El ministro de Defensa de Noruega, Odd Roger Enoksen, expresó la preocupación de su país y las naciones escandinavas vecinas ante un posible desastre nuclear del alcance de Chernobyl a causa de la guerra que se libra en suelo ucraniano desde la invasión de Rusia.
Enoksen afirmó que el público noruego ha sido puesto en alerta y que en su país estaban almacenando medicamentos contra la radiación.
“Lo que le dijimos al público es ‘estén listos’. No por un ataque nuclear, sino por el viento y la lluvia radiactivos. La radiación es nuestro mayor riesgo”, afirmó el ministro.
El alto funcionario también advirtió que Rusia lanzó submarinos nucleares al Mar Ártico después de la invasión a Ucrania. Una maniobra que en sus palabras no la ven como una “amenaza militar” propiamente dicha.
“Era más como si estuvieran diciendo: ‘Estamos aquí... no hagas nada estúpido’”, sostuvo.
Otras intimidaciones similares por parte de Rusia se han conocido en días recientes, como la incursión en el espacio aéreo de Suecia de cuatro aviones rusos, dos de ellos bombarderos equipados con armas nucleares, lo que requirió la intervención de la Fuerza Aérea de ese país europeo.
Las declaraciones del ministro Enoksen llegan al tiempo de noticias que reportan la presunta enfermedad de tropas rusas que estaban estacionadas en Chernobyl a causa de la radiación, las cuales, según informa The Daily Mail, estarían siendo tratadas en Bielorrusia, aliado del régimen de Putin.
El medio cita a Yaroslav Yemelianenko, un empleado de la agencia estatal ucraniana que supervisa la zona de exclusión de la planta nuclear de Chernobyl, quien afirmó ayer que “otro lote de rusos” había sido llevado al “Centro de Medicina de Radiación de Bielorrusia en Gomel” para recibir tratamiento.
La toma de las tropas rusas a la planta nuclear de Chernobyl en Ucrania ha sido una de las incursiones militares más cuestionadas durante el desarrollo del conflicto entre las dos naciones que antiguamente hacían parte de la Unión Soviética.
En especial porque los combates en la zona aumentan el riesgo de un posible accidente nuclear como el ocurrido en 1986 cuando explotó un reactor en la planta y la amenaza de una explosión más grande puso la supervivencia de Europa en vilo.
Según personal técnico de Chernobyl, los soldados rusos que estacionan allí lo hacen sin el equipo anti radiación adecuado, algo que han calificado como un “acto suicida”.
Cabe destacar que durante la catástrofe nuclear del 89 el polvo radiactivo logró moverse hacia el Ártico y afectar a naciones vecinas y esto es precisamente lo que temen en Noruega.
No les falta razón, si se toman como ciertas las declaraciones de dos trabajadores ucranianos que estaban en Chernobyl al momento de la incursión rusa el pasado 24 de febrero y que contaron a Reuters la experiencia.
Ellos dijeron que los soldados rusos condujeron el mes pasado sin equipo de protección a través del Bosque Rojo, levantando nubes de polvo radiactivo que probablemente causarían radiación interna en sus cuerpos.
Ambos hombres afirmaron que habían visto tanques rusos y otros vehículos blindados moviéndose a través del Bosque Rojo, que es la parte más radiactivamente contaminada de la zona alrededor de Chernobyl, a unos 105 kilómetros al norte de Kiev.
El sitio obtuvo su nombre cuando decenas de kilómetros cuadrados de pinos se tiñeron de rojo después de absorber la radiación de la explosión de 1986, uno de los peores desastres nucleares del mundo.
Una vasta área alrededor de Chernobyl está fuera del alcance de cualquiera que no trabaje allí o tenga un permiso especial, pero el Bosque Rojo se considera tan contaminado que ni siquiera los trabajadores de la planta nuclear pueden ir allí.
El convoy militar ruso pasó por la zona, dijeron los dos empleados. Uno de ellos dijo que usaba un camino abandonado.
“Un gran convoy de vehículos militares condujo por un camino justo detrás de nuestras instalaciones y este camino pasa por el Bosque Rojo”, dijo una de las fuentes.
“El convoy levantó una gran columna de polvo. Muchos sensores de seguridad de radiación mostraron niveles excedidos”, agregó.
Valery Seida, director general interino de la planta de Chernobyl, no estaba allí en ese momento y no vio cómo el convoy ruso entraba en el Bosque Rojo, pero afirmó que los testigos le dijeron que los vehículos militares rusos conducían por todas partes alrededor de la zona de exclusión y podrían han pasado el lugar altamente radiactivo.
“Nadie va allí... por el amor de Dios. No hay nadie allí”, dijo Seida a Reuters.
Seida agregó que los trabajadores de la planta le dijeron al personal de servicio ruso que deberían tener cuidado con la radiación, pero no tenía evidencia de que prestaran atención.
Después de la llegada de las tropas rusas, los dos empleados de la planta trabajaron durante casi un mes junto con sus colegas hasta que se les permitió irse a casa la semana pasada cuando los comandantes rusos permitieron que se enviaran reemplazos para parte del personal.
Actualmente sigue habiendo personal responsable del almacenamiento seguro del combustible nuclear gastado y de la supervisión de los restos del reactor revestidos de hormigón. Pero las condiciones en medio de una guerra no son las más óptimas para tratar un material tan complejo y potencialmente perjudicial.
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