El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, señaló este miércoles que los ministros de Defensa aliados han encargado a los mandos militares de la OTAN planes para el refuerzo a largo plazo del flanco oriental ante la amenaza que representa Rusia, una decisión que espera se tome en la cumbre de Madrid en junio.
La invasión a Ucrania genera un nuevo escenario de seguridad en el este de Europa que obligará a la OTAN a realizar ajustes a largo plazo con más fuerzas aéreas, terrestre y marítimas, tal y como han coincidido los ministros de Defensa de la OTAN en una cita extraordinaria en Bruselas.
Con este objetivo, Stoltenberg ha avanzado que espera decisiones en firme en la cumbre de Madrid de finales de junio. “Hemos encargado a los mandos militares que preparen opciones y tendremos sus consejos en semanas. Mi ambición es que cuando se reúnan los líderes en junio haya decisiones sobre este incremento significativo, que dependerá de la información que reciban de los mandos”, dijo.
El ex primer ministro noruego ha indicado que la decisión política puede llegar en cuestión de meses, mientras que luego la OTAN entraría en una fase de implementación de estos planes militares. Según ha avanzado, la nueva realidad exige que la Alianza Atlántica incluya más fuerzas en el terreno, además de una presencia aérea reforzada con más defensas antimisiles y más submarinos y acorazados de combate.
Desde hace semanas, la organización militar estudia crear nuevos grupos de combate multinacionales en Rumania y Bulgaria. En el primer país además se han desplegado las Fuerzas de Respuesta Rápida de la OTAN para fortalecer la disuasión atlántica ante la invasión rusa, en lo que puede ser el germen del futuro grupo de combate.
Los planes aliados ante el nuevo escenario en Ucrania pasan por reforzar la seguridad de la OTAN y su capacidad de disuasión, en línea con la respuesta que dio a la anexión ilegal de Crimea en 2014, cuando desplegó por primera vez grupos de combate multinacionales en Polonia y los países bálticos.
Ahora la idea es replicar estos batallones y extender el anillo militar de seguridad al sureste de Europa, en países como Rumania y Bulgaria, reforzando así su presencia en unos países que ya cuentan con una misión de vigilancia de la OTAN en el mar Negro.
RELACIÓN CON RUSIA
Sobre la validez del tratado que rige las relaciones con Rusia, y que la Alianza Atlántica denuncia que ha sido violado por Moscú, el político nórdico ha asegurado que recoge la realidad del entorno de seguridad de 1997, año en el que se acordó con el Gobierno de Boris Yeltsin.
“No estamos en la misma situación hoy. Estamos en un ambiente de seguridad totalmente diferente”, ha afirmado Stoltenberg, indicando que tras las invasiones de Ucrania y Georgia, además de la anexión de Crimea, la OTAN hará “lo que sea necesario” para asegurar que este tratado no “genera problemas para tomar las decisiones necesarias”.
En el documento, ambas partes se comprometían a ejercer contención sobre sus despliegues militares y prometieron evitar cualquier acumulación de fuerzas convencionales en regiones acordadas de Europa, incluida Europa Central y Oriental.
Con información de EuropaPress
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