El multimillonario Roman Abramovich participó en la organización de las negociaciones que están en curso entre Rusia y Ucrania para alcanzar un alto el fuego, indicó el jueves el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
”Sí, él participó en la fase inicial” de la organización de las conversaciones, señaló el secretario de Prensa de la Presidencia rusa en su rueda de prensa telefónica diaria, en la que recalcó que ahora las negociaciones solo se producen entre negociadores de las dos delegaciones.
El diario estadounidense The Wall Street Journal informó de que a principios de mes, funcionarios del Departamento del Tesoro elaboraron una serie de sanciones contra el oligarca ruso tras la ofensiva militar lanzada por el Kremlin el 24 de febrero contra Ucrania.
Sin embargo, el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca las suspendió a petición del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, quien recomendó a su homólogo estadounidense, Joe Biden, que espere con las restricciones contra Abramovich, quien podría servir como mediador con Rusia a la hora de ayudar en el proceso de negociación, indica el periódico.
Hasta ahora, las dos partes se han reunido de forma presencial en tres ocasiones -el 28 de febrero, el 3 de marzo y el 7 de marzo- en territorio bielorruso, en tanto que el día 10 se reunieron en Antalya los ministros de Exteriores de Rusia y Ucrania, Serguéi Lavrov y Dmitro Kuleba, respectivamente.
Desde entonces las negociaciones se producen prácticamente a diario en formato de videoconferencia a nivel de las dos delegaciones y de grupos de trabajo.
Aunque Abramivich no forma parte de la lista de oligarcas rusos sancionados en Estados Unidos, sí que fue sancionado por el Gobierno de Reino Unido y la Unión Europea (UE) por su “estrecha relación durante décadas” con el presidente ruso, Vladimir Putin.
A raíz de estas sanciones, que congelaron los activos de Abramovich y que le impiden entrar al Reino Unido y la UE, el multimillonario ruso anunció la puesta en venta del club de fútbol Chelsea, actual campeón de Europa.
Pero el oligarca ve ahora esta transacción suspendida por la congelación de sus bienes. El multimillonario de recortada barba blanca, mirada melancólica y reputación de tímido tampoco puede realizar negocios con particulares o empresas británicas ni viajar a este país.
Personaje inevitable del jet-set global y propietario de una lujosa residencia de 15 habitaciones en el elegante barrio londinense de Kensington, Abramovich, de 55 años, es uno de esos hombres de negocios que se hicieron meteóricamente ricos en la década de 1990, tras la introducción de la economía de mercado en Rusia, adquiriendo una considerable influencia política.
Primer accionista de la siderúrgica Evraz, con una fortuna estimada por Forbes en más de 13.000 millones de dólares, sus actividades en el Reino Unido eran un problema para el gobierno de Boris Johnson, presionado para poner fin a los flujos de dinero ruso, en ocasiones de dudosa procedencia, en la City, el corazón financiero de Londres.
Con información de EFE
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