Un equipo periodístico de la CNN se vio sorprendido el lunes por un ataque ruso cerca de la ciudad de Mykolaiv. El hecho ocurrió mientras el grupo liderado por el corresponsal Ben Wedeman estaba filmando.
En las imágenes se puede observar al equipo de CNN -escoltado por soldados ucranianos- grabando en un campo abierto hasta que en un momento se escucha un fuerte estruendo. Un proyectil ruso había caído a muy pocos metros.
El grupo periodístico y los uniformados se arrojaron al piso y se cubrieron en una pendiente cubierta por ramas. Wedeman instó a su camarógrafo, John Tory Goey, a seguir grabando.
Segundos después, otros dos proyectiles de artillería rusa cayeron cerca de su posición.
Tras corroborar que nadie había resultado herido, un oficial ucraniano le dijo a la traductora Valeria Dubravka que debían abandonar la zona en ese instante. Acto seguido, los cinco miembros del equipo de CNN corren hacia los dos autos en los que habían llegado.
Sin embargo, uno de los vehículos había sido alcanzado por la metralla de los proyectiles. Según relató Wedeman en una entrevista con el presentador de la CNN, Wolf Blitzer, la metralla rajó los neumáticos, dañó el parabrisas y las ventanillas laterales, y perforó el tanque de gasolina.
Goey grabó el escape en todo momento, por lo que se puede ver cuando saben todos al otro auto, que también había sido impactado pero estaba en funcionamiento.
En diálogo con Blitzer, Wedeman relató los minutos de tensión que vivieron a las afueras de Mykolaiv: “Nos pusimos a resguardo y luego cayeron otros dos proyectiles, uno de ellos a unos diez metros de uno de nuestros coches. Así que fuimos corriendo hacia los coches para intentar salir de la zona después de que el oficial a cargo de esa posición nos dijera que debíamos irnos porque podían llegar más proyectiles. Uno de los dos coches estaba completamente destruido”.
La invasión rusa de Ucrania, que comenzó el 24 de febrero de 2022, se ha cobrado la vida de nueve periodistas. De la lista de fallecidos seis son ucranianos, y tres son extranjeros.
La última víctima ha sido Maks Levin, fotoperiodista ucraniano que había trabajado como fotógrafo y camarógrafo para varios medios nacionales e internacionales. Levin, que había desaparecido el 13 de marzo cerca de Kiev, fue encontrado sin vida el 2 de abril con dos disparos.
En los últimos días las fuerzas rusas intensificaron los ataques contra la ciudad de Mykolaiv. Allí un equipo de Médicos sin Fronteras (MSF) fue víctima de un bombardeo contra un hospital oncológico.
Asimismo, el Ministerio de Defensa de Rusia informó este martes que las tropas rusas destruyeron un centro de entrenamiento de las fuerzas de operaciones especiales de Ucrania.
El ataque se produjo durante la noche en la ciudad portuaria de Ochakiv, en la región de Mykolaiv, indicó en su parte militar matutino el portavoz de Defensa, Igor Konashenkov.
El alcalde de la ciudad, Oleksandr Senkevych, reportó el impacto de varios misiles: ”Las tropas rusas lanzaron varios ataques con misiles en nuestra ciudad muy temprano esta mañana. Estamos recopilando información”.
Pese a los constantes bombardeos, el asesor de la Presidencia de Ucrania, Oleksei Arestovich, afirmó que las tropas rusas han abandonado Mykolaiv y planean entregarse en Jersón, ambas localidades costeras cerca de Crimea. Si bien advirtió que el Ejército ruso no abandonará Jersón de forma inmediata, remarcó que ya se están preparando para una “rendición”.
“En Mykolaiv ya no hay ningún enemigo, todos los combates ya se llevan a cabo en el área de Jersón”, indicó el asesor del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, según informa la agencia ucraniana UNIAN.
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