La mujer que irrumpió en un noticiero en vivo en Rusia explicó las razones detrás de su protesta

Marina Ovsyannikova, editora de Canal Uno, grabó un video antes del valiente episodio frente a las cámaras en el que cuenta los motivos detrás de su manifestación

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En Rusia, la invasión se ha presentado como una “operación militar para desnazificar” una parte de Ucrania y proteger a la población rusoparlante del “genocidio”. Palabras como “guerra”, “ejército ucraniano” o “invasión” no pueden ser usadas por los medios bajo amenaza de bloqueo de la web y multa económica. Lo que está sucediendo muy cerca, en suelo vecino, es muy ajeno a los ciudadanos rusos.

La mayor parte de los medios están controlados directa o indirectamente por el Estado o por grupos afines al Presidente Putin. Los pocos medios independientes que se mantienen encuentran muchas limitaciones a su trabajo y muchos de ellos son calificados como “agentes extranjeros”.

Sin embargo, numerosos periodistas rusos se han manifestado contrarios a la guerra; han promovido manifiestos de condena y han denunciado la degradación cultural, económica y social que el conflicto significará la Rusia.

Una de ellos es Marina Ovsyannikova, editora de Canal Uno, quien irrumpió hoy en el principal noticiero vespertino en vivo de Rusia -de la señal en la que ella trabaja- con un letrero que decía: “Detengan la guerra. No crean en la propaganda. Les están mintiendo”. Y cantando: “¡Detengan la guerra! ¡No a la guerra!”.

Una mujer salió con cartel en protesta por la invasión rusa a Ucrania

Antes del episodio, grabó un video en el que cuenta la razón detrás de su protesta, y se disculpa por mentir a los ciudadanos rusos.

Lo que está pasando en Ucrania es un crimen y Rusia es el agresor. La responsabilidad de esta agresión recae en un hombre: Vladimir Putin. Mi padre es ucraniano, mi madre es rusa y nunca fueron enemigos. Este collar [muestra] Rusia debemos detener esta guerra fratricida”, dice en el video de 59 segundos difundido a través de las redes sociales.

“Desafortunadamente, durante los últimos años he estado trabajando para Canal Uno. He estado haciendo propaganda del Kremlin y estoy muy avergonzado de eso: dejé que la gente mintiera desde las pantallas de televisión y permití que el pueblo ruso fuera zombificado”, revela la editora

Y continúa su mensaje: “No dijimos nada en 2014, cuando recién comenzó. No protestamos cuando el Kremlin envenenó a Navalny. Simplemente observamos en silencio este régimen inhumano. Ahora todo el mundo se ha alejado de nosotros y diez generaciones de nuestros descendientes no limpiarán esta guerra fratricida”.

“Somos gente rusa, pensante e inteligente; está en nuestro poder detener toda esta locura. Salgan a los mítines, no le tengan miedo a nada, no nos pueden encarcelar a todos”, finalizó.

Los rusos enfrentan sentencias de
Los rusos enfrentan sentencias de prisión de hasta 15 años por diseminar información que contradiga la posición oficial del gobierno sobre la inavsión a Ucrania (Photo by NATALIA KOLESNIKOVA / AFP)

Ovsyannikova se encuentra detenida y ya está en la comisaría. Una fundación de defensa jurídica estará a cargo de su defensa de los cargos de “desacreditar a las fuerzas armadas rusas”.

Es que los rusos enfrentan sentencias de prisión de hasta 15 años por diseminar información que contradiga la posición oficial del gobierno sobre la inavsión a Ucrania, en un paso que se produce cuando las autoridades bloquean el acceso a la prensa extranjera.

El parlamento aprobó unánimemente a principios de marzo una propuesta de ley que criminaliza la diseminación intencional de lo que Rusia califica como reportes “falsos”.

Las autoridades rusas han lamentado reiteradamente reportes de tropiezos de las tropas rusas o de muertes civiles en Ucrania, diciendo que son falsos.

La medida prevé sentencias de hasta tres años o multas por diseminar lo que las autoridades consideran información falsa sobre las fuerzas armadas, pero el castigo máximo se eleva a 15 años para casos que se diga llevaron a “consecuencias graves”, dijo la cámara baja.

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