El secretario de Transporte del Reino Unido, Grant Shapps, anunció que los aviones rusos que entren en el espacio aéreo británico podrían ser detenidos.
Shapps dijo que a partir de este martes será en un delito penal que cualquier avión ruso ingrese al espacio aéreo del Reino Unido, mientras el gobierno anunciará más sanciones contra Moscú tras la invasión a Ucrania, informó The Guardian.
“He convertido en un delito penal que CUALQUIER avión ruso ingrese al espacio aéreo del Reino Unido y ahora HMG puede detener estos aviones”, escribió Shapps en su cuenta de Twitter.
“Sofocaremos la capacidad de los compinches de [Vladimir] Putin para seguir viviendo con normalidad mientras mueren miles de personas inocentes”, agregó.
El ministro británico publicó una carta en la que explica las nuevas medidas, la cual incluye la concesión de poderes de control del tráfico aéreo para “dar instrucciones a un piloto u operador de una aeronave rusa para que no ingrese al espacio aéreo del Reino Unido o lo abandone por un determinada ruta”.
“El sector de la aviación es fundamental para la conectividad y el comercio internacional y debemos desempeñar nuestro papel para restringir los intereses económicos de Rusia y hacer que el gobierno ruso rinda cuentas”, dice la carta.
“En estas circunstancias, el Departamento de Transporte no considera apropiado que los aviones rusos ingresen al espacio aéreo del Reino Unido o aterricen en los aeropuertos del Reino Unido”, agrega la carta.
El pasado 2 de marzo, el Reino Unido prohibió que los barcos rusos puedan atracar en sus puertos.
El veto se aplicó a los buques “que sean propiedad o estén operados por cualquiera conectado a Rusia”, según informó el Ministerio británico de Exteriores en un comunicado, donde también se recogen los “nuevos poderes” de los que dispondrán las fuerzas de seguridad para detener a naves rusas.
El Foreign Office también introdujo medidas adicionales dirigidas contra el banco central ruso y el fondo soberano de ese país, por las que se prohibirá a todos los individuos y empresas británicos ofrecer servicios financieros a esas entidades.
Según la ministra de Exteriores, Liz Truss, el veto a los barcos rusos y las sanciones económicas “degradarán la economía rusa y ayudarán a asegurar que (el presidente Vladímir) Putin pierde”.
Por su lado, Shapps consideró que impidiendo el atraque de navíos con bandera rusa o propiedad de ese país “asilamos aún más a Rusia y aplastamos sus capacidades económicas, debilitando la máquina bélica de Putin”.
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