Ucrania, que este fin de semana retomó el control de toda la región de Kiev a manos del ejército de Putin, descubrió la barbarie rusa: una “masacre deliberada” en la ciudad de Bucha, a 30 kilómetros al noroeste de la capital y cientos de cuerpos de civiles asesinados en otras ciudades recuperadas.
Tras el estremecedor hallazgo, los países occidentales acusaron este domingo a las tropas rusas de cometer “crímenes de guerra” y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, acusó a Rusia de estar cometiendo “un genocidio” de civiles en su país.
Es que este domingo, los socorristas locales hallaron 75 cuerpos en una fosa común de esta localidad. También se hallaron los cadáveres de 410 civiles en otros territorios cercanos a Kiev retomados por las tropas ucranianas, según informó la fiscal general ucraniana, Iryna Venediktova. El sábado, periodistas de la agencia AFP ya habían informado de la aparición de unos 20 cadáveres esparcidos en una calle de Bucha y el alcalde de la ciudad Anatoly Fedoruk, informó que 280 cuerpos habían sido enterrados en fosas comunes.
Las imágenes dieron la vuelta al mundo y desencadenaron una serie de condenas a nivel internacional, así como llamados a endurecer las sanciones hacia Moscú.
Reino Unido, Francia, Alemania, España, Italia y la Unión Europea (UE) expresaron su horror y pidieron que los responsables sean llevados ante el tribunal internacional de La Haya.
La CPI ya abrió recientemente una investigación por posibles crímenes de guerra cometidos en Ucrania, y algunos líderes occidentales, incluido el presidente estadounidense Joe Biden, calificaron al presidente ruso Vladimir Putin de “criminal de guerra”.
Gran Bretaña afirmó que apoyaría cualquier investigación de la CPI. “A medida que las tropas rusas se ven obligadas a retirarse, vemos cada vez más pruebas de actos atroces por parte de las fuerzas invasoras en ciudades como Irpin y Bucha”, dijo el domingo la ministra de Asuntos Exteriores, Liz Truss.
“Sus ataques indiscriminados contra civiles inocentes durante la invasión ilegal e injustificada de Rusia en Ucrania deben ser investigados como crímenes de guerra”, dijo Truss, añadiendo que Gran Bretaña “no permitirá que Rusia encubra su participación en estas atrocidades a través de la desinformación cínica”, agregó.
También Estados Unidos y la OTAN se mostraron horrorizados y advirtieron que el repliegue de tropas rusas no implicaba el final de la violencia.
Los asesinatos de civiles en Bucha son “horribles” e “inaceptables”, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, los calificó como “un puñetazo en el estómago”.
“Estoy profundamente impactado por las imágenes de civiles asesinados en Bucha, Ucrania”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Según la organización internacional, que reclama una investigación independiente y preservar las pruebas, el descubrimiento de fosas comunes plantea serias dudas sobre posibles crímenes de guerra. Sin embargo, la ONU también dijo que no se podía descartar que entre los cuerpos estuvieran los de “soldados ucranianos o rusos que murieron durante las hostilidades”.
Rusia, en cambio, rechazó las acusaciones y aseguró que las imágenes de civiles asesinados eran una fabricación de Ucrania. “Durante el tiempo en que esta localidad estuvo bajo control de las fuerzas armadas rusas, ni un solo residente local sufrió acciones violentas”, dijo el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado. Incluso intentaron imponer su propia versión de lo ocurrido con un video grabado desde un tanque ruso recorriendo Bucha.
Las imágenes muestran los cadáveres en ambos lados de la vía y se escucha la narración militar de los hechos.
En un momento, el militar dice: “El cadáver de la derecha mueve la mano”. Sin embargo, si se amplía la imagen y se la observa en cámara lenta, lo que se ve no es la mano derecha del cuerpo elevándose, sino el reflejo de una luz.
Con este video Rusia intenta instalar la idea de que Ucrania está montando un show, de que no hay tales muertos. La narrativa, de todas formas es fácilmente desmontable, prestigiosos medios internacionales como las agencias AFP, Reuters y AP estuvieron allí. Vieron a través de los ojos de sus fotógrafos y periodistas los cuerpos sin vida de todos esos civiles ucranianos que no murieron de causas naturales, fueron ejecutados en una práctica prohibida por la leyes internacionales.
Sin embargo, los países occidentales piden que se endurezcan las sanciones hacia Moscú. “Más sanciones y ayuda de la UE están en camino”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, este domingo.
Bombardeos contra un hospital
La guerra en Ucrania ha dejado hasta ahora unos 20.000 muertos, según las autoridades ucranianas. Según la ONU, más de 4 millones de refugiados han huido de Ucrania desde la invasión y en total hay más de 10 millones de desplazados. Y aunque más de 500.000 personas regresaron al país desde el inicio del conflicto, según el Ministerio del Interior ucraniano, las fuerzas rusas siguen bombardeando localidades del sur y del este del territorio.
“Lo que vemos no es una retirada, sino que vemos que Rusia está reposicionando sus tropas”, señaló el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el domingo.
En Rubishne, una localidad situada cerca de Lugansk, en el este de Ucrania, una persona murió y tres resultaron heridas en un bombardeo ruso contra un hospital, dijo el gobernador regional Sergei Gaïdaï en Telegram.
Más al sur, en Mikolaiv, un bombardeo ruso dejó una persona muerta y 14 heridos, según el gobernador de la región Vitaliy Kim.
Ubicada en el camino hacia Odessa, el principal puerto de Ucrania en el mar Negro, Mikolaiv ya ha sido el blanco de ataques de las tropas rusas en las últimas semanas, para intentar controlarla.
También en Odessa se escucharon explosiones a primera hora de la mañana de este domingo, según constataron periodistas de AFP. El ataque con cohetes no dejó víctimas, afirmó en un comunicado un oficial del mando regional Sur, Vladislav Nazarov.
Rusia informó que destruyó una refinería y depósitos de combustible. Las instalaciones suministraban carburante a las fuerzas ucranianas en dirección a Mikolaiv, indicó el ministerio de Defensa ruso en Moscú.
Odessa es considerada estratégica por su puerto de gran tamaño que permite acceso al mar Negro y al resto de Ucrania.
Los esfuerzos rusos por consolidar su control en el sur y este de Ucrania se han visto socavados hasta ahora por la resistencia en Mariúpol, pese a las semanas de ataques devastadores. Al menos 5.000 personas han muerto en el asedio de esa otra ciudad portuaria del sur del país, según las autoridades locales, mientras que las 160.000 que siguen allí sufren carencias de alimentos, agua y electricidad.
Crímenes de guerra
La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció este domingo en un informe que en las zonas de Ucrania bajo control ruso se han cometido “ejecuciones sumarias” y “otros graves abusos” que podrían constituir crímenes de guerra.
La ONG afirma haber documentado entre el 27 de febrero y el 14 de marzo varios casos en que las fuerzas rusas cometieron lo que constituirían crímenes de guerra contra civiles en zonas ocupadas en las regiones de Chernígov, Járkov y Kiev.
Según un comunicado de la organización, dichos casos incluyen una violación, dos ejecuciones sumarias, de seis hombres en una ocasión y de uno en otra, y otras instancias de violencia y amenazas contra civiles.
Las ejecuciones sumarias documentadas en base a entrevistas con testigos se produjeron el 4 de marzo en Bucha, al noroeste de la capital, y el 27 de febrero en Staryi Bykiv, en la región de Chernígov (norte).
En este último caso, una vecina de una localidad próxima que habló con testigos presenciales contó a HRW que mientras la gente se refugiaba en los sótanos debido al fuego de mortero y los soldados fueron casa por casa y se llevaron a hombres supuestamente para interrogarles.
“Los encontramos tirados con agujeros de bala en las cabezas. Tenían las manos atadas a la espalda”, contó a la organización “Viktoria”, la madre de uno de los seis jóvenes ejecutados, que agregó que los soldados no le dejaron recoger el cuerpo durante varios días.
En Bucha, un suburbio de Kiev, una mujer entrevistada por HRW recordó que las fuerzas rusas juntaron a vecinos en la plaza e inspeccionaron los documentos de identidad y teléfonos móviles de los presentes, además de preguntar quién pertenecía a las fuerzas de defensa territorial.
Más tarde trajeron a cinco hombres y les ordenaron arrodillarse en el suelo. “Le dispararon a uno de ellos en la cabeza”, declaró la mujer, que agregó que el comandante ruso dijo al resto de vecinos: “Estamos aquí para limpiaros de esta escoria”.
Por otro lado, una mujer de 31 años la región de Kharkiv (noreste) contó a la ONG que un soldado ruso la violó en repetidas ocasiones en la escuela en la que se refugiaba con su familia, y además la golpeó y realizó cortes en su cara y cuello con un cuchillo.
“Todo el tiempo me apuntó a la sien o a la cara con su arma. Dos veces disparó al techo y dijo que era para darme más motivación”, contó la mujer, identificada como “Olga” que se encontraba en el refugio de la escuela con su hija de cinco años.
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