Roman Abramovich vive horas de tensión. El oligarca ruso, dueño del Club Chelsea y uno de los hombres más ricos del planeta, forma parte de un entramado que habría estafado al estado ruso en casi 3 mil millones de dólares, de acuerdo a medios británicos. El magnate del acero, cuyos lazos con el déspota Vladimir Putin lo colocó en el centro de las sanciones por parte de las autoridades del Reino Unido y la Unión Europea parece arrinconado. Fue visto por última vez en el Aeropuerto Ben Gurion, de Tel Aviv, Israel, país donde tiene ciudadanía. Iba rumbo a Turquía, donde mantiene otros negocios.
Pero en las últimas horas, medios británicos -entre ellos la BBC y The Times- revelaron que Abramovich habría sido parte de una estafa multimillonaria. “La denuncia se refería a su participación en dos acuerdos de compra de empresas petroleras que hicieron su fortuna. BBC Panorama dijo que un documento sacado de Rusia mostraba que el gobierno había sido estafado en 2.700 millones de dólares en su acuerdo para comprar Sibneft”, señaló el diario londinense.
Abramovich compró Sibneft en 1995 por 247 millones de dólares. Pero en 2005 se la vendió al estado ruso en nada menos que 17 mil millones de dólares. Habían pasado 10 años. Un gran negocio para unos pocos. Dos años después de que Putin accediera al poder y tejiera su red de oligarcas fieles a su plan, el oligarca compó Slavneft, una compañía de gas y petróleo.
Yuri Skuratov, ex fiscal jefe de Rusia, dijo: “Básicamente, se trataba de un esquema fraudulento, en el que los que participaron en la privatización formaron un grupo criminal que permitió a Abramovich y (Boris) Berezovsky engañar al gobierno y no pagar el dinero que realmente valía esta empresa”, según reprodujo The Times en referencia a Slavneft. Sin embargo, la causa judicial no prosperó por sus contactos políticos. Pero sobre todo, tras la campaña de desprestigio que pesó sobre el investigador. Fotografías del fiscal con dos prostitutas aparecieron en la televisión oficial. La investigación se desvanecía para siempre.
Berezovsky fue el mismo que cometió un pecado mortal: intentó desafiar a Putin en política. Debió exiliarse a Londres. Pero una noche de marzo de 2013 apareció muerto en su mansión de Sunninghill, Berkshire.
“En 2002, Abramovich se asoció con otra empresa para comprar Slavneft, otra compañía petrolera. Un miembro de la delegación de un licitador chino rival fue secuestrado cuando llegaron a Moscú para la subasta y fue liberado después de que la empresa declarara su retirada, afirma el documento. No hay indicios de que Abramovich supiera nada de la trama del secuestro”, señaló el diario británico.
Los abogados de Abramovich negaron que su cliente forme parte de un entramado que estafó al estado ruso con las compras y posteriores ventas de Sibneft y Slavneft.
La emisora británica, además, acusó al magnate de ser en verdad quien le resguarda la fortuna a Putin. La Unión Europea, por su parte, lo sanciona porque afirma que su dinero está íntimamente ligado a la maquinaria bélica de Rusia como proveedor y financista. Politico, que asegura haber visto un borrador del documento, afirma que Abramovich goza de un “acceso privilegiado” a Putin y estas “muy buenas relaciones” llenan sus propios bolsillos en industrias que ofrecieron “una fuente sustancial de ingresos” al Kremlin, ayudando a Moscú a financiar su invasión de Ucrania, de acuerdo a DailyMail.
Sanciones
La Unión Europea adoptó este martes el cuarto paquete de sanciones sectoriales e individuales por la agresión militar rusa a Ucrania, destinado a dar “otro gran golpe” a la base económica y logística de la maquinaria de guerra del Kremlin.
El nuevo paquete, impulsado por los líderes europeos en su reunión informal del 10 y 11 de marzo en Versalles (Francia) y aprobado este lunes por los embajadores de los Veintisiete ante las instituciones europeas, incluye restricciones comerciales y financieras e incorpora a más oligarcas a la lista negra del club comunitario.
Este paquete muestra la “determinación” de la UE “de apoyar a Ucrania y paralizar la financiación de la maquinaria de guerra del Kremlin”, dijo el alto representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell. “Es otro gran golpe a la base económica y logística en la que se basa Rusia para llevar a cabo la invasión de Ucrania” y su objetivo es que el presidente ruso, Vladimir Putin, “detenga esta guerra inhumana y sin sentido”, añadió Borrell en un comunicado emitido por el Consejo Europeo, que representa a los países de la UE.
Este paquete amplía la lista de personas y entidades sancionadas, en un nuevo paso contra el círculo más cercano al Kremlin, incluidos oligarcas como Roman Abramovich, conocido dueño del Chelsea FC. También se añaden mandos militares y empresarios, sobre los que pesará restricciones más duras para la exportación de productos de doble uso, civil y militar. Un total de 862 personas y 53 entidades rusas figuran ya en el listado negro.
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