Edificios devastados, calles destruidas, escombros, soledad, silencio. El panorama en Mariupol es desolador. Imágenes, tomadas desde el interior de un vehículo, muestran la ciudad que ya soportó un mes de bombardeos rusos. Y lo peor es que no hay esperanzas de que paren los ataques de las tropas de Vladimir Putin.
“Hay información de testigos presenciales de que murieron en torno a 300 personas en el Teatro del Drama de Mariúpol como resultado del bombardeo de un avión ruso”, anunció el Consejo Municipal de la ciudad, cercada por fuerzas rusas, en su canal de Telegram.
“Queríamos creer hasta el final que todo el mundo consiguió salvarse. Pero las palabras de los que estaban dentro del edificio en el momento del ataque terrorista dicen lo contrario”, prosigue el mensaje.
Unas 130 personas fueron rescatadas con vida del refugio antiaéreo construido bajo el teatro de la ciudad portuaria, según informó la semana pasada la comisionada de Derechos Humanos del parlamento ucraniano, Liudmyla Denisova.
Según las autoridades ucranianas, en el sótano del teatro solían refugiarse entre 1.000 y 2.000 personas, pero no han sido capaces de determinar el número de personas que se encontraban dentro en el momento del bombardeo.
Por ello, se desconoce el número de los que pueden encontrarse todavía sepultados bajo los escombros.
Las tropas rusas controlan ya la parte este de la ciudad, que ha sido arrasada por los combates y en la que permanecen cercados unos 100.000 habitantes sin apenas agua, electricidad, y suministros básicos como alimentos o medicinas.
En otro orden, al menos cuatro personas murieron y otras tres resultaron heridas en un bombardeo ruso contra un centro médico en Kharkiv, en el este de Ucrania, anunció este viernes la policía regional de la segunda ciudad del país.
“Siete civiles resultaron heridos y cuatro de ellos no sobrevivieron, en un bombardeo con lanzacohetes múltiples”, dijo la policía en la aplicación Telegram, explicando que el ataque golpeó un centro médico civil del sur de la localidad.
La policía regional precisó que en las cercanías del establecimiento médico había un centro de ayuda humanitaria y que no hay instalaciones militares en las proximidades.
La segunda mayor ciudad de Ucrania tenía cerca de 1,5 millones de habitantes antes de la guerra y está a unos 40 kilómetros de la frontera con Rusia.
Esta posición ha sido el blanco de violentos combates desde el inicio de la invasión rusa hace un mes, pero todavía sigue bajo el control de los ucranianos.
“Los investigadores están trabajando en el lugar”, indicó la policía, precisando que los expertos están recogiendo todas las pruebas materiales necesarias para que los autores respondan ante la justicia.
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