Un disidente iraní filmó una serie de reportajes desde Teherán para la televisión israelí, en los que describe la grave situación económica del país, la frustración de los residentes, el abuso de drogas y la prostitución.
El Canal 12 de Israel informó que el primer reportaje de la serie, emitido el domingo, marcó la primera vez que las cámaras que trabajan para la televisión israelí operan en Irán desde que los ayatolás tomaron el poder en 1979.
El disidente dijo que se arriesgaba a recorrer Teherán con la cámara, normalmente oculta, para documentar la vida cotidiana, por un sentimiento de “venganza” contra el régimen.
Su identidad se mantuvo en secreto por su seguridad, y las personas a las que entrevistó tenían la cara borrosa y la voz disfrazada para evitar su identificación.
“Para nuestro dolor, aquí no tenemos independencia, no hay libertad, ni democracia, ni vida normal. Hay dictadura, robo y delincuencia. Sé lo que hago, y sin duda es muy peligroso”, dijo el camarógrafo de Canal 12.
“Conozco las consecuencias de mis actos. Hay que resistir y luchar, y no rendirse. Espero que pronto Irán se libere de los dictadores”, añadió.
La principal preocupación diaria de los iraníes es el costo de la vida, según el informe del medio. Las sanciones internacionales por el programa nuclear iraní y las políticas del régimen han provocado un aumento de la inflación.
El cámara visitó una de las principales zonas comerciales de Teherán, donde el encargado de un negocio declaró que una vajilla que vendía por 6 millones de riales hace cuatro años cuesta ahora 40 millones (960 dólares).
“La situación ha cambiado mucho. Los precios ya alcanzan los millones y los miles de millones. ¿Qué puedo hacer con mi sueldo? Como máximo, puedo pagar el alquiler, el agua, la electricidad, pagar a mis dos hijos y el transporte. No puedo hacer más”, dijo otro residente.
Varios entevistados culparon al régimen iraní de la inflación.
“Un vientre satisfecho no puede entender a uno hambriento. Los dirigentes viven bien en sus torres de marfil, pero nosotros aquí somos muertos vivientes. Una persona muere una vez y es enterrada, pero aquí nos morimos todos los días”, declaró otro residente al Canal 12.
El camarógrafo visitó la zona norte de Teherán, más rica, y filmó sus cuidados parques y monumentos. Es una zona más laica y relajada, y menos partidaria del régimen.
Los edictos religiosos del gobierno no se aplican estrictamente: algunas mujeres no llevan hiyab o no lo llevan correctamente y, si se les pregunta, dicen a la policía que se les ha caído, según el informe.
Los artistas callejeros tocan música que no pueden, y los hijos de los iraníes ricos celebran fiestas sobornando a la policía local, de acuerdo al reportaje.
El sur de la ciudad es más conservador, religioso y pobre, y apoya más al régimen. Allí, el camarógrafo se encontró con iraníes sin hogar acurrucados al aire libre bajo mantas.
“No tengo ningún otro sitio al que ir. No puedo conseguir ningún trabajo. El problema de este país es que no hay líderes”, dijo un residente.
Por la noche, la zona estaba llena de drogadictos sentados en la acera, acurrucados junto a pequeñas hogueras.
“Cuando veo a los jóvenes que no tienen dónde salir o divertirse, van a fumar drogas para ser felices. Todo se debe a la pobreza, al desempleo y al aburrimiento”, señaló un ciudadano.
Otro aseguró que en una de las “calles de la droga” de Teherán había entre 2.000 y 3.000 consumidores al mismo tiempo.
“Nadie viene a decirles nada, pero si te atreves a beber una copa de alcohol y salir a la calle, te encuentran, te meten en la cárcel y te pegan”, dijo.
Un experto israelí que opinó sobre el informe dijo que el consumo de opio está muy extendido, y que otras personas consumen metanfetamina y heroína.
Otro especialista indicó que la heroína es a veces más fácil de encontrar y más barata que otras drogas, y que muchas mujeres se vuelven adictas porque su vida es más difícil que la de los hombres.
El cámara documentó a prostitutas cerca de las “calles de la droga” que se ofrecían a los conductores que pasaban por unos 15 dólares.
“Mi madre y mi padre eran adictos a las drogas, y también mis hermanos. No hay trabajo en este país. ¿Dónde puedes encontrar trabajo?”, declaró una prostituta.
“Y al final, cuando encuentras trabajo, quieren explotarte sexualmente. Todo el mundo quiere explotarte en Irán, así que decidí elegir [la prostitución]”, agregó. Si no trabajara de esto, me moriría de hambre”, dijo.
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