El primer ministro de Ucrania, Denis Shmigal, ha acusado este viernes a Rusia de querer provocar “una crisis alimentaria” a nivel global, después de provocar otra energética y en el marco de la invasión a su país vecino.
“Las intenciones de Rusia son obvias”, ha asegurado el ‘premier’ ucraniano. “Tras la crisis energética provocada por Rusia a finales del año pasado y a principios de este año en Europa y el mundo en general, su tarea ahora es provocar una gran crisis alimentaria en el mundo”, ha continuado.
“De hecho, lo están haciendo”, ha agregado, remarcando que las fuerzas rusas “están destruyendo parte de los cultivos de grano” en Ucrania. “Están cerrando la exportación y la importación de granos en los puertos ucranianos debido al bloqueo marítimo”, ha añadido.
Sin embargo, ha saludado que el Gobierno ucraniano esté encontrando, con sus socios, “opciones” sobre qué pasos puede dar Ucrania “y ya está actuando en términos de garantizar la exportación de nuestro grano, nuestros productos”.
En este sentido, ha expresado que “la mayor parte del mundo civilizado no cooperará con el agresor”, debido, sobre todo, a las sanciones impuestas por los aliados en represalia a la invasión de Ucrania, según ha recogido la agencia de noticias ucraniana Ukrinform.
Organizaciones como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ya han alertado de que el conflicto puede acarrear un crisis de hambre a nivel mundial. Según datos del PMA, Rusia y Ucrania son responsables de cerca del 30% del comercio mundial de trigo, por lo que han alertado de que “cualquier interrupción grave de la producción y las exportaciones de la región podría impulsar los precios”, erosionando así la seguridad alimentaria de millones de personas.
La guerra en Ucrania ha creado “una catástrofe sobre otra” y tendrá un impacto global “más allá de todo lo que hemos visto desde la Segunda Guerra Mundial” debido a que los agricultores del país que era el granero del mundo están en la primera línea del combate contra Rusia y los precios de los alimentos, que ya eran elevados, se están disparando, advirtió David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
Beasley comentó el martes al Consejo de Seguridad de la ONU que su agencia, que alimentaba a 125 millones de personas antes de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero, ya ha empezado a reducir las raciones para millones de familias en distintas partes del mundo debido al aumento en los costos de los alimentos, la gasolina y el transporte. En Yemen, señaló, 8 millones de personas acaban de ver recortada su asignación de alimentos al 50% “y ahora existe la posibilidad de llegar a cero raciones”.
La guerra en Ucrania está diezmando al país, “convirtiendo al granero del mundo en una miseria” para millones de sus habitantes, señaló Beasley. Pero también está devastando a países como Egipto, que depende en un 85% del grano ucraniano, y Líbano, que en 2020 dependió en un 81 por ciento.
Ucrania y Rusia producen el 30% del suministro global de trigo, 20% del suministro mundial de maíz y el 75-80% del aceite de semilla de girasol.
(Con información de Europa Press y AP)
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