El oso ruso parece estar despertando de su hibernación

Las fuerzas del Kremlin avanzan en el sur y en el Este de Ucrania, después de 14 días en los que tuvieron graves problemas de logística. Las defensas ucranianas aún controlan el puerto estratégico de Mariupol y lograron rechazar otra incursión en la periferia de Kiev. Mientras se retrasa la entrega de aviones por parte de Polonia

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Un grupo de habitantes de la pequeña ciudad de Romanivka trata de escapar de la ofensiva rusa en esa región. Después de 14 días de graves problemas logísticos, las fuerzas rusas retomaron su avance. REUTERS/Maksim Levin
Un grupo de habitantes de la pequeña ciudad de Romanivka trata de escapar de la ofensiva rusa en esa región. Después de 14 días de graves problemas logísticos, las fuerzas rusas retomaron su avance. REUTERS/Maksim Levin

La primavera se acerca a la rural y cerealera Ucrania y el oso ruso pareciera estar despertando de su hibernación. Después de 14 días de reveses y graves problemas de logística, las fuerzas invasoras rusas comienzan a mover sus unidades con mayor criterio y avanzan –aunque en forma muy lenta- para intentar cerrar el círculo sobre Kiev, impedir la salida al Mar Negro y atacar Dnipro, una ciudad clave en el corazón del país.

Las defensas ucranianas fueron muy efectivas en la última semana. Impidieron que los rusos tomen el control de ciudades importantes más allá de Kherson, que fue la única importante en caer. Pero los rusos siguen haciendo pequeños avances en múltiples frentes, y ahora apuntan a un objetivo crítico en el centro de Ucrania. Si toman Dnipro pueden cortar toda la línea de suministro ucraniana en el este del país y sólo quedará pendiente de lo que llegue desde el oeste pro-occidental. Si las fuerzas de ocupación pueden avanzar sobre esta ciudad, levantada como otras por Catalina La Grande a orillas del río Dnieper, tanto desde el norte, cerca de Kharkiv (la segunda ciudad ucraniana con 1,5 millones de habitantes), como desde el sur, subiendo desde Crimea, podrían aislar a las fuerzas ucranianas que luchan en la región de Donbás en el Este, u obligarlas a retirarse. “Si las fuerzas ucranianas en el este no se están retirando ya, podrían ser potencialmente rodeadas y destruidas pronto”, explicó al New York Times, Konrad Muzyka, analista de defensa de Rochan Consulting.

El frente del sur es el que estuvo mejor planificado por los generales rusos y el que logró los mayores avances en los primeros 14 días de guerra. Tuvieron la ventaja de que ya controlaban el territorio ucraniano de la península de Crimea desde hace ocho años, cuando la invadieron y se la anexionaron. Las fuerzas rusas siguen presionando al norte de Melitopol, un enclave cercano al Mar de Azov con una historia que data del siglo VII AC, tras tomar el control de la planta nuclear de Zaporizhia el viernes. Los rusos controlan, cerca de allí, la pequeña ciudad de Polohy, donde los 18.000 habitantes llevan seis días sin calefacción, electricidad ni agua corriente, según informó hoy Ivan Arefiev, jefe de la administración regional.

Pareciera que los estrategas del Kremlin quieren ahora avanzar al mismo tiempo con tres grupos diferentes de fuerzas: las tropas que vienen del sur procedentes de Crimea; las tropas que se desplazan hacia el sureste desde cerca de Kharkiv; y los separatistas respaldados por Rusia que empujan la línea del frente en la región de Donbás. Aunque tienen un hueso muy duro con Mariupol, el puerto que sigue resistiendo el asedio ruso. Sus habitantes están sin electricidad ni otros servicios básicos, pero luchan heroicamente por mantener su libertad. Es la última ciudad que les impide a los rusos terminar de cerrar el círculo y unificar los enclaves separatistas de Luhansk y Donetsk con Crimea. Una ambición que tiene Vladimir Putin desde hace ocho años.

Rusia también está avanzando desde el norte con tropas que entraron por su frontera y desde su aliada, Bielorrusia. Mantienen sitiadas tres ciudades importantes en el noreste, Chernihiv, Konotop y Sumy. Esto puede abrirles el camino a las tropas del Kremlin a los barrios de las afueras de la ciudad de Kiev que se encuentran del lado este del río Dnieper, según una de inteligencia del Ministerio de Defensa británico. Por ahora, fracasaron todos los intentos de tomar Chernihiv, mientras que los avances desde Sumy a través de zonas menos pobladas encontraron menos resistencia, según el Instituto para el Estudio de la Guerra de Washington. Las fuerzas ucranianas atacaron con éxito a una unidad de fuerzas especiales rusas que intentaban entrar en Peremoha, muy cerca de la zona periférica de la capital. Estos soldados están equipados con misiles antiaéreos y antitanques de última generación y le están haciendo bastante daño a los rusos que no pueden hacer volar helicópteros en esa región.

Un avión de fabricación rusa MIG-29 de la Fuerza Aérea polaca durante un vuelo en la Radom Air Show, en Radom, Polonia. REUTERS/Kacper Pempel
Un avión de fabricación rusa MIG-29 de la Fuerza Aérea polaca durante un vuelo en la Radom Air Show, en Radom, Polonia. REUTERS/Kacper Pempel

Por esa razón es que los rusos aumentaron su fuego de artillería en los barrios periféricos de Kiev. Los civiles que huyen a través del puente destruido de Irpin siguen siendo constantemente atacados. En los últimos días vimos imágenes del lanzamiento de morteros que dejaron devastadas a familias enteras. De todos modos, el sendero de tablones y escombros que los voluntarios ucranianos armaron para cruzar el río donde se extendía la autopista P30, aún está operativo y por ahí están saliendo los habitantes más débiles de Kiev que tratan de alcanzar la aún libre y poco atacada Lviv, que termina conviertiéndose en la capital de facto de la Ucrania occidental. No muy lejos de allí, en la zona donde los rusos no pudieron avanzar con un enorme convoy que ocupaba, según los datos de las fotos satelitales, unos 60 kilómetros de la carretera, ahora lograron levantar una base de helicópteros. Es cerca de la ciudad ucraniana de Ivanik y de la frontera con Bielorrusia. Desde allí están lanzando ataques selectivos de las fuerzas especiales.

Para contrarestar la abrumadora superioridad aérea rusa, Ucrania necesita de más aviones. Polonia se ofreció muy gentilmente entregar al gobierno de Kiev su flota de antiguos MIG29 a cambio de que Estados Unidos le entregue modernos F-16. Pero el gobierno de Varsovia no quiere provocar las iras de Putin y propone dejar los aviones en una base de la OTAN en Alemania para que los aliados se las arreglen. Una jugada muy peligrosa porque implicaría que el Kremlin transforme esa acción en una declaración de guerra de Occidente. Algo que la Administración Biden intenta evitar de todos modos. Sabe que esto conduce inevitablemente a una confrontación directa con Rusia y a un posible enfrentamiento nuclear. Por esa razón rechazó la oferta polaca que ahora espera alguna otra resolución más “amigable”. Para Ucrania es una nueva bofeteada de Occidente que ya rechazó decretar una zona de prohibición de vuelos sobre el territorio de ese país y ahora retrasa la llegada de los aviones que necesita imperiosamente.

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