El alcalde de Przemysl, uno de los principales puntos de entrada de refugiados a Polonia desde Ucrania, protestó este martes contra la presencia de Matteo Salvini en un centro de refugiados al exhibir con una camiseta con la imagen de Vladimir Putin, similar a la que el italiano lució en sus redes sociales.
“No tengo respeto hacia el señor Salvini, su presencia aquí es una insolencia, por eso yo también fui insolente con él”, dijo el alcalde, Wojciech Bakun, tras intentar entregar al político ultraconservador una camiseta en la que se podía leer en ruso “Ejército de Rusia” junto a un retrato del presidente de ese país, Vladimir Putin.
La prenda era idéntica a la que Salvini llevaba puesta en una fotografía que publicó en sus redes sociales en 2015, durante una visita a Moscú y que se hizo viral.
Tras una breve conferencia de prensa que duró menos de dos minutos, el alcalde agradeció “profundamente” la ayuda de “ciudadanos y empresas italianos”, y a continuación se dirigió a Salvini exhibiendo la camiseta. “Al mismo tiempo, tengo una petición personal para el señor Salvini. Tengo un regalo para él, me gustaría que fuera a la frontera o a uno de los centros de refugiados con esta camiseta”, dijo el alcalde de Przemysl.
Según los medios presentes, en ese momento Matteo Salvini se alejó de los micrófonos y varios periodistas italianos prorrumpieron en insultos contra él.
Salvini es miembro de la misión humanitaria del Parlamento italiano y llegó el lunes a Varsovia bajo una misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, a la que se unió una delegación parlamentaria ucraniana.
Según declaraciones recogidas por los medios polacos, Salvini, conocido por sus opiniones contra la inmigración y su postura contra la acogida en Europa de refugiados de África y Asia, afirmó que “los ucranianos son cultural y moralmente cercanos a nosotros”.
Por su parte, la televisión estatal polaca citó este martes unas palabras de Paolo Grimoldi, diputado del Parlamento italiano perteneciente a la formación que lidera Salvini, en las que expresaba su agradecimiento “a Polonia por acoger a refugiados de verdad que huyen de una guerra de verdad, no como, por ejemplo, los de Bangladesh”.
Desde que comenzó la guerra de Ucrania el pasado 24 de febrero, han llegado a Polonia más de 1,2 millones de refugiados, de los cuales más de 300.000, según medios locales, lo han hecho a través de Przemysl.
La extrema derecha europea, atrapada por la “guerra de Putin”
La guerra en Ucrania ha puesto en aprietos a los grandes movimientos de extrema derecha en Europa, que oscilan entre mantener la lealtad ideológica hacia Vladimir Putin y la solidaridad con Kiev, mientras señalan la responsabilidad de los países occidentales en el conflicto.
A nivel general, de Alemania a Francia, pasando por Italia, España o Austria, los responsables de estas formaciones radicales han denunciado la invasión rusa, designada por los dirigentes aliados como la “guerra de Putin”.
La francesa Marine Le Pen, de Agrupación Nacional (RN), condenó una violación “indefendible” del derecho internacional.
“Cuando alguien ataca, está claro que es necesario situarse del lado del atacado”, declaró Salvini, admirador declarado de Putin y líder de La Liga, que apoya al gobierno de coalición de Mario Draghi.
Sobre esta cuestión, estas formaciones “populistas” se han alineado con los otros partidos y sobre todo, “con la inmensa solidaridad” de la opinión pública hacia los ucranianos, estima Hajo Funke, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Libre de Berlín.
Pero la unanimidad termina cuando empieza el análisis de las responsabilidades de la guerra.
En Alemania, la jefa del grupo parlamentario de AfD, Alice Weidel, denunció en el Bundestag “el fracaso histórico” de los países occidentales, que ha alimentado una perspectiva de adhesión de Ucrania a la OTAN, en lugar de insistir en una solución de “neutralidad garantizada” para este país. Según ella, esto negaba “un estatuto de gran potencia a Rusia”.
“El culpable es Putin, los responsables son la OTAN, que no ha dejado de extenderse”, insistió el polemista ultraderechista francés Eric Zemmour, que en 2018 anhelaba un “Putin francés”.
Estos partidos se suman a “las posiciones rusas según las cuales el conflicto no se debe atribuir exclusivamente a Vladimir Putin, sino más bien en gran parte a Occidente”, indica a la AFP el politólogo Wolfgang Schröder, de la Universidad de Cassel.
Los que mantenían vínculos estrechos con el jefe del Kremlin, especialmente sus valores antiliberales y el culto del “hombre fuerte”, tienen problemas para distanciarse de él.
En el contexto europeo, el politólogo Lorenzo Castellani, investigador de Ciencias Políticas de la Universidad Luiss de Roma, pronostica ya una deriva en la línea soberanista de La Liga, el partido “más comprometido con Putin”.
Una constante en sus críticas actuales es poner en duda la eficacia de las sanciones económica sin precedentes contra Rusia, que tendrán consecuencias en los países aliados.
(Con información de EFE y AFP)
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