Un total de 1.207 civiles han muerto durante un asedio de nueve días por parte de las fuerzas rusas de la ciudad portuaria de Mariúpol en Ucrania, dijo su alcalde el miércoles.
Los primeros nueve días del asedio ruso vieron morir a “1.207 residentes pacíficos de Mariupol”, publicaron las autoridades de la ciudad en Telegram junto con un mensaje de video del alcalde Vadym Boichenko, luego de que un ataque aéreo ruso destruyera un hospital infantil en la ciudad ese mismo día.
Mariúpol, en la costa del Mar de Azov, está rodeada de las fuerzas rusas, que bombardearon la ciudad pese a promesas de alto el fuego para permitir la evacuación de civiles.
Al menos diecisiete adultos resultaron heridos este miércoles en el bombardeo ruso de un hospital pediátrico en Mariúpol, anunció un responsable regional, Pavlo Kirilenko.
“Hay 17 heridos confirmados entre el personal del hospital”, dijo Kirilenko a la televisión ucraniana, y agregó que de acuerdo con los primeros reportes “no había ningún niño” entre los heridos, como tampoco ningún fallecido.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, publicó un video en Twitter en el cual se podía ver el alcance de la destrucción en el complejo médico.
El ataque “destruyó literalmente” una maternidad en el centro de la ciudad que también incluía una unidad de pediatría, refirió en Facebook Kirilenko, líder de la región sureña del Donetsk.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, afirmó que los “batallones nacionalistas” ucranianos estaban utilizando el hospital para establecer posiciones de tiro después de sacar al personal y a los pacientes.
Zelenski condenó el ataque y lo tachó de “atrocidad”. El primer ministro británico, Boris Johnson, denunció por su parte el “inmoral” ataque.
“Pocas cosas hay más inmorales que atacar a los vulnerables e indefensos”, tuiteó Johson.
“Es atroz ver el uso bárbaro de la fuerza militar contra civiles inocentes”, afirmó por su lado la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en rueda de prensa.
Un portavoz de la ONU dijo que ningún centro de salud “debería ser nunca un objetivo”.
La invasión ordenada el 24 de febrero por el presidente ruso, Vladimir Putin, ha empujado hacia países vecinos a más de dos millones de ucranianos, de los 37 millones que tenía el país antes del conflicto (sin contar la zonas separatistas del este), y ha generado millones de desplazados internos.
Las fuerzas rusas avanzaron rápidamente hacia la capital, Kiev, acercándose a Brovary, un gran suburbio al este de la capital, según vieron los periodistas de la AFP.
“Las columnas de tanques rusos tomaron ayer dos aldeas a unos pocos kilómetros de distancia”, dijo Volodymyr, un residente de 41 años de Velyka Dymerka, a 15 kilómetros (nueve millas) de Brovary.
“Disparan para asustar a la gente y obligarla a quedarse en casa, roban lo que pueden para abastecerse y se instalan entre los habitantes, para que las fuerzas ucranianas no los bombardeen”.
Los combates se han intensificado en la zona, con las fuerzas ucranianas tratando de repeler los tanques rusos, dijeron a la AFP residentes locales y voluntarios de las fuerzas ucranianas.
(Con información de AFP)
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