El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, tomó un vuelo este miércoles a Beijing pero el avión volvió a Moscú cuando ya estaba a más de la mitad del vuelo, según informó este jueves el periódico alemán Bild.
El diario reportó que la nave regresó a la capital rusa cuando estaba sobre Novosibirsk, en Siberia, habiendo recorrido ya 2.800 kilómetros.
Bild apunta a dos posibles explicaciones. “El mundo está desconcertado: ¿no quería Pekín recibir al ministro de Exteriores de Putin o le ordenó Putin que volviera porque la casa está en llamas?”, se preguntó.
Por el momento, el gobierno ruso no se ha referido al vuelo ni ha confirmado que el jefe de la diplomacia rusa haya estado a bordo.
La página Flight Aware, que monitorea los vuelos en todo el mundo, señala que un avión partió del aeropuerto de Vnukovo, en Moscú, y volvió a la capital rusa casi ocho horas después.
Fueron 7 horas y 38 minutos en los que el avión de matrícula 074 llegó hasta la Siberia y volvió a Europa.
Aunque el cuadro de velocidades y altura apunta a un posible aterrizaje en Novosibirsk, el registro no marca ninguna escala, sino únicamente el despegue y aterrizaje en la capital.
El periódico alemán especuló que el supuesto retorno del canciller podría estar relacionado al discurso de Joe Biden en el que tildó a Vladimir Putin de “criminal de guerra” y anunció un millonario paquete militar de apoyo a Ucrania. No obstante, ese mensaje fue pronunciado cuando el avión ya estaba de regreso en Moscú.
También en la víspera, Putin afirmó que la “operación militar” en Ucrania es “un éxito”, y que no dejará que este país se convierta en una “plataforma” para “acciones agresivas” contra Rusia. “La operación se desarrolla con éxito, en estricta conformidad con los planes preestablecidos”, declaró en la televisión.
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