“La clase media rusa, tal como la conocíamos, y que tardó décadas en crecer, Se desmoronó en días. Entonces, comenzó el éxodo. Periodistas, empresarios, artistas, presentadores de televisión populares, estrellas del pop... algunos de los profesionales con más talento de Rusia huían del país”, cuenta alarmada la periodista Anna Nemtsova en una emotiva crónica en The Rolling Stone .
“Todo lo que esperábamos se está desmoronando, todos nuestros sueños”, afirma.
Cuenta que en los últimos días, tras la invasión a Ucrania los rusos dejaron de publicar selfies. En lugar de fotos de glamurosos diseños de interiores y comida tan elegante, las páginas de las redes sociales se llenaron de videos horribles de mujeres sangrando, edificios destruidos y soldados rusos capturados. Los ucranianos que lloraban llamaban a sus conocidos amigos rusos desde los refugios antibombas y los metros. Suplicaban que se detuviera a Putin.
Los rusos empezaron a reaccionar, se sublevaron en al menos 40 ciudades. “Pero las protestas parecían caóticas: grupos de decenas de moscovitas deambulaban por las calles y plazas, huyendo de los escuadrones de policías, buscando refugio. La policía detuvo a más de 6.000 manifestantes”.
Alarmado Putin ordenó detener como fuera las revueltas: el fiscal general de Rusia prohibió la emisora de radio Eco de Moscú -la que emitía día y noche las noticias de los frentes de Ucrania-, así como el único canal de televisión, Rain, que seguía emitiendo voces de la oposición.
“Cada vez que ocurre algo terrible -cuando los críticos de Putin van a la cárcel, son envenenados o fusilados, por ejemplo- los rusos sacan a relucir la fecha simbólica de 1937″, explica Nemetsova. Es que nunca hubo un periodo más oscuro en la historia de Rusia que la Gran Purga, el punto álgido de la represión política, cuando Josef Stalin ordenó el arresto a más de un millón de personas y ejecutó a cientos de miles.
Pero esta semana, aseguró la reportera, el fantasma de la Gran Purga comenzó a sentirse real. “Es difícil no comparar la amenaza de la Duma de castigar a todos los críticos de la guerra con 15 años de cárcel por noticias falsas’ con las represiones de Stalin”, afirma.
Y agrega alarmada: “La elección de huir o quedarse era ahora una cuestión de supervivencia”.
“Karen Shainyan, mi amigo más optimista, cuyos ojos siempre reflejaban confianza y coraje ahora estaban llenos de miedo. El domingo pasado lo ví aterrorizado por primera vez”, narra a modo de ejemplo. Ese amigo, el que siempre mantenía sus esperanzas aún en los tiempos más oscuros, sentenció: “Nos enfrentamos al reclutamiento militar o a 15 años entre rejas”... Días después, Shainyan se también se subía a un avión para dejar atrás Rusia.
Casi Herfana de entorno, Nemtsova cita Svetlana Ozerova, una enfermera de Kitai Gorod, que lanzó un trágico vaticino: “Esto va a ser peor que la URSS. Putin nunca dejará de luchar”, me dijo Svetlana Ozerova, una enfermera de Kitai Gorod.
SEGUIR LEYENDO: