El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, denunció este domingo que Vladimir Putin está perpetrando un “genocidio” en Ucrania. Pero mientras las tropas rusas continúan llevando a cabo brutales ataques y bombardeos contra la población civil, cada vez son más los generales rusos que mueren ante la férrea resistencia de las fuerzas ucranianas.
Ex agentes de inteligencia norteamericanos revelaron a Yahoo News que la CIA entrenó durante años a paramilitares ucranianos, incluido francotiradores: “Creo que estamos viendo un gran impacto de los francotiradores. El entrenamiento realmente valió la pena”.
En la mayoría de los ejércitos, los oficiales generales suelen estar más resguardados que el resto de las tropas, lejos del frente. Dirigen a sus formaciones desde grandes cuarteles, que tienden a permanecer fuera del alcance de la artillería y los cohetes.
Sin embargo, según consigna The Economist, desde el inicio de la invasión el pasado 24 de febrero, Rusia fracasó en muchos de sus avances, especialmente en el norte de Ucrania. Esto provocó un importante incremento entre las bajas de soldados rusos. El medio británico sostiene que “los generales se vieron obligados a embarrarse las botas”, ya que las unidades rusas demostraron ser incapaces de afrontar una guerra moderna de armas combinadas.
Disparar a los generales es una táctica legítima de guerra, y ha sido abiertamente aceptada por los funcionarios ucranianos, que dicen que sus fuerzas se han centrado en frenar los avances rusos al concentrar el fuego en las unidades de comando y control rusas cerca de las líneas del frente.
Oleksiy Arestovych, asesor militar de Zelensky, dijo a The Washington Post que el ejército de Ucrania ha centrado sus esfuerzos en “ralentizar el ritmo” de la invasión rusa, en parte “decapitando” puestos de mando avanzados, lo que significa abatir, no literalmente decapitar. Matar a oficiales de alto rango puede ralentizar los avances rusos en “tres, cuatro o cinco días” antes de que se puedan establecer nuevas estructuras de mando, remarcó.
“La moral ha sido baja, la logística pobre, y las bajas altas”, resume The Economist.
Para el Ejército ruso esta situación es “vergonzosa”, ya que deja al descubierto sus fracasos tácticos. Por eso, muchos comandantes fueron destituidos.
Los expertos consideran que los generales rusos no cuentan con las suficientes garantías de seguridad. Las fuerzas rusas disponen de las modernas radios encriptadas Azart. Pero, según un informe del Royal United Services Institute, al parecer son demasiado escasas las que están disponibles. Por ese motivo, los soldados rusos recurrieron a radios no codificados y a teléfonos móviles normales.
Estas comunicaciones no sólo pueden ser interceptadas, sino que su fuente puede ser localizada por medios de guerra electrónica o cibernética. Rusia utilizó esa técnica con buenos resultados contra las fuerzas ucranianas en el Donbas después de 2014; ahora Ucrania la está utilizando contra los rusos.
Si bien no hay precisiones oficiales, se estima que son al menos 18 los generales y comandantes rusos muertos en combate desde el comienzo de la invasión.
Ucrania afirmó haber matado a más de 14.000 soldados rusos, mientras Estados Unidos calcula que la cifra ronda los 7.000. Rusia, por su parte, no ha reconocido la magnitud de sus pérdidas. El último parte oficial del 2 de marzo dijo que fueron 498 los soldados que perdieron la vida.
Andrei Sukhovetsky, Vitaly Gerasimov, Andrey Kolesnikov, Oleg Mityaev, Andrei Mordvichev, Yakov Rezantsev, Dmitry Safronov, Denis Glebov, Konstantin Zizevsky, Yuri Agarkov, Andrei Zakharov, Sergei Porokhnya, Sergei Sukharev, Alexei Sharov, Dmitry Dormidontov, Igor Zharov, Denis Kurilo, Magomed Tushaev, son los uniformados de alto rango rusos que cayeron en combate, según los últimos informes.
Para encontrar una cifra similar de bajas de alto rango en un conflicto bélico hay que remontarse 80 años atrás, a la época de la Segunda Guerra Mundial. Según el libro “Fallen Soviet Generals”, de Aleksander Maslov, unos 235 generales soviéticos murieron en combate.
Rob Lee, del King ‘s College de Londres, opinó que “las grandes pérdidas entre los comandantes de batallones, regimientos y brigadas rusos podrían ser un problema aún mayor que las pérdidas de generales”. Y agregó: “Es realmente difícil reemplazar estas pérdidas”.
La semana pasada un comandante ruso se suicidó después de descubrir que todos los tanques de su unidad, excepto uno, estaban completamente despojados de partes cruciales, según el ejército de Ucrania.
Las Fuerzas Terrestres de Ucrania dijeron que las fuerzas invasoras han sufrido pérdidas tan grandes que sus unidades se han visto obligadas a obtener nuevos equipos militares almacenados a largo plazo en un aeropuerto a solo 34 kilómetros de la frontera.
Mientras busca reducir las bajas de generales y comandantes, el Ejército de Rusia sigue cometiendo atrocidades en suelo ucraniano. La fiscalía general cifró este domingo en 410 el número de cadáveres de civiles recuperados hasta ahora en los suburbios del norte de Kiev tras la retirada de las tropas rusas.
“410 cuerpos de civiles asesinados han sido sacados hasta ahora del territorio de la región de Kiev”, anunció la fiscal general Iryna Venediktova en una publicación de Facebook.
“Los fiscales y otros especialistas han examinado por el momento 140 de ellos’', agregó, y explicó que los investigadores están cooperando con la población local en busca de testigos, víctimas y pruebas gráficas como fotos o vídeos.
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