El joven que encabezó la “Revolución de los Paraguas” en 2014 y que fundó junto a Joshua Wong y Agnes Chow el partido por la autodeterminación hongkonesa ha visitado esta semana Ginebra para participar en el Festival Internacional y Foro de Derechos Humanos (FIFDH).
Desde la ciudad suiza, Wong opina que la actual guerra puede suponer el punto de inflexión para que las democracias mundiales dejen de ser tan permisivas con regímenes autoritarios como el chino, que en su opinión ha acabado con las libertades de Hong Kong y puede ser una amenaza futura también para la isla de Taiwán.
Law fue entrevistado por EFE, acerca de la guerra de Ucrania y la relacion con China.
La guerra en Ucrania ha cambiado la percepción que Occidente tenía de Putin, ¿podría suceder lo mismo con Xi?
Nathan Law contestó: “Occidente debe preocuparse también por China, y no porque ésta se convierta en una superpotencia económica, sino porque, como Rusia, está controlada por un dictador impredecible, que a veces puede actuar irracionalmente. Y hay evidencias claras de que Xi tampoco aprecia el actual orden internacional y quiere construir el suyo propio para ser una superpotencia regional, algo que podría comenzar con una invasión a Taiwán”.
- China sin embargo ha tenido una política internacional menos agresiva que la de Rusia o incluso que la de EEUU. Desde 1979, cuando intervino en Vietnam, sus tropas no han actuado en el exterior...
- China está volviéndose más agresiva, recientemente fuimos testigos de enfrentamientos con India en la frontera común de ambos países y además está construyendo muchas bases militares en el Mar de China Meridional. Hay definitivamente una transición desde una potencia china silenciosa y reservada a una más expansionista.
- Desde el comienzo de la invasión rusa a Ucrania las redes sociales comenzaron a imaginar la posibilidad de que China hiciera lo mismo con Taiwán. ¿Es descabellado pensar esto?
- Es una posibilidad, el presidente Xi maneja el relato de rejuvenecer a China tras un siglo de humillaciones y en ese rompecabezas cabe la recuperación de Taiwán. En todo caso, el costo podría ser enorme, como se ha podido ver con la sorprendente actitud que ha adoptado la Unión Europea hacia Rusia tras la invasión de Ucrania. Le ha mostrado a China que de tomar ese camino Occidente puede unirse para que haya consecuencias.
- De tomar China una decisión así, ¿sería a corto plazo?
- Seguro que no va a ser en los próximos meses, ahora China está observando la situación en Ucrania y calibrando sus posibles decisiones. Y la comunidad internacional puede seguir mostrando su poder de presión para que esto no ocurra nunca.
- ¿Opina que Xi Jinping está actualmente en comunicación con un Putin cada vez más aislado?
- Es difícil asegurarlo, pero ambos países son aliados muy cercanos, se ayudan en la expansión de sus ideas autoritarias, intentan debilitar las democracias... No sería extraño que Xi supiera que la invasión de Ucrania iba a producirse.
-Y cree, como afirman algunos medios, que Xi pidió a Putin que retrasara esa invasión hasta después de los Juegos Olímpicos de Pekín 2022, a los que asistió el presidente ruso?
- Aún no hay evidencias para asegurarlo, pero la línea temporal coincide.
- Putin o Xi pueden ser impredecibles, pero además son líderes de potencias con armas nucleares. ¿Cómo se puede lidiar con estos regímenes autoritarios?
- Tiene que haber un cambio de percepción, durante años hemos estado con los brazos abiertos a hacer negocios con ellos sin desarrollar mecanismos para que rindan cuentas por sus violaciones de derechos humanos. Ahora estamos sufriendo las consecuencias de esta actitud excesivamente complaciente, mientras aumentaban los autoritarismos, creando por ejemplo una enorme dependencia energética de Rusia.
- ¿Fue difícil para usted tomar la decisión de abandonar Hong Kong?
- Me fui pocos días antes de que entrara en vigor la Ley de Seguridad Nacional porque sabía que con ella estaría en la lista de los más buscados y que podría pasar décadas en prisión. Fue una decisión difícil, pero creo que es la mejor forma de servir al movimiento democrático, continuando el trabajo de concienciación desde fuera.
- ¿Cuál es la situación de sus colegas activistas que se quedaron en Hong Kong?
- No puedo comunicarme con ellos directamente porque eso podría ponerlos en peligro. Sé que muchos de ellos continúan resistiendo desde la cárcel.
- ¿Aprovechó China la pandemia para acabar con el movimiento prodemocracia en Hong Kong?
- Prohibió toda manifestación pública, incluso aunque fueran pequeños grupos de dos o tres personas, acosando a cualquiera que saliera a la calle con una pancarta o coreando un eslogan. El principio de “Un País, Dos Sistemas”, que se suponía servía para que Hong Kong tuviera diferentes valores y autonomía respecto a China, ya no existe, y Hong Kong es una ciudad china más. La sociedad civil ha sido reprimida, incluyendo los sindicatos, los medios independientes o las ONG internacionales. Ya ha llegado el año 2047 (en el que teóricamente Hong Kong iba a perder la autonomía, al cumplirse 50 años de su regreso a China).
- ¿Cree que volverá algún día a Hong Kong?
- No creo que pueda hacerlo en los próximos años, quizá sea cuestión de décadas... pero todo lo que hago actualmente es intentar allanar mi regreso a casa.
Con información de EFE
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