora”, so pena de “arriesgarse a la muerte”.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, advirtió que Moscú continúa “acumulando fuerzas de combate para realizar sus malas ambiciones en Donbás”, en el este.
Autoridades de las regiones orientales de Lugansk y Donetsk pidieron a los civiles abandonar la zona “mientras sea posible”, aunque ya estaba llevando a cabo lanzamiento de proyectiles.
Las fuerzas rusas se retiraron en los últimos de los alrededores de la capital ucraniana, donde dejaron una ola de devastación y muerte, un movimiento que para Ucrania y sus aliados occidentales es un reagrupamiento táctico para atacar el sureste del país. “Podemos ver claramente antes de que el enemigo inicie su ataque total, que va a destruir el lugar completamente”, dijo el gobernador Gaidai, al canal 24 de Ucrania.
- Evacuación en marcha -
Este responsable indicó en Facebook que más de 1.200 personas fueron evacuadas el miércoles de Lugansk pero que el fuego de artillería impedía continuar. Aseguró que toneladas de alimento, medicamento y productos de higiene serían entregados para quienes no puedan salir.
El jefe de la administración militar regional de Donetsk dijo que las instalaciones donde los civiles reciben ayuda fueron atacadas. “El enemigo apuntó directamente allí con la intención de destruir a los civiles”, escribió en Facebook Pavlo Kyrylenko.
Aseguró que los residentes están siguiendo los llamados a evacuar y que las carreteras tienen más movimiento.
En la ciudad industrial de Severodonetsk, la localidad más oriental bajo control ucraniano, los proyectiles y cohetes caían el miércoles a intervalos constantes. “No tenemos dónde ir, ha sido así durante días”, declaró a AFP un vecino, Volodimir de 38 años, al frente de un edificio en llamas.
En otras partes, los preparativos para contrarrestar ataque estaban en marcha, como ocurrió en una carretera que conecta Járkov con Donetsk.
Para contener el avance ruso se excavan trincheras y la carretera está llena de obstáculos antitanques. Reservas cercanas de agua fueron abiertas y los puentes fueron destruidos.
“¡Los estamos esperando!”, exclamó un teniente encargado de reforzar las posiciones.
Ante esta ofensiva que parece inminente, el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, pidió el jueves a los miembros de la OTAN suministrar lo más rápidamente posible más armamento.
“Vengo a pedir tres cosas: armas, armas y armas. Cuanto más rápido se entreguen, más vidas serán salvadas y destrucciones evitadas”, dijo al llegar a la sede de la OTAN en Bruselas para una reunión con cancilleres de los países miembros de esta organización.
- “Brutal e inhumano” -
La urgencia de abandonar el este ucraniano se da tras las muestras de atrocidades en otras partes que estuvieron bajo control ruso.
Miles de personas murieron y las imágenes de cadáveres encontrados alrededor de Kiev, incluida la ciudad de Bucha, pusieron en evidencia la realidad de la guerra.
En Washington, el presidente estadounidense Joe Biden se refirió a los horrores de Bucha. “Civiles ejecutados a sangre fría, cuerpos arrojados a fosas comunes, la brutalidad y falta de humanidad quedó a la vista de todo el mundo, no tiene disculpa”, manifestó Biden. “Lo que está sucediendo no son sino crímenes de guerra graves”, agregó al urgir al mundo a exigir cuentas a los responsables.
El Kremlin ha negado su responsabilidad y asegura que Kiev hizo “montajes” sobre las muertes de civiles. Putin acusó a las autoridades ucranianas de una “provocación grosera y cínica” en Bucha.
Pero el gobierno alemán dijo el miércoles que imágenes satelitales tomadas cuando Bucha estaba bajo control ruso revelaron que ya había cuerpos en las calles, lo que contradice la negativa rusa.
Desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, se han contabilizado más de 11 millones de desplazados.
En Bucha, donde las autoridades ucranianas acusan a las fuerzas rusas de perpetrar una “masacre”, los pobladores estaban desesperados por conocer el paradero de sus seres queridos.
Pero Tetiana Ustymenko ya conoce el final de su historia. Su hijo y sus dos amigos fueron abatidos a tiros en la calle, ella los sepultó en el jardín de su casa. “¿Como puedo seguir viviendo?”, preguntó.
Lyudmyla Denisova, responsable de derechos humanos del Parlamento ucraniano, dijo el miércoles que las fuerzas rusas llevaban “incineradores móviles” y maquinaria pesada para limpiar los escombros en las calles. Mostró en Telegram una imagen que parecía ser el equipo mencionado, aunque no fue posible verificarlo.
(Con información de AFP)
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