Una ambulancia que fue donada y bendecida por el papa Francisco se dirige a la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania, según informó este sábado la oficina de prensa de la Santa Sede.
El cardenal Konrad Krajewski, el limosnero papal, partió hoy hacia Lviv y hará un viaje de aproximadamente 18 horas para entregar el vehículo a las autoridades de esa ciudad, en un esfuerzo por brindar alivio a la zona.
El jueves, el Papa emitió fuertes críticas contra los países por aumentar el gasto militar mientras continúa el ataque de Rusia a Ucrania, calificándolo de “locura”.
El pasado martes, Francisco volvió a llamar por teléfono al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, quien aseguró al pontífice que “es el invitado más esperando en el país”.
“Hablé con Su Santidad sobre la difícil situación humanitaria y el bloqueo de los corredores humanitarios por parte de las tropas rusas”, escribió Zelensky en Twitter. “Se agradecería el papel mediador de la Santa Sede para acabar con el sufrimiento humano. Agradecido por las oraciones por Ucrania y la paz”, agregó.
Francisco, por su parte, le dijo al mandatario ucraniano que está “rezando y haciendo todo lo posible para poner fin a la guerra, provocada tras la invasión de Rusia”, según informó en Twitter el embajador ucraniano ante la Santa Sede, Andrii Yuash.
“Nuevo gesto de apoyo por parte del papa Francisco: Hace unos minutos el Santo Padre llamó al presidente Zelensky. Tuvieron una conversación prometedora. El Papa dijo que está orando y haciendo todo lo posible por el fin de la guerra y Zelensky reiteró que su Santidad es el invitado más esperado en Ucrania”, escribió el diplomático.
Francisco ya había llamado al presidente ucraniano el pasado 26 de febrero, cuando le expresó “su profundo dolor” por lo que estaba ocurriendo.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió este sábado con los ministros de Relaciones Exteriores y Defensa de Ucrania en el Hotel Marriott, en el centro de Varsovia, en sus primeras conversaciones con altos funcionarios de Kiev desde que comenzó la invasión de Rusia el 24 de febrero.
Durante la reunión, Biden se sentó en una larga mesa blanca junto al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken; y el secretario de Defensa, Lloyd Austin. Al frente se situaron los ministros ucranianos de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba; y de Defensa, Oleksiy Réznikov, indicó el pool de periodistas acreditados ante la Casa Blanca que cubre la visita.
Poco antes del mediodía, la prensa tuvo acceso al inicio del encuentro. Los periodistas pudieron escuchar cómo Kuleba le contaba a Biden que, desde que comenzó la guerra, ha aprendido a “dormir en cualquier circunstancia”, lo que le permitió descansar durante el tren que lo llevó a Varsovia.
Biden le respondió que él también puede dormir en los trenes, gracias a que cuando era senador, los tomaba a diario para trasladarse desde la capital estadounidense al estado en el que residía, Delaware.
Kuleba aseguró en un tuit que la reunión con esa amplia delegación de Estados Unidos permitirá “buscar soluciones prácticas en las esferas política y de defensa, para reforzar la capacidad de Ucrania de luchar contra la agresión de Rusia”.
Por su parte, Réznikov afirmó en su cuenta oficial de Twitter que ambos ministros estarán presentes en el discurso sobre la guerra en Ucrania que dará Biden este sábado a las 18:00 horas (17:00 GMT) en el Palacio Real de Varsovia.
La reunión entre las delegaciones estadounidense y ucraniana duró más de una hora y media, y Biden estuvo presente en ella durante unos 40 minutos, según la Casa Blanca.
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