Asaltos contra ciudades claves, bombardeo de barrios residenciales, “corredores humanitarios”: las tácticas de guerra desplegadas de Rusia en Ucrania fueron puestas en práctica durante años en Siria.
Rusia interviene en el conflicto sirio desde 2015 al lado del régimen de Bashar Al Assad, lo que facilitó victorias decisivas a Damasco.
El presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó la invasión de Ucrania el 24 de febrero. Las tropas rusas entraron en el país, bombardearon ciudades estratégicas y empujaron al éxodo a millones de civiles.
Siria constituye “un teatro más pequeño” ante Ucrania, que marca “un cambio de escala” para las operaciones rusas, indicó a AFP una fuente militar francesa bajo condición de anonimato.
El ejército ucraniano, en parte formado y respaldado por países occidentales, no puede compararse con las fuerzas de la oposición siria, ni siquiera en su mejor momento, lo que supone un "desafío" para Rusia.
Sin embargo, numerosas tácticas usadas por Moscú en Ucrania han sido experimentadas en Siria, donde el ejército ruso probó la mayoría de su arsenal militar.
Para el analista Fabrice Balanche, “a ojos de Rusia, Siria es un terreno de entrenamiento para hombres y armamento”.
“Aterrorizar a los civiles”
Como en Ucrania actualmente, “el primer objetivo de Rusia en Siria fue la reconquista de grandes ciudades” como Alepo, la segunda urbe del país, y de sectores controlados por los rebeldes cerca de Damasco con el objetivo de “legitimar a Assad”, explica Balanche.
Pero ahora, el asalto contra grandes ciudades ucranianas, entre ellas Kiev, tiene el objetivo de deslegitimar el poder, según el analista.
Y de igual modo que en Siria, los bombardeos contra hospitales y escuelas en Ucrania buscan “aterrorizar” a los civiles, estima. Rusia “bombardea objetivos similares (...) y después infraestructuras de sanidad y energía para hacer la vida imposible a los civiles y empujarlos a marchar”, dice.
En total, al menos 270 instalaciones médicas en Siria fueron atacadas por Rusia y fuerzas del régimen desde 2011, según “Syrian Archives”, una organización que recopila, autentifica y archiva los videos de esa guerra.
"Una vez marchan los civiles, es más fácil para el ejército avanzar", indica Balanche.
Poco después del inicio de la invasión en Ucrania, Human Rights Watch y Amnistía Internacional acusaron a Rusia de dejar caer bombas de racimo contra un hospital y una escuela en Kharkiv, ataques que pueden constituir crímenes de guerra según estas oenegés.
Y el miércoles, el ejército ruso bombardeó un hospital pediátrico en Mariupol, causando tres muertos, entre ellos una niña, según autoridades locales. La acción provocó una indignación y condena internacional.
Rusia puso a disposición corredores humanitarios supuestamente seguros para evacuar a civiles de ciudades bombardeadas. Esta estrategia se aplicó en Siria y a menudo se saldó con heridos y muertos.
Un rival más capacitado
"En Siria, Rusia se apoyó principalmente en su poderío aéreo y en ciertas unidades especializadas para aconsejar y asistir a las fuerzas" del régimen, subraya Nicholas Heras, del Newlines Institute en Washington.
En Ucrania, no tienen aliados y están solos combatiendo a las tropas locales, señala.
Otra diferencia clave para Moscú, según él, concierne las capacidades militares del otro bando. En Ucrania, Moscú enfrenta un ejército equipado y respaldado por los occidentales, con armas antiaéreas y antitanques.
En Siria, “Rusia estaba implicada en una guerra de liga menor” y ejercía “un dominio total”, afirma.
Pero para Anton Mardasov, del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales, Moscú conoce ahora mejor su arsenal, “ha corregido numerosas carencias de sus armas terrestres, marítimas y aéreas de alta precisión, identificadas durante el uso de sistemas de misiles en Siria”.
"En Ucrania, las armas de alta precisión son utilizadas de manera bastante activa y precisa", apunta.
Con información de AFP
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