La ONU informó este jueves que el hospital de niños de Mariupol “no fue el único” destruido por las tropas de Vladimir Putin desde el inicio de la invasión a Ucrania. Antes del bombardeo ruso perpetrado el miércoles, que dejó al menos tres muertos -entre ellos una niña-, otras dos maternidades fueron destruidas por las fuerzas invasoras, según indicó el responsable en este país del Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA), Jaime Nadal.
“En Zhitómir (noroeste), la maternidad fue totalmente destruida. En Saltivsky, en la ciudad de Járkov (noreste), la maternidad también fue destruida”, precisó el responsable en una entrevista por video con periodistas en la ONU, en Nueva York.
Nada no pudo precisar el origen de los bombardeos ni si habían causado víctimas, y apuntó que en Ucrania hay “69 maternidades y centros prenatales”.
Asimismo, dijo que según la UNFPA, “unas 80.000 mujeres embarazadas van a dar a luz en Ucrania en los próximos tres meses”.
En total, unas 240.000 mujeres estaban embarazadas en Ucrania y que entre el 24 de febrero, fecha del inicio de la invasión rusa del país, y el 7 de marzo, 4.311 dieron a luz, indicó.
En Mariupol, el bombardeo ruso contra el hospital pediátrico dejó tres muertos, entre ellos una niña, según la municipalidad de esta ciudad portuaria. El balance precedente publicado el miércoles por las autoridades hablaba de 17 heridos.
El ataque a este hospital provocó la indignación de las autoridades ucranianas y occidentales.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó este jueves que el bombardeo contra la maternidad de Mariupol es un “atroz crimen de guerra”.
“Mariupol está siendo asediada. El bombardeo de un hospital de maternidad es un atroz crimen de guerra”, aseguró el diplomático español en su cuenta oficial en Twitter.
También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, se mostró en Twitter “convencida” de que el ataque “se puede considerar un crimen de guerra” y pidió que se lleve a cabo una “completa investigación”.
El jefe de la diplomacia comunitaria añadió que “los ataques aéreos a zonas residenciales y el bloqueo del acceso de los convoyes de ayuda por parte de las fuerzas rusas deben cesar inmediatamente”.
“Un paso seguro es necesario, ahora”, insistió Borrell, que agregó a su mensaje las etiquetas de “Guerra de Putin” y “Rendición de cuentas”.
Por su parte, el máximo responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó hoy que los ataques contra objetivos médicos son “violaciones muy graves” de las Convenciones de Ginebra.
“Los ataques contra hospitales y personal médico están prohibidos en el derecho internacional humanitario y constituyen graves violaciones de las Convenciones de Ginebra”, indicó el director general de la OMS en una intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
“Mientras que la guerra causa estragos a su alrededor, Ucrania sigue bregando con la covid-19, su sistema de salud está saturado y los suministros de oxígeno y medicamentos están prácticamente agotados”, añadió.
Tras el bombardeo al hospital de niños, Estados Unidos pidió investigar a Rusia por crímenes de guerra en Mariupol.
“Los ojos del mundo están puestos en esta agresión y estas atrocidades”, dijo la vicepresidenta Kamala Harris, durante una conferencia de prensa junto con el presidente polaco Andrzej Duda en Varsovia, donde fue a demostrar el apoyo de Washington a los miembros del flanco oriental de la OTAN.
La vicepresidenta norteamericana expresó su indignación por el bombardeo de la maternidad ucraniana y las escenas de mujeres embarazadas ensangrentadas: “Sin duda debe haber una investigación y todos debemos vigilar”.
Duda, en tanto, consideró “evidente que en Ucrania los rusos están cometiendo crímenes de guerra”. Añadió que en su opinión la invasión rusa “tiene los rasgos de un genocidio, su objetivo es eliminar y destruir una nación”.
En medio de las denuncias de Occidente, Rusia justificó este jueves el brutal ataque que arrasó con un hospital materno infantil en Mariupol. El encargado de defender la decisión del bombardeo contra el centro de salud correspondió al ministro de Relaciones Exteriores del Kremlin, Sergei Lavrov, quien dijo que se trataba de una base de nacionalistas ucranianos que figuran entre los objetivos militares de las tropas invasoras.
“Este hospital pediátrico fue retomado hace tiempo por el batallón de Azov y otros radicales, y todas las mujeres que iban a dar a luz, todas las enfermeras y todo el personal de apoyo habían sido expulsados”, dijo Lavrov tras las conversaciones en Turquía con su homólogo ucraniano para intentar explicar los supuestos motivos que justificaron el ataque contra el hospital que indignó al mundo y podría constituir otro crimen de guerra.
Mariupol, una ciudad en el sureste de Ucrania de unos 500.000 habitantes, es una de las urbes que más está sufriendo los ataques y el asedio de las tropas rusas desde que empezaron la invasión del país el pasado 24 de febrero.
Unos 1.300 habitantes de esa ciudad han muerto por bombardeos y ataques desde el comienzo de la invasión hace dos semanas, según el vicealcalde de la urbe, Piotr Andriúschenko.
Los intentos para que los civiles salgan de la ciudad a través de un corredor humanitario han fracasado por ataques de fuerzas rusas que violaron el cese el fuego temporal que es indispensable para estas operaciones.
Con información de AFP y EFE
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