Mientras el mundo asiste con espanto a la muerte de miles de civiles bajo el fuego de las fuerzas rusas que invadieron Ucrania y provocaron una acelerada crisis humanitaria en Europa, China remarcó su amistad inquebrantable con el gobierno de Vladimir Putin.
“La amistad entre los dos pueblos es sólida como una roca y los proyectos de cooperación por ambas partes son inmensos”, dijo el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi.
El funcionario agregó que China enviará ayuda humanitaria a Ucrania y que su país está dispuesto, “si fuera necesario”, a “trabajar con la comunidad internacional en una mediación” para poner fin a la guerra.
“China y Rusia, ambas miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, son (...) socios estratégicos muy importantes el uno para el otro”, dijo respondiendo a una pregunta sobre la posición de Pekín ante las sanciones internacionales contra Moscú.
Wang consideró además que los dos países “contribuyen” a la paz y estabilidad del mundo.
La amistad entre los dos países “es un ejemplo de relación digna, donde los dos países se ayudan y se apoyan mutuamente”, dijo el mes pasado el presidente ruso Vladimir Putin.
La falsa neutralidad de Beijing
El apoyo de China hacia Moscú en este conflicto se ha visto reflejado recientemente en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en el que Beijing fue uno de los 13 países que se abstuvo de votar cuando se puso a consideración de los 47 miembros una moción para iniciar una investigación sobre posibles violaciones a los DDHH y crímenes de guerra en la invasión a Ucrania.
Junto con países como Venezuela, Cuba y Bolivia, el régimen de Xi jinping eligió mantenerse al margen del asunto y aunque había pretendido hasta el momento de ser neutral en el conflicto, sabía de las intenciones de Putin. Su mayor interés previo fue el que dictador ruso evitara lanzar la ofensiva durante la realización de los Juegos Olimpicos de Invierno en Beijing, para no sacarle brillo a la fiesta deportiva global organizada de su aliado.
China tiene además un interés geopolítico: la isla de Taiwán. La considera su territorio y no acepta que un gobierno independiente de Beijing sea reconocido por el resto del planeta, sobre todo Estados Unidos. Ve en el caso de Ucrania una analogía y ha amenazado reiteradas veces con retomar el control sobre Taipei por la fuerza.
Al igual que hizo Rusia con Ucrania, realiza ejercicios cerca de los límites e incluso ha violado el espacio aéreo de Taiwán con vuelos de cazas que comprometen la seguridad de la región.
(Con información de AFP)
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