Los alemanes asisten al levantamiento de restricciones por el COVID a partir de este sábado, mientras la incidencia comienza a descender, aunque la oposición y las organizaciones sanitarias siguen criticando la medida por considerarla prematura.
Con el fin de la fase de transición, los “Länder” (estados federados) sólo tendrán permitido prescribir las medidas conocidas como “protección básica”, que incluyen el uso obligatorio de mascarilla en centros sanitarios y medios de transporte y test regulares en ciertos espacios como la enseñanza.
Más allá de estos mínimos, desde el domingo gran parte de los alemanes podrá hacer uso de los comercios sin mascarilla o acudir a restaurantes y cines sin necesidad de enseñar un certificado de vacunación o un test negativo, una relajación que la ciudad-estado de Berlín ya introdujo este viernes.
No obstante, el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, instó a los ciudadanos a seguir empleando el cubrebocas en las tiendas y otros espacios interiores por responsabilidad, para protegerse a sí mismos “y a los demás”.
“Yo lo haré por el momento y lo recomiendo a todos los clientes”, escribió en su cuenta de Twitter y calificó de “ejemplar” el comportamiento de la ex canciller Angela Merkel, fotografiada con mascarilla a pesar de que ya no es obligatorio.
La Ley de Protección de Infecciones aprobada en marzo prevé que los distritos o regiones con una incidencia muy alta puedan declararse “foco” con medidas más estrictas, una regulación de la que de momento sólo han hecho uso la región de Mecklenburgo - Pomerania Occidental y la ciudad de Hamburgo, ambas en el norte del país.
Varios de los “Länder” gobernados por la oposición conservadora reclaman sin embargo la capacidad de imponer restricciones más severas y lucharon hasta el último momento por poder prorrogar las restricciones, aunque finalmente aceptaron la línea del Gobierno central.
Baja la incidencia
El Instituto Robert Koch de virología (RKI) da por superado el pico de la sexta ola de COVID y según sus datos la incidencia acumulada a siete días, que este sábado se situó en 1.531,5 nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes, está descendiendo poco a poco.
En las últimas 24 horas se registraron 196.456 nuevos contagios y 292 muertes relacionadas con el COVID, aunque los expertos creen que muchos casos no son detectados y que la cifra real podría ser mucho más alta.
La tasa de hospitalización, en cualquier caso, desciende, pero muchos centros sanitarios afirman estar al límite de su capacidad y tener que retrasar operaciones planificables, no por el número de pacientes sino por las elevadas bajas entre el personal.
En este sentido, el ministro de Sanidad y el RKI propusieron esta semana reducir la duración del aislamiento de los contagiados a tan sólo cinco días, una idea que, al igual que la relajación de las restricciones, ha sido blanco de duras críticas por parte de organizaciones del sector de la sanidad y otros ramos.
Grupos vulnerables desprotegidos
“Es una locura llamar a trabajar a personas infectadas con síntomas leves”, declaró Eugen Brysch, presidente de la Fundación de Protección al Paciente, en una entrevista al diario Neue Osnabrücker Zeitung en la que también abogó por el mantenimiento de la mascarilla en los comercios.
También la jefa del sindicato de médicos Marburger Bund, Susanne Johna, pidió que en los espacios interiores esta última medida no sea opcional, algo que calificó de “error desde el punto de vista médico”, según dijo hoy a los medios del grupo Redaktionsnetzwerk Deutschland.
En los últimos días, numerosas asociaciones de personas especialmente vulnerables debido a patologías previas han denunciado que la mascarilla voluntaria los deja desprotegidos a la hora de realizar actividades esenciales como la compra, particularmente en el caso de niños pequeños a los que todavía no se puede cubrir la boca.
A las críticas se han unido además los sindicatos de profesores, muchos de los cuales consideran “prematuro” e “irresponsable” que la mascarilla sea opcional en las aulas, aunque los alumnos se sometan a test tres veces por semana.
Por el contrario, también están quienes celebran la vuelta a la “normalidad”, como el vicepresidente del Partido Liberal, Wolfgang Kubicki, que señaló que en este sentido Alemania va a la zaga de otros países europeos.
Los liberales, socios de la coalición de Gobierno de la que forman parte además socialdemócratas y verdes, habían sido uno de los principales impulsores del abandono de medidas como las restricciones de acceso para los no inmunizados.
(Con información de EFE)
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