“La ciudad que lleva el nombre de la Virgen María, Mariúpol, se ha convertido en una ciudad mártir de la desgarradora guerra que esta devastando Ucrania”, denunció el papa Franciso.
Devastada por los bommbardeos rusos, la ciudad en el sur de Ucrania vive horas desesperantes. Allí, un puerto estratégico del mar de Azov, sus habitantes llevan 13 días cercados, desconectados del resto del mundo y privados de agua, gas y electricidad.
Es una situación “casi desesperada”, advirtió Médicos Sin Fronteras (MSF), dos días después de que un representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) señalara peleas para conseguir comida. “Las tropas rusas no han dejado entrar nuestra ayuda a la ciudad”, afirmó el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Además de referirse a Mariupol específicamente, el papa Francisco consideró “una inaceptable agresión armada rusa”.
“Ante la barbarie del asesinato de niños, de inocentes y civiles indefensos, no hay razones estratégicas que valgan. Solo se debe cesar la inaceptable agresión armada antes de que reduzca las ciudades en cementerios”, instó.
El papa Francisco, que se ha referido a este conflicto en numerosas ocasiones en los últimos días, lanzó un nuevo llamamiento para que se ponga fin a los combates y bombardeos.
“Con dolor en el corazón uno mi voz a la gente común que implora el final de la guerra. En nombre de Dios, que se escuche el grito de quien sufre y se ponga fin a los bombardeos y a los ataques, que se apueste verdadera y decididamente por la negocia y que los corredores humanitarios sean efectivos y seguros”, reclamó.
Y exclamó ante la plaza de San Pedro: “En nombre de Dios pido: ¡Detengan esta masacre!”.
Por otro lado Francisco, que hoy cumple nueve años de pontificado, exhortó a “la acogida de muchos refugiados en quienes está presente Cristo” y agradeció “la gran red de solidaridad que se ha formado” para organizar su bienvenida a otros países seguros.
Y pidió a todas las comunidades diocesanas y religiosas que recen más por la paz en Ucrania. “Dios es solo un Dios de la paz, no Dios de la guerra, y quien apoya la violencia profana su nombre”, sostuvo.
El papa ha expresado en múltiples ocasiones su preocupación por la guerra en Ucrania provocada por la invasión de la Rusia de Vladimir Putin.
Incluso acudió personalmente a la embajada rusa ante la Santa Sede un día después de que iniciara el ataque, el 24 de febrero, y ha enviado al país a dos cardenales -su limosnero, el polaco Konrad Krajewski, y el checo Michael Czerny- para ayudar a la población.
El Vaticano se ha ofrecido como mediador para “hacer de todo” por la paz.
(Con información de EFE)
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