La amenaza terrorista vuelve a sacudir a Israel, donde en la última semana se llevaron a cabo tres atentados, dejando un saldo de 11 víctimas fatales. El último tuvo lugar este martes por la noche en la ciudad costera de Tel Aviv.
“Lamentablemente, tenemos que señalar que cinco personas han muerto”, dijo Eli Bin, jefe de los servicios de emergencia de Magen David Adom. Un vocero del servicio de emergencias United Hatzalah detalló que el tiroteo se produjo en varias localizaciones de Bnei Brak, una ciudad ultraortodoxa al este de Tel Aviv.
La policía informó de que un atacante “abrió fuego” contra un grupo de transeúntes en una calle de Bnei Brak, en el centro del país, “disparó fatalmente a varios” de ellos y desde ahí se trasladó a otra vía, desde donde siguió disparando hasta “ser neutralizado”.
Una de las víctimas apareció muerta dentro de un automóvil y otras dos fueron halladas sin vida en una acera cercana de la misma calle. Otra fue encontrada muerta en una calle perpendicular, mientras que el quinto fallecido había sido trasladado en estado crítico al Hospital Beilinson, donde finalmente murió.
Los primeros reportes de las autoridades locales indican que el principal sospechoso de los disparos conducía una motocicleta y su cuerpo fue encontrado en una calle cercana. Estaba armado con un rifle de asalto y abrió fuego contra los transeúntes antes de que los oficiales le dispararan en la escena.
Un video grabado por un vecino, que fue emitido por la televisión israelí, muestra al terrorista con una camisa negra y un rifle de asalto disparando contra un vehículo en movimiento.
Otra persona fue arrestada por su colaboración con el tirador, según informó el diario The Jerusalem Post.
El portavoz de la Policía de Israel, Eli Levy, y el alcalde de Bnei Brak, Avraham Rubinstein, pidieron a los vecinos de las áreas donde se han registrado los disparos que se mantengan en sus hogares tanto como sea posible.
Mientras tanto, el primer ministro, Naftali Bennett, convocó a una reunión de emergencia con los ministros de Defensa y Seguridad Pública, el Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa, y el Comisionado de Policía, entre otras autoridades.
En un comunicado, Bennett dijo que Israel “se encuentra ante una ola de terrorismo árabe asesino” y se comprometió a combatirlo “con perseverancia, obstinación y puño de hierro”. El ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, escribió en Twitter que las fuerzas de seguridad “trabajarán con todos los medios para devolver la seguridad a las calles israelíes y la sensación de seguridad a los civiles”.
En el momento del ataque se encontraban en el país el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y tres ministros de Relaciones Exteriores árabes para participar de una cumbre.
Tras el incidente, transeúntes indignados se juntaron en algunos de los lugares del ataque para protestar, con algunas personas que reclamaban “venganza”.
En la Franja de Gaza, el grupo terrorista Hamas celebró el ataque, aunque no reivindicó su autoría. Según aseguró, este fue “una respuesta natural a los crímenes de la ocupación (Israel) cometidos contra el pueblo palestino”.
El de este martes es el tercer ataque terrorista en menos de una semana en Israel. El pasado domingo por la noche, dos personas murieron y seis, entre ellos dos agentes de la Policía de Israel, resultaron heridos en un ataque a tiros en Hadera.
Los tiradores, dos individuos aún no identificados, fueron abatidos por las fuerzas de seguridad que se encontraban en el lugar del ataque. Al parecer, los atacantes esperaron a que pasara un autobús para disparar contra él.
En el desierto de Negev, en el sur de Israel, los ministros de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Marruecos, tres países que normalizaron las relaciones con Israel en 2020, se reunieron para una cumbre con la asistencia de Blinken. El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Yair Lapid, “informó a los ministros de Relaciones Exteriores que participaron en la Cumbre de Negev sobre los detalles del ataque terrorista en Hadera”.
Por su parte, el pasado martes 22 de marzo cuatro personas fueron asesinadas en un ataque terrorista con arma blanca en un centro comercial de Beersheba. Otras dos personas resultaron heridas y el atacante murió tras ser neutralizado por un transeúnte.
El atacante terrorista, identificado como Muhammad Alab Ahmed abu Alkiyan, embistió primero a las víctimas y luego salió del coche y empezó a apuñalarlas. Era un beduino israelí de la ciudad de Hura que ha cumplido condena en cárceles israelíes en el pasado.
La prensa israelí informó que Alkiyan fue detenido en 2015, junto con otros sospechosos, por apoyar y promover al Estados Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) entre los alumnos de una escuela en la que daba clases.
Ante esta ola de ataques terroristas, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, anunció una serie de nuevas medidas de seguridad. El mandatario ordenó ampliar la cantidad de soldados y reservistas que portan armas, aumentar el seguimiento de discursos en redes sociales para identificar potenciales atacantes y utilizar recursos judiciales, económicos, digitales y de inteligencia para evitar incidentes adicionales y para detener a quienes los instigan o ayudan a perpetrarlos.
Además, el primer ministro instruyó reforzar las distintas fuerzas de seguridad, sobre todo en los puntos más calientes y al menos hasta la celebración del Día de la Independencia a comienzos del mes de mayo.
En una operación conjunta con el Servicio de Seguridad Interior (Shin Bet), la Policía de Israel arrestó este martes por la madrugada a 12 personas con presuntos lazos con el Estado Islámico, grupo que reivindicó los dos recientes ataques en el país.
“Las tropas allanaron las casas de 12 sospechosos de pertenecer a la organización terrorista Estado Islámico. Durante un registro de varios sospechosos, se incautaron elementos que podrían indicar apoyo a la organización terrorista”, señaló un portavoz policial.
La operación se llevó a cabo en localidades árabes del área de Wadi Ara, cerca de la ciudad de Hadera, donde tuvo lugar el último de los ataques el pasado domingo.
Esta ola de atentados tiene lugar antes del Ramadán, que comienza a finales de esta semana. El año pasado, enfrentamientos entre la policía israelí y manifestantes musulmanes durante el mes sagrado desembocaron en una guerra de 11 días entre Israel y los terroristas de Hamas.
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