Este viernes, Infobae regresó a Kiev en medio de un nuevo bombardeo ruso contra civiles que causó muerte y destrucción en un barrio de la capital ucraniana, que no tiene ningún objetivo militar cercano y en el que fueron destruidos una escuela y una guardería de niños, además de centenares de casas.
Al menos una persona murió y otras 19 resultaron heridas, incluidos varios menores. Los cohetes también afectaron a seis edificaciones de civiles.
El alcalde Vitali Klitschko estuvo en el lugar y dijo: “El enemigo continúa atacando la capital. Por la mañana, los orcos bombardearon una zona residencial en el distrito de Podil. Una persona murió, 19 resultaron heridas, incluidos cuatro niños. Seis casas, un jardín de infantes y una escuela resultaron dañados”.
Las autoridades ucranianas afirmaron hoy que los rusos están matando al menos a cinco ucranianos al día, según el relevamiento difundido por la fiscal general Irina Venediktova.
Venediktov también dijo que los rusos ya habían bombardeado en estos días de guerra más de 400 escuelas, de las que 59 han desaparecido y no podrán volver a ser utilizadas.
Esto sucedió mientras el presidente ruso, Vladimir Putin, congeló el acuerdo para el cese del fuego durante un diálogo con el canciller alemán, Olaf Scholz, donde criticó duramente las posturas de Kiev: “Busca por todos los medios retrasar el proceso de negociaciones, presentando propuestas que no son realistas”, dijo.
Las declaraciones enfrían las expectativas que se habían acelerado esta semana, cuando desde el mismo Kremlin habían llegado señales alentadoras sobre avances en las negociaciones, abonados también por Volodimir Zelensky. El presidente ucraniano había dicho que su país admitiría la imposibilidad de unirse a la OTAN, aunque eso requería que hubiera un régimen especial con países que garantizarían su seguridad e independencia de los dictados de Moscú.
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